Al límite

• Capitulo 8: "La fiesta"

SIDNEY SMITH:

Ya era la tarde, estaba cansada. Necesitaba una buena siesta, pero eso claramente no estaba en mis planes. Tocaron el timbre un par de veces hasta que decidí levantarme, realmente no esperaba visitas, lo que me pareció extraño.

Abri la puerta con cautela, ¿quien era?

— ¡Sidney! — Oí la voz de mi amiga, Floppy. Parecía extremadamente furiosa —. ¿Terminaste con James y no me has dicho? ¡Tuve que enterarme por otras personas!

Entró al salón gritándome varias cosas. Me dolía la cabeza, pero estaba disfrutando esto.

Masoquista.

— ¿¡Y VISTE A GAVI?! — Me miró más enojada que nunca, bajé la cabeza y suspiré.

— Me besé con Gavi.

La cara de sorpresa de Floppy se hizo gigante. Me miraba fijamente, esperando que sea una broma o algo asi. Claramente no fue asi. Ella se fue acercando lentamente. Daba miedo.

— Dos veces. Y una más, pero era un piquito — Sonreí nerviosa. Floppy quería matarme. Pero se limitó a hacerlo.

— ¿Te besaste con Gavi? — yo simplemente asentí, ella me miró aún mas sorprendida que antes. Contuve mi risa —. Y no me contaste nada.

Ella me miró, completamente ofendida. Se alejó un poco de mi y seguía con su mirada decepcionada. Me sentí fatal por unos minutos. Era cierto de que ya ni siquiera hablaba con ella. Era mi mejor amiga y ni siquiera sabía lo que me pasaba.

Mala amiga.

Si, era una pésima amiga.

El tema de Gavi me mantenía muy ocupada. Confundida, estresada. Necesitaba hablarlo con Floppy, era una muy buena consejera. Me apoyaría y consolaria.

Pero no le contaste.

— ¿Qué nos sucedió, Sidney? — suspiró —. Nos contábamos todo.

Mordí mi labio inferior, me sentía culpable.

— Lo siento — murmuré, me sentía avergonzada —. No hay palabras para justificarse, no sé qué me sucedió.

— Yo si — la miré, confundida —. Luego de que te hayas ido a Los Ángeles, hiciste nuevas amistades. Felice es una de ellas.

¿De donde conocía a Felice?

Eso no es lo importante.

Aunque me parecía tonto, tenia razón. Me sentía alejada de mis seres queridos. Estaba tan enfocada en los que conocí ahora que olvidé por completo a los que realmente me querian.

— Floppy, yo..

— Ya da igual — me sonrió triste —. Olvídalo. Tienes amistades nuevas y debo aceptarlo.

— ¡Pero no es asi! — Comencé a estresarme —. Siempre serás mi mejor amiga, aunque tenga amistades nuevas, siempre serás tú. Nadie puede igualarte.

Ella me miró con una sonrisa llegando a mueca. Bajó la cabeza y negó. Me estaba sintiendo fatal. Porque ella tenía razón. Siempre tiene razón.

— No importa, Sid. Está todo bien, ¿vale?

— ¡No, no lo está! — exploté —. ¡Tienes razón! ¡Siempre la tienes, joder! ¡He estado más alejada de todas las personas que me han apoyado durante toda mi vida y no me he dado cuenta! ¡Te he abandonado! ¡Abandoné a todos!

— ¡No! — Ella me detuvo, mirándome fijamente —. No digas eso, Sidney. No me abandonaste. Jamás lo hiciste. Simplemente...Dejamos de contarnos cosas por unos días. No está mal, ¿vale?