No esperaba que esa bebida que me dio Yena me dejara noqueado. ¡por casi tres días!
Al despertar al tercer día era medio día, tome una ducha y baje a comer, tenía el estómago pegado al cuerpo, al estar en el comedor Yena estaba sentada mirando unos papeles, la salude con normalidad e hizo lo mismo, me pregunto en cómo me encontraba, le dije que me sentía excelente, que una noche de descanso me funciono demasiado, Yena con sorpresa me conto que avía dormido por dos días. Ahora estaba entrenando con Adam, este tipo lanzaba golpes como si me odiara de verdad (aunque ni lo dudaba), como si hubiera faltado un mes a entrenar. Puño arriba, golpe abajo, directo al pecho, lograba esquivarlos, pero me estaba agotando demasiado rápido, esta vez no estaba usando la máscara. Volvió a lanzar otro golpe, lo esquive, coloque un pie para que tropezara, provoque que perdiera un momento el equilibrio, entonces apoyo sus manos en el suelo, dio un giro como si fuera un karateca experto y me dio una patada en el pecho, sacándome todo el aire.
- ¡tienes que atacarme directamente, no hacerme tropezar! –me regaño
Estaba apoyado por mis rodillas mientras me apretaba el pecho, queriendo recuperar el aliento, lo mire con gesto de dolor, esta vez estaba vestido diferente, tenía el mismo pantalón estilo rapero, descalzo como siempre, esta vez tenía una playera negra muy ajustada, no tenía mangas y el cuello era algo largo. Había olvidado que tenía buen físico, comenzaba a creer que era uno de esos chicos rompe corazones. Me coloque de pie aun con dolor en el pecho.
-podrías rebajarte un poquito a mi nivel, ¿no lo crees, Adam? –dije
-estoy a tu nivel- se cruzó de brazos
-si estar a mi "nivel" es lanzarme golpes a lo loco, entonces tenemos conceptos muy diferentes de estar al nivel de alguien
-eso te pasa por faltar dos días
-esos días fueron porque, ¡estaba totalmente noqueado!, y muy jodido por la golpiza que me diste
-eres un dramático- dijo yendo a por agua
Simplemente gruñí, no tenía caso discutir con alguien que necesitaba demostrar que no le podía ganar. Fui hacia donde estaba Adam e igual tome agua, tome un gran sorbo, estaba fría, mire por un segundo a Adam, su cabello oscuro que estaba mojado por el sudor lo tenía pegado en la cara, apenas le llegaba a los ojos, vi que tenía una hoja entre la oreja, sin que me viera acerque mi mano y roce la punta de su oreja. Mi error. Tal como un gato alerta tomo mi mano y me tiro al suelo, estaba sobre mí, abrí más grandes los ojos por el asombro y vi la mirada de sorpresa de Adam.
-yo...am...perdón- dijo soltándome y entrando al refugio
¿Qué acababa de pasar?, simplemente lo roce, no lo ataque, pudiera ser que tanto tiempo aquí lo volvió paranoico a cualquiera que lo tocara, pero se dejaba tocar por Edén, más confuso no podría estar. Me quede en el suelo, mirando las copas de los árboles, pocos rayos de sol lograban entrar entre las frondosas ramas llenas de hojas, el clima estaba agradable, lo días de invierno se avían ido por completo, dejando que el sol nos calentara, respire profundo, relajando mi cuerpo, cerré por un momento los ojos. Pensé por un momento en ese pequeño pueblo gris, en lo húmedo que era en verano, en lo congelado que se ponía en invierno y en lo genial que se ponía ante una tormenta, recordé una vez donde la lluvia llego golpeando mi ventana, fue como si me llamara, dejé mis deberes y salí corriendo la terraza de mi casa, al abrir la puerta un relámpago cayó del cielo, provocando una electricidad en mí que me hizo querer más de eso, deje que la lluvia me empapara, me recosté en el suelo mojado, viendo como el cielo se iluminaba ante cada relámpago que caía, esos eran los momentos donde mi mente se olvidaba de todo a mi alrededor. La lluvia limpiaba lo malo y los relámpagos eran los nuevos momentos donde sonreía sin mentir.
- ¿relajándote?
Abrí los ojos de golpe y me encontré con el rostro de Edén muy cerca de mí. Reaccione de forma acelerada y me levante, chocando con la frente de Edén.
- ¡Edén! ¡perdón, perdón! ¡no quise lastimarte!
-estoy bien, tranquilo- dijo sobándose la frente
Estaba tan metido en mi mente que no escuche su llegada.
-pensé que estabas en la biblioteca- dije
-lo estaba- me dijo- pero necesitaba un poco de aire fresco, me estaba ahogando con tantas letras
-pensé que te gustaba leer
-amo leer, pero a veces es tedioso leer temas de los cuales no estas interesada
Reí un poco. Edén se sentó en el césped al lado mío, me entro un poco de miedo por si Adam estaba cerca, pero no lo vi por ningún lado, me acomodé un poco y miramos el bosque.
-lindo, ¿no crees?, estos son unos de los pocos paisajes que podemos ver en el mundo- dijo Edén- esto no se ve de donde somos
-a veces el mar es hermoso- dije mirándola
-si lo sé, pero...prefiero este
En un momento como este el protagonista se da cuenta que quiere saber más de su compañero, amiga o pareja y yo quería saber más de ella, necesitaba conocer a la Edén de esa ciudad gris y no la de esta tierra mágica, pero las palabras no me salían, era como si prefiriera mirarla y aprovechar el momento de estar con alguien a quien le importaba, baje la mirada, sus dedos estaba tan cerca de los míos, estaba tan calmados que podía tomar su mano y estar sentados sin hablar de nada.
- ¿Qué prefieres? –dijo tomándome por sorpresa- ¿otoño, verano, invierno o primavera?
Mire hacia arriba. Tenía mi respuesta.
-lluvia
-esa no es una estación- dijo mirándome
Me recosté en el césped.
-no, no lo es, pero adoro la lluvia, los relámpagos, su sonido, aroma, todo junto es música para mí, cada vez que llovía en ese pueblo me emocionaba- recordé esos momentos- todos corren cuando llega, muchos la odian, en cambio yo dejo que me moje, dejo que su limpieza me purgue haciendo que olvidara los momentos malos de los días
Edén rio. La mire confundido.
- ¿Qué te causa risa? –dije
-lo mucho que se parecen
- ¿Quiénes?
-tú y Adam
- ¡¿discúlpame?!, yo soy mejor que ese sujeto antisocial, grosero y violento de Adam- dije ofendido
-no me refiero a su actitud, me refiero a gustos, ustedes adoran la lluvia, los calma y arrulla como un canto de sirena, los hace olvidar los momentos malos, los únicos que los diferencia es que a Adam le gustan las lloviznas y a ti las tormentas, pero eso no los hace tan diferentes
Sus ojos azules se quedaron clavados en mí, eran brillosos y llamativos, como la forma de un relámpago en el cielo, me provoco esa misma electricidad atractiva que tanto me gustaba.
-y tú, ¿Qué prefieres? – le dije
Edén volvió a mirar al cielo.
-antes me gustaba el invierno, ahora adoro el verano- contesto
-y ¿Por qué lo adoras?
Sonrió al cielo.
-porque fue el momento donde conocí a Adam
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Everoth y Los Tres Dragones - Parte 1 ( Alex) (Trilogía los tres dragones)
FantasíaTres pueblos. Tres profecías. Tres Dragones. Alex, Adam y Edén son tres estudiantes que terminan en una Tierra desconocida, donde cada uno tendrá que asumir su papel de Reinante, su descendiente Dragon. Buscar los Talismanes de dragón que tienen e...