Capitulo 2 - Parte 4 (Víctor)

11 0 1
                                    

Esto...estaba mal. Muy mal.

De las pocas personas que quería que supieran mi tonto secreto tuvo que ser ella. Mi reinante. Si mi padre aun estuviera conmigo me gritaría o hasta me abofetearía por esta vergüenza. Alguien como yo mostrando esta forma tan...tonta, me hacía sentir avergonzado, incluso peor porque estaba mi Reinante, mirándome. Que idiota. Incluso esto me hacía sentir enfermo. Mi único y tonto secreto avía sido descubierto después de tanto tiempo siendo cauteloso y silencioso.

Maldición, soy su Mentor. Un Alila, un hombre, mostrarme de esta forma me haría ver débil, sin autoridad o al menos ante los ojos de Edén no era así. De donde yo vengo la música es para todos. Sus palabras sonaron tan sinceras y verdades que por un momento llegue a creérmelas, pero yo conocía esta tierra, es diferente, además que en los Pueblos Alilas los estereotipos de entre hombres y mujeres son diferentes a los que conoce ella, que un hombre Alila toque algún instrumento lo hacía ver mal, como si se burlara de las mujeres que tocaban para verse más femeninas, por eso ocultaba mi pasión por la muisca. Pero ahora...Edén estaba aquí, mirándome con sus grandes ojos cristalinos, lujuriosos por saber más, además, puede y no resulte tan malo, ha sido una espina en mi desde hace mucho tiempo este secreto tan ridículo, también podría ser alguna recompensa para ella, no sabe mucho de mí, así como yo tampoco se mucho sobre ella, tanto tiempo haciéndola una Reinante perfecta que nos hemos distanciado un poco, tal vez demasiado, saber un poco más sobre su Mentor no estará mal.

Edén ya me estaba esperando sentada, con su gran sonrisa, ¿Cómo no caer con su gran y radiante sonrisa?, yo como su Mentor a veces no puedo resistirme a una. Tomo mi violín, una de mis más grandes tesoros, después de tenerlo tantos años siempre que lo tenía en mis manos me hacía sentir de alguna forma completo, además de recordarme uno de mis pocos recuerdos felices de niño. Coloque el violín en mi hombro izquierdo, ajuste un poco las cuerdas y escogí la canción.

-Esta melodía la compuse yo mismo- dije tomando el arco- cuenta un poco sobre la historia de un amigo...uno importante

Comencé a tocar. Moviendo mis dedos acordes a como movía el arco, creando la melodía que tomo tiempo que quedara perfecta, captando cada cosa que me hizo sentir esta persona además de contar un poco de cómo fue creciendo mi interés en la música, pero solo la canción no funcionaría para contarle todo. Tomando un poco de valor comencé a hablar, contando más detalle todo.

¿Cómo fue que llegue a apreciar la música?, más bien siempre estuvo hay para mí, solo que siempre la ignore. Tenía tan solo ocho años cuando decidí escucharla por completo, cuando decidí que esto me traería problemas, pero también cosas buenas. Diría que mi infancia no fue mala, si no complicada, nací siendo el hijo del Presidente de los Alilas, su único hijo, además barón, seguiría los mismos pasos que mi padre, además de que me pasaría sus Alas que han pasado de presidente a presidente, al menos ese era el plan, ser un gran futuro sucesor de Presidente Alila, que se diera a respetar y siguiera las leyes que han estado desde el principio, al menos eso estaba yendo bien, hasta que la música llego a mi como un gran golpe al corazón. Lo primero que me llamo la atención fue como las simples cuerdas que se veían débiles a mi vista sonaran de manera tan hermosa y maravillosa. El primer día que llegue a escucharla con más atención fue una vez que escapaba de mis labores y en una habitación se escuchaba una melodía un poco sorda que venía de una habitación que mi madre recurría mucho, mi curiosidad de niño pequeño mi hizo mirar por la mirilla de la puerta y quedar atónito al ver a mi madre. Tenía entendido que mi madre era una de las mejores tocando el arpa en el Pueblo Alila, solo que jamás llegue a verla. Sus movimientos eran tan delicados y llenos de gracia, las cuerdas de su arpa emitían una melodía tan mágica ante mis oídos que cada que podía iba a verla en secreto, después de tanto tiempo mirándola termino descubriéndome, esperaba un regaño ya que siempre me avía dicho que espiar era malo, pero simplemente me sonrió, diciéndome que ya no era necesario seguir escondiéndome, que podía pasar tiempo con ella y eso hice.

Everoth y Los Tres Dragones - Parte 1 ( Alex) (Trilogía los tres dragones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora