• Capitulo 6: "Ilusiones rotas"

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PABLO GAVI:

Esa noche prácticamente no dormí. Pensar en Sidney me hacía mal. Pero lo cierto es que quería volver a besarla. Volver a probar esos dulces labios.

Lo hice en la fiesta, pero no era igual.

En esa fiesta ella creyó que yo era James. No me supe controlar. En cuánto ella comenzó a decir esas palabras..

"Pero..solo tengo ojos para ti"

Mierda.

Moría con que esas palabras fueran destinadas para mi.

Se veía tan perfecta con su disfraz de princesa que me hacía querer besarla. Hacía tiempo que no lo hacía, por cierto. Volver a probar sus labios fue una bomba. Pero tuve que alejarme. Esto no estaba bien. No podía fingir ser James. Él era su novio, no yo. Aunque me doliera, debía aceptarlo. Y por supuesto que lo hice. En cuánto la cosa se me fue de las manos, decidí alejarme.

Ojalá no lo hubiera hecho.

Y ayer.. Estuve a punto de besarla. Quería besarla. Más allá de mi duda de si en verdad era ella, quería besarla. Quería probar sus dulces labios de nuevo. Quería que ella lo disfrutara tanto como yo. Quería que ese beso fuera diferente. Pero no se pudo, porque se alejó. Me quedé pensativo mientras ella se iba alejando, su cuerpo ya no se veía, su pelo rojizo ya no se veía. Sus ojos marrones...Ya no se veian. No quedaba nada.

— Pablo, que llegas tarde — me comenzó a mover mi hermana. Hoy debía ir a verla a su gran show. Hacía ballet, por lo que sería un poco aburrido para mí gusto. Suspiré, enojado.

— Ya voy — puse los ojos en blanco, levantándome. Aurora sonrió como un ángel y se fue felizmente. Maldije por lo bajo —. Diez minutos más y..

— ¡Te estoy escuchando, Pablo! — me gritó desde las escaleras.

¿Cómo?

Hablas fuerte, chaval.

Si, eso.

Me levanté de la cama, de mala gana. Me intenté ver más.. Atractivo. Quizá y alli haya alguna chica bonita. Una chica que me ayude a olvidarme de Sidney.

No, tú no eres así.

Suspiré, mi conciencia era más inteligente que yo, por supuesto. Me puse mi mejor traje y salimos de casa rápido. En el viaje Aurora no paraba de hablar. Estaba tan emocionada que me daba náuseas. Miré la ventana, pensativo. ¿Sidney estaría alli? Ya que es amiga de mi hermana. No lo sé.

— Hemos llegado — Mamá interrumpió mis pensamientos, bajándose del auto. Repeti su acción y llegamos al estudio. Había mucha gente allí, me daba incomodidad pero nadie notó mi presencia.

No eres tan famoso, baja de tu nube.

— Ven, vamos a sentarnos alli — me indicó mi madre, mientras yo miraba como mi hermana se iba con las demás chicas.

Nos sentamos y solté un suspiro. Mamá me estaba mirando fijamente con una sonrisa, y no lo entendía.

— Lamento la tardanza.

Oh, si.

Reconocia esa voz. Era ella. Me giré en cuánto oí la silla rechinar. Ella me miró con los ojos abiertos y rápidamente bajó la cabeza, roja de vergüenza. Sonreí mirándola. Se veía tan tierna. Pero me limité a seguir pensando en ella. Necesitaba concentrarme.

— ¡Y presentamos a...! — el hombre comenzó a hablar de cosas de ballet que no escuché ni la mitad. Estaba tan nervioso de que Sidney esté sentada al lado mío. Me daban ganas de atraerla hacia mi y abrazarla. Pero no sabía como iba a reaccionar. Además, tenía novio.

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