Parte 1 – Alex
La Cuidad Elfica.
El Reino más grande de esta tierra. Si fuera de este lugar, de esta tierra, que estuviera de frente de uno de los lugares más poderosos y llenos de magia hubiera sido diferente mi reacción, tal vez este de frente de la Cuidad no me provocaría nada, pero, al contrario, estaba impresionado, maravillado por su resplandor, sabía que estaba en territorio enemigo de los Tick Tack y de las demás razas, pero ¿Cómo no quedar boquiabierto?
Al regresar al carruaje seguimos un camino de piedra y cruzamos la Ciudad, tenía la cabeza de fuera como un perro en paseo, sabía que Caster me miraba con una sonrisa de gloria por lograr hacer que me impresionara, pero no significaba que me callera bien, aun, miraba las construcciones enormes echas de mármol blanco y piedra pulida con decoraciones de oro o diamante, más en frente se encontraba un mercado gigante, las tiendas dejaban un pequeño hueco vacío para que los carruajes pasaran sin dificultades, comenzamos a rodear una fuente enorme que tenía en el medio dos estatuas de dos grandes Dragones de obsidiana, Caster ordeno que detuvieran el carruaje para que lograra ver la estatua mejor, baje y quede sin aliento. Era una estructura bella con dos dragones sacando el pecho de manera majestuosa, uno de los dragones era más grande que el otro, la más grande tenía los ojos anaranjados y el otro de un verde brillante, Caster no tardó mucho en decirme quienes eran. Tierra y Universo, los ahora llamado Antiguos.
Dejamos de lado la ostentosa y brillante ciudadela Elfica, mire hacia el frente y teníamos que cruzar un rio, la corriente era rápida y podía sentir el aire fresco que lanzaba, el carruaje tenía que pasar por un puente echo de raíces de árbol, se encontraba techado y con hojas verdes que brillaban con los pocos rayos de sol que se ocultaban lentamente, con sumo cuidado cruzamos el puente, el techo que tenía colgaban unas flores extrañas en forma de campana, saque mi mano por la ventana y las toque, estaban húmedas y emitieron un leve sonido de cascabel además de un aroma dulce como la miel, sonreí, ¿Qué más me parecería hermoso en esta Ciudad que solo brillaba con el sol y se mostraba pacifico?, el carruaje se detuvo en frente del gran palacio de la Ciudad Elfica, necesite entrecerrar los ojos ante el resplandor del palacio, estaba echo de mármol y diamante, aún quedaba algo apartado, necesitábamos subir por unas escaleras de mármol blanco a nuestros lados estaban jardineras con flores que se movían con la brisa que se impregnaba de su olor dulce, quedamos en frente de una gigantesca puerta echa de mármol y decoraciones bañadas de oro, dos guardias Elficos con armaduras de caballero nos saludaron y abrieron la puerta, donde nos estaban esperando tres sirvientas, se inclinaron ante nuestra presencia, la verdad fue extraño, pero no mentiré que se siento bien escucharlas decir Bienvenidos, es un honor recibirlo Reinante Rabit, estamos a su orden, al principio fue vergonzoso, pero después el ego se me subió, antes de que una de las sirvientas me separara de Caster una de ellas llamo mi atención, era diferente, más pequeña y de cabellos oscuros y rizados, además de que tenía un collar de metal en el cuello con una piedra preciosa incrustada en el medio. Nos separamos y una sirvienta Elfica me guio por un pasillo diferente al de Caster, miraba con atención todo, las ventanas enormes y las macetas de plantas que subían al techo formando arcos de plantas verdes y pequeñas flores blancas, nos detuvimos en una puerta de madera muy simple, abrió la puerta y no note como estaba decoraba la habitación ya que mi mirada se centró en la persona que estaba acostada en la cama, inconsciente y con rasguños.
-¡¡ADAM!! –grite su nombre, corrí a su lado, tal como Lizandra lo revise, tenía rasguños y moretes, además de que tenía fiebre, esa ira que avía logrado calmar regreso, un ácido venenoso subiendo por mi garganta, mire a la sirvienta que seguía en la puerta- ¡¿Qué fue lo que le hicieron?! –le grite, cerró la puerta cuando me le comencé a acercar, tome la perilla y ya tenía cerrojo.
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Everoth y Los Tres Dragones - Parte 1 ( Alex) (Trilogía los tres dragones)
FantastikTres pueblos. Tres profecías. Tres Dragones. Alex, Adam y Edén son tres estudiantes que terminan en una Tierra desconocida, donde cada uno tendrá que asumir su papel de Reinante, su descendiente Dragon. Buscar los Talismanes de dragón que tienen e...