Kissed By An Angel - Elizabeth Chandler - Justin Bieber (Adaptación)

Capítulo 9

Ivy de pie descalza sobre el suelo pegajoso, encogía los dedos de los pies. La humedad y el fuerte olor a cloro de la piscina invadió los vestuarios. La puerta metálica sé cerro de golpe e hizo eco en la sala de cemento como en una cueva. Todo acerca de la piscina le daba escalofríos. 

Las otras chicas del club de teatro estaban afuera verificaban unas a otras sus trajes, ensayando sus líneas y riéndose tímidamente. Suzanne tendió su mano en el hombro de Ivy.

―¿Todo bien? 

―Puedo hacer esto. 

―¿Estás segura? ―Suzanne no sonó muy convencida. 

―Sé mis líneas ―dijo Ivy—. Y todo lo que tenemos que hacer es dar brincos sobre el trampolín. 

En el trampolín alto, en la parte más profunda, sin caerse, pensó Ivy para sí misma. 

Suzanne insistió.

—Escucha Ivy, sé que eres la estrella de McCardll, ¿no crees que deberías mencionarle que no sabes nadar y que te aterroriza el agua? 

―Te lo dije, puedo hacerlo―dijo Ivy, entonces empujó la puerta giratoria de los vestuarios, sus piernas se sentían como de goma blanda debajo de ella. 

Ella se alineó con 11 chicas y tres chicos a lo largo del borde de la piscina. Beth estaba a un lado de Ivy, Suzanne al otro. Ivy contempló la luminosa azul–verde piscina. Es sólo agua, se dijo, nada más que algo para beber. Y ni siquiera es profunda en este extremo. 

Beth tocó su hombro.

—Bueno supongo que Suzanne está contenta. Tú invitaste a Gregory. 

―¿Gregory? ¡Por supuesto que no!―Ivy se giró rápidamente hacia Suzanne. 

Suzanne se encogió de hombros.

—Quise darte una vista anticipada de las atracciones que vienen. Habrá un montón de lugares para tomar el sol en esa colina ustedes. 

―Te ves genial en tu traje —le dijo Beth. 

Ivy suspiró. Suzanne sabía como de duro era esto para ella, sin añadir a Gregory en el escenario. Ella podía haberse refrenado solo por una vez. 

Gregory no estaba solo en las gradas. Sus amigos Eric y Will estaban viendo, así como algunos otros estudiantes de tercer y cuarto año que se habían escapado de sus proyectos durante el período de actividad. Todos los chicos miraban con gran interés como las chicas del grupo hacían sus ejercicios de estiramiento. 

Entonces, la clase caminó y trotó alrededor del perímetro de la piscina, en el desempeño de sus ejercicios vocales. 

―Quiero escuchar cada consonante, cada p, d, y t―les dijo el señor McCardell, su  propia voz sorprendentemente clara en el eco de la enorme piscina—. Margaret, Courtney, Suzanne, esto no es un concurso de belleza―gritó él—, sólo hay que pasar. 

Eso provocó algunos suaves abucheos desde las gradas. 

―¡Y por amor de Dios, Sam, deja de saltar! 

El público rió. Cuando los estudiantes habían terminado de dar varias vueltas, se reunieron en la parte honda de la piscina bajo el trampolín. 

―Ojo aquí―ordenó su profesor—. Tú no estás conmigo―dijo inclinándose cerca de ellos—, esta es una lección de enunciación y concentración. Consideraré imperdonable, si alguno de ustedes permite que aquellos Groundlings los distraiga. 

En ese momento, casi todo el mundo en la sala miraba hacia las gradas. La puerta de la piscina se abrió, y muchos más espectadores entraron, todos ellos chicos.