Capítulo 12

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Cuando Ivy emergió de los vestidores, Justin ya se encontraba en el agua. El entrenador le había permitido entrar en el área cerrada de la piscina. Ella había esperado que el viejo hombre se quedara viéndola incrédulo —¿Quieres decir que no sabes nadar? —pero su cara, la cual era larga y arrugada como una pasa, era amable e incuestionable. Él le dio la bienvenida y luego regreso a su oficina. 

Le había tomado una semana a Ivy para decidirse a hacer esto. Ella había nadado en sus sueños, por millas algunas noches.  

Cuando le dijo a Justin que quería aprender, sus ojos se iluminaron. Ivy estaba bastante segura de haber acobardado de forma satisfactoria, cualquier interés romántico que tuviera en ella; según Suzanne, él estaba saliendo con otras dos chicas. Pero ella sentía como si él fuera su amigo. Bajándola de la tabla, tomando a Ella, ayudándola a enfrentar su mayor temor él estaba allí cuando lo necesitaba, de una forma en que ningún chico había estado, la forma en que un verdadero amigo estaría.  

Ahora lo vio haciendo brazadas. El agua flotaba alrededor de su musculoso cuerpo; lo levantaba mientras él se movía rápida y poderosamente a través de ella. Cuando nadó estilo mariposa, sus manos salían del agua como alas, era música visual fuerte, rítmica, lleno de gracia. 

Ivy observo por varios minutos, luego volvió a la razón por la cual se encontraba allí. Camino hacia el borde de la piscina, al final de la superficie y miro hacia abajo. Luego se sentó en el suelo y sumergió sus piernas. Estaba caliente. Relajante. Aun así, para ella era todo frio. Rechinó sus dientes y se deslizo por un lado. El agua rosaba justo debajo de sus hombros. La imagino avanzando lentamente sobre su garganta, su boca. 

Cerró sus ojos y se agarró del borde de la piscina, tratando de parar el creciente terror en su interior. 

Ángel del agua, rezo, no me sueltes. Estoy confiando en ti, ángel. Estoy en tus manos. 

Justin paro de nadar. 

—Estas aquí —dijo él—. Estas adentro. 

Parecía tan complacido que por un momento, un muy pequeño momento, ella se olvidó del miedo. 

—¿Qué tal te está yendo? —preguntó. 

—Bien. No te importaría si tan solo me quedo aquí parada y tiemblo, ¿cierto? 

—Te calentaras si te mueves alrededor —le dijo a ella. 

Miro abajo hacia el agua.

—Vamos, demos un paseo —él tomó su mano y camino con ella por el borde de la piscina, como si estuvieran paseando por un mall, aunque por la resistencia del agua cada paso que daban era en cámara lenta. 

—¿Quieres que te cuente sobre Ella y el caos que está creando en casa? 

—Claro —dijo Ivy—. ¿Ya encontró ese envase de pollo que está haciendo presión en el estante de tu televisor? 

Justin parecía perplejo por un momento, luego se recuperó.

—Sí, justo después de haber escavado entre todas las cosas que amontone tras el sofá —él siguió cotorreando, contando varias historias de Ella, llevándola arriba y abajo por el final de la piscina. Cuando pararon él dijo, —creo que mejor te echamos algo de agua en la cara. 

Ella había estado temiendo eso. 

Con sus manos llenas, vertió agua sobre su frente y mejillas como si estuviera bañando a un bebe. 

—Hago eso en la ducha —dijo Ivy ásperamente. 

—Pues discúlpeme, Señorita Avanzada. Seguiremos con el siguiente paso —la miró fijamente—. Inhala profundo. Quiero verte mirándome allá abajo. El cloro pica un poco, pero quiero ver a esos grandes ojos verdes y pequeñas burbujas saliendo de tu nariz. Aspira sobre el nivel del agua, y suéltalo debajo. ¿Entendido? Uno, dos, tres— la tiro hacia abajo con él. Ellos se balancearon de arriba a abajo, él la sostenía abajo cada vez por un poco más de tiempo, haciéndole caras. 

Kissed By An Angel - Elizabeth Chandler - Justin Bieber (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora