• Capitulo 11: "Crio inmaduro"

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PABLO GAVI:

Llegué a la cafetería para ver a Amanda. Ella me había avisado que podía venir ahora, ya que estaba en un pequeño descanso.

Amanda ya me estaba esperando allí, sentada en una mesita con una sonrisa de oreja a oreja. Me senté al frente de ella, noté que no había casi nadie. Estaba todo el silencio.

— Pablito, creí que no vendrías — Sonrió —. ¿Por qué has tardado tanto? Dijimos a las siete en punto.

No iba a levantarme a las siete, eso es obvio.

Pero tuve un problemita muy lindo en el camino..

— Me he dormido — aclaré. Aunque realmente había tardado de más por Sidney.

Amanda me miró, sonriente. Se levantó para dirigirse a buscar la cafetera.

— ¿Por qué no hay nadie? — pregunté, mirando a los otros lados.

Ella se encogió de hombros.

— Normalmente mis compañeros vienen a la hora de trabajo. La cafetería no está abierta — sirvió una taza de café —. Me gusta venir temprano para poder desayunar yo sola.

Se acercó a mi junto al café y la dona. Me las puso en un plato muy bonito y me sonrió.

— La última vez que viniste lo tomaste todo, enhorabuena — Alzó su taza y le dió un gran sorbo —. Por dios, ¿cómo es que no te gusta el café?

— Me he acostumbrado al té de manzana, a mi tampoco me gustaba — me encogí de hombros, recordando el momento donde la había probado por primera vez.

Ella esbozó una sonrisa.

— ¿No te gustaba? — Asentí —. ¿Quién o qué hizo que cambies de opinión?

Bonita historia.

12/09/19 — Los Ángeles, California.

Sidney sostenía su té de manzana, junto a una dona de chocolate. Gavi la miraba con una mueca de disgusto. No podía creer que a su mejor amiga le gustara el té de manzana.

Deberías probarlo — Dijo, apuntandolo con la dona —. Te gustará.

Él negó inmediatamente. No dejaría que su boca probara ese líquido asqueroso.

Por favor, Pablito — el apodo que siempre hacía que su mejor amigo se molestara, pero a la vez sólo permitía que ella lo llamase de ese modo —. Una vez y prometo no molestar.

Él se cruzó de brazos, dubitativo.

— Si lo hago, ¿qué gano a cambio? — Sonrió victorioso. Él sabía lo que quería, solo esperaba que Sidney lo dijera.

Ella se mordió el labio inferior, sin saber qué le gustaría a su mejor amigo.

— ¿Un abrazo de buena suerte? — Sonrió de oreja a oreja —. Ya sabes, para que puedas entrar en un buen equipo..

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