• Capitulo 12: "Cámaras"

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SIDNEY SMITH:

Al día siguiente amanecí de la mejor manera. Estaba Boris conmigo, por supuesto. Estaba limpio y sano, sin ninguna herida. Me sentía genial por ello. Si le pasaba algo, iba a explotar. Pero por suerte, no fue asi. De hecho, él estaba más contento. Se veía más libre, caminaba y corría por todo el salón. Jugaba con sus juguetes y dormía todo el día.

Era algo agotante estar detrás de él todo el día, pero valía la pena porque era el pequeño Boris.

Aunque Floppy estaba algo..Irritada. Estaba prácticamente corriendo de Boris. Le daba miedo mi perro. Aunque a veces jugaba junto a él.

— Eh, Sidney — me llamó Flo —. Te están llamando.

Sonrió pícara y supe que sería Luke el que me llamaba.

Últimamente habíamos hecho un buen equipo. Era mi amigo, después de todo.

¡Sid-Sid!

Sid-Sid.

Vaya.

¿Por qué me resultaba extraño que me llamase así?

— Hola, Luke.

¿Qué tal? Oye, necesito que vengas a mi casa. Quiero mostrarte algo.

¿Qué cosa? — sonrei.

Tendrás que venir para averiguarlo — Soltó coqueto.

Oh, venga ya.

— No sé si tengo tiempo.

No metas esa excusa conmigo, Siddy. Vives la vida sin preocupaciones o obligaciones.

— Vaaale — Sonreí —. Pasame tu dirección.

Ahora mismo lo hago. ¡Te espero aquí, eh!

Colgó el móvil y suspiré pesadamente. Su mensaje llegó con éxito, lamentablemente. Y también mis pies. No tardé mucho en llegar a su casa, parecía muy importante.

O quizá no.

Da igual, ya estaba llegando.

Mi boca se abrió tan grande en cuánto llegué a su enorme hogar. Tenía una puerta hecha de roble, junto con una gran manija. Parecía un castillo. Era tan enorme como un maldito museo. Al entrar, daba con un pequeño pasillo que daba con toda la casa. Abrí la boca en cuánto vi la variedad de cosas sorprendentes que había.

Flipante.

— ¡Eh, Sidney — Levanté la cabeza en cuánto vi la silueta de Luke bajando de las escaleras con una sonrisa en sus labios.

Llegó hasta mi, moría de la vergüenza. Me sentía inferior a él. Su casa era muchísimo más gigante que la mía, eso es seguro.

— ¿Es tu casa? — dije cuanto pude hablar.

Él sonrió, victorioso.

— Es la de mis abuelos, de hecho. Pero me la regalaron por mi cumpleaños.

Vaya. Ojalá tener abuelos así.

Ni tienes.

Cierto.

— Vaya. Tu casa es hermosa.

Él sonrió.

— Lo sé. Ven, debo mostrarte esto.

Tomó mi mano levemente y me guió hasta sus escaleras de mármol. Eran largas, sentía que subirlas era infinito, pero llegamos a su gran habitación.

Dicha habitación contaba con una ventana grande, permitiendo que la luz del sol entrase. Al entrar, podrías ver su enorme armario, lleno de vestuario de Luke. También tenia su mesita de estudios, donde estaba su computador junto con algunos libros. Era muy acogedora. Su cama era más grande que mi baño, eso era seguro. Tenía muchos peluches de Groot y algunos personajes de Marvel.

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