• Capítulo 24: PARTE DOS

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FLOPPY MARTINEZ:

Habian pasado exactamente tres dias de lo sucedido con Pablo. Sidney seguia destruida y no quiso saber nada de la cena. Pablo tampoco volvió a llamarme, pero tampoco pude saber mucho de él. Estaba completamente segura de que Sidney no me quiera hablar luego de lo que había hecho. Pero no podía evitarlo. Quería ayudar a Pablo, puesto que era el único hombre que realmente quería a Sidney.

Aunque, por supuesto, es un experto en romper corazones.

No podía verla más sufriendo de aquella forma. Pasaba momentos en mi habitación mirando la ventana, mientras a brisa fría le pegaba en el rostro como una bofetada. Sus lágrimas se desprendían de sus ojos con rapidez, tenía notables ojeras y su cara parecía pálida.

Le habian roto completamente el corazón a mi mejor amiga, pero todo fue obra de Lila Tuculet.

A veces me gustaría plantarme en su casa y darle una buena paliza. Romperle esos perfectos dientes que tiene y destruirla por completo. Para qué aprenda la lección de no meterse con las personas que no son suyas.

Estaba sentada en el living mientras oía una melodía en mi habitación. Sidney estaba en su era depresiva, todas las canciones eran dedicadas para Pablo.

— ¡Sidney, baja un poco que no puedo escuchar mi programa!

— ¡Lo siento, Flo! — Se oyó un sollozo. Suspiré, levantándome del sillón para ver como estaba Sidney.

Y allí estaba ella, con un peine en mano simulando un micrófono y sus pelos todos revueltos. Sus ojos llenos de lágrimas y una foto de ellos en su mano libre. Oí otro sollozo y me arrodillé a su estatura, ella cubrió su rostro con sus manos mientras decía algo que no logré escuchar.

— Es un imbécil y yo también porque a pesar de todo, lo quiero muchísimo.

Ella se aferró a mi como un Koala y me abrazó con fuerza. Yo correspondi al abrazo mientras acariciaba su cabello con lentitud. Los días parecían una rutina con Sidney destruida.

— Ya podrás sanar, cariño — Murmuré mientras notaba que ella seguía sollozando —. Ya podrás sanar.

— Quiero irme, Flo — Hipó —. Irme a otro lado, lejos de Pablo. Olvidarme completamente de él.

Me miró a los ojos y desprendió nuevas lágrimas.

— Quiero ir a una fiesta.

¿Qué?

¿Esto es real?

¿Sidney Smith, la chica que odia las fiestas diciendo que quería ir a una fiesta?

Definitivamente, deberían romperle el corazón seguidamente.

— ¿Estás segura, Siddy?

— ¡Si! ¡Por favor! — Comenzó a caminar hacia mi armario y la miré con detalle —. Prestame un vestido, lo que sea.

Sonreí coqueta.

— Mueve ese culo para los chicos. ¡Sidney Smith irá a una jodida fiesta!

No resultó como esperaba.

Sidney tomó más de la cuenta. Era el centro de atención, todos la miraban con detalle mientras ella movía sus caderas para cualquiera que se le cruzase. Yo estaba en el pequeño bar, mirando como mi amiga dejaba de ser Sidney por un momento.

Pero cuando lo estaba disfrutando, una llamada entró.

¿Floppy?

Pablo — Suspiré —, ¿qué pasa?

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