Por días, lo único que Ivy pudo recordar fue la cascada de cristales. El accidente era como un sueño que ella seguía teniendo pero que no podía recordar. Despierta o dormida, este asumía repentinamente el control. Su cuerpo entero se tensaba, y su mente se rebobinaba, pero todo lo que ella podía recordar era el sonido de un parabrisas explotando, luego la caída en cámara lenta de una cascada de cristal.
Cada día, gente entraba y salía de la casa, Suzanne y Beth, y algunos otros amigos y maestros de la escuela. Gary vino una vez; fue para ambos una visita miserable. Will se zambulló dentro y fuera, en otro día. Ellos le traían flores, galletas y simpatía. Ivy no podía esperar a que se fueran, no podía esperar a poder volverse a dormir. Pero luego, tendida en cama en la noche, no podía dormir, y entonces tenía que esperar por siempre hasta que fuera de día otra vez.
En el funeral, ellos permanecían a su alrededor, su madre y Andrew a un lado, Philip al otro. Dejo que Philip llorara por ella. Gregory se mantuvo en pie detrás y de rato en rato ponía una mano en su espalda. Ella se recostaba por un momento en él. Él era el único que no insistía en hacerla hablar al respecto. Él era el único que parecía comprender su pena y no se mantenía diciéndole que recordar le haría bien.
Poco a poco, ella si recordó —o le contaron— lo que había sucedido. Los doctores y la policía seguían revelándoselo. La parte interior de sus brazos estaba repleta de cortadas. Ella debió de haber tenido sus brazos arriba contra su rostro, dijeron ellos, protegiéndose de los cristales que volaban. Milagrosamente, el resto de sus heridas eran solo moretones causados por el impacto y por la presión del cinturón de seguridad. Justin debió haber virado bruscamente, para que el carro se balanceara hacia la derecha, el venado aproximándose por su lado. Para protegerla, pensó, aunque la policía no dijera eso. Ella les dijo que él había tratado de frenar pero no había podido. Había sido en la hora del crepúsculo. El venado había aparecido de forma repentina. Eso era todo lo que ella recordaba. Alguien le dijo que el coche había quedado en pérdida total, pero ella se negó a mirar la foto del periódico.
Una semana después del funeral, la mamá de Justin vino a casa y trajo consigo una foto de él. Dijo que esa era su favorita. Ivy la acuno entre sus manos. Él estaba sonriendo, usando su vieja gorra de baseball, hacia atrás por supuesto, y una raída chaqueta de la escuela, luciendo como Ivy le había visto tantas veces. Parecía a punto de preguntarle si quería que se encontraran para otra lección de natación. Por primera vez desde el accidente, Ivy empezó a llorar.
Ella no escuchó a Gregory entrar en la cocina, donde ella y la mamá de Justin estaban sentadas. Cuando él vio a la Dra. Bieber, exigió saber porque se encontraba allí. Ivy le enseñó la foto de Justin, y él miró furioso a la mujer.
—Se ha terminado —dijo él—. Ivy está saliendo de esto. Ella no necesita más recordatorios.
—Cuando amas a alguien, nunca se termina —la Dra. Bieber respondió gentilmente—. Sigues adelante, porque tienes que hacerlo, pero lo llevas contigo en tu corazón.
Se giró en dirección a Ivy.
—Ivy, tú necesitas hablar y recordar. Necesitas llorar. Llorar fuertemente. También necesitas estar molesta. ¡Yo lo estoy!
—Sabe —dijo Gregory—, me estoy cansando de escuchar toda esta mierda. Todo el mundo le dice a Ivy que recuerde y hable de lo que ha pasado. Todo el mundo tiene alguna clase de teoría de cómo se debe llevar el luto, pero yo me pregunto si realmente están pensando en cómo se siente ella.
La Dra. Bieber lo estudió a él por un momento.
—Me pregunto si tú has llorado tu propia perdida.
—¡No me digas, eres una psiquiatra!
Ella negó con la cabeza.
—Solo una persona, que como tú, ha perdido a alguien que amaba con todo su corazón.
Antes de irse, la mamá de Justin le preguntó a Ivy si quería que le regresara a Ella.
—No puedo tenerla —dijo Ivy—. ¡Ellos no me dejarían!
Luego subió corriendo a su cuarto, tiró la puerta, y la cerro con llave. Uno por uno, aquellos a quienes ella amaba le estaban siendo arrebatados. Levantando una estatua de un ángel, una que Beth acababa de traerle, Ivy la lanzó contra la pared.
—¿Por qué? —lloró en voz alta—. ¿Por qué no morí yo también?
Ella recogió el ángel y lo volvió a tirar.
Estás en mejores circunstancias, Justin. Te odio por estar en una situación mejor que la mía. Ahora no me extrañas, ¿lo haces? ¡Oh no, tú no sientes nada!.
Al tercer intento, el ángel se quebró. Otra cascada de cristales. Ella no se molestó en recogerlo.
Esa noche tras la cena, Ivy encontró que el cristal había sido recogido y la foto de Justin descansaba sobre su cómoda. Ella no pregunto quién lo había hecho. No quería hablarle a ninguno de ellos. Cuando Gregory intentó entrar en su cuarto, ella le tiró la puerta en su cara. Ella volvió a tirársela en la cara a la mañana siguiente.
Ese día, ella era escasamente cortes con los clientes de Tis the Season. Cuando llegó a casa, se fue directamente hacia su cuarto. Al abrir la puerta, encontró allí a Philip, regando sus cartas de baseball. Ella se había dado cuenta que él ya no llamaba juagada-a-jugada para sus juegos, solo movía sus jugadores de base a base en forma silenciosa. Pero cuando miró a Ivy, él le sonrió por primera vez en días. Señalo en dirección a su cama.
—¡Ella! —exclamó Ivy—. ¡Ella!
Ella se apresuró y cayó en sus rodillas al lado de la cama. La gata inmediatamente comenzó a ronronear. Ivy enterró su rostro en el suave pelaje de la gata y comenzó a llorar. Luego sintió una ligera mano sobre su hombro. Secando sus lágrimas en Ella, se giró hacia Philip.
—¿Mamá sabe que ella está aquí? —él asintió.
—Ella lo sabe. Está bien. Gregory dijo que lo estaba. Gregory la trajo de vuelta a nosotros.
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Kissed By An Angel - Elizabeth Chandler - Justin Bieber (Adaptación)
Fiksi RemajaDespués de que él haya desaparecido, ¿Podrá protegerla el espíritu de su amor? ------------------------------------------------------ Autor: Elizabeth Chandler. Personajes originales: -Tristan Carruthers -Ivy Lyons Esta obra NO es de mi propiedad...