• Capitulo 25: "Pertenecer"

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PABLO GAVI:

Brevemente, estaba en el cementerio. Parado frente a una pieza de mármol, quedándome en silencio. No había nada allí más que los restos de Mario. Ahora podía descansar en paz junto a Margaret, juntos y felices. La ida de ambos fue un golpe duro, mucho más para Sidney. Perdió a sus dos padres y sólo le quedaba su tía Lucía y tío Hector, tutores legales.

No había razones para venir, pero impulsivamente quería hacerlo. Hace tiempo que no visitaba su tumba, no pude estar en su funeral.

Tomé las flores amarillas, favoritas de Margaret. Y unas margaritas para Mario, ya que no tenía ni idea de cuales eran. Me guíe con las de su hija.

La vida era increíblemente injusta. Te arrebataba lo que tanto costó conseguir en segundos, te hace débil y pierdes una pieza de tu corazón con ellos.

No había palabras para expresar lo que sentía viendo sus nombres tallados en las tumbas. Sentía un vacío, un extraño vacío.

Buscaba respuestas, y sentía que de alguna manera ellos podrían dármela. Tan solo con el silencio que habitaba allí era suficiente.

— Traje flores, las favoritas de la señorita Margaret— Suspiré —. Debi haber venido antes. Tardé tiempo en hacerlo.

Me quedé en silencio. Estaba volviéndome loco, estaba hablando con una pieza de mármol con nombres tallados.

Pero no podía evitarlo. Necesitaba descargarme, aunque ni siquiera me escuchen o puedan darme consejos.

— ¿Qué debo hacer para recuperarla? — Comencé a caminar —. Su hija, con todo respeto, cumple un papel importante en mi vida. Más allá que sea mi novia, es..Es la llave de mi corazón, mi razón de seguir y la chica de mis sueños. La cagué horrible en el pasado, me arrepiento mil veces pero lo volvería a ser si se tratase del sueño de Sidney. Usted me entiende, Mario — Sonreí a medias —, su hija es tan testaruda como usted. Mi padre lo quería como su hermano.

Bajé la cabeza, mordiendo mi labio inferior.

— Sidney los necesita. Yo los necesito. Que de alguna forma me den consejos para ayudarla, porque siento que soy un perdedor a su lado. Ustedes sabrían que hacer en esta situación, apuesto que lo resolverian fácilmente. Patada a tomar por culo y listo, ¿no? — Reí —. Me haceis mucha falta, erais como mis segundos padres. Decepcioné a su hija y a ustedes igual, pero mejoré. Quizá no del todo, pero mejoré para recuperarla.

Sonreí a medias, recordando los buenos momentos junto a ellos.

— Sidney volvió a ser feliz, por cierto. Casi la pierdo en un incendio, casi la pierdo por una discusión y ahora..Ahora estoy a punto de perderla por completo. Se que es una locura, pero necesito fuerzas. Fuerzas de vosotros.

Suspiré, mirando sus tumbas nuevamente. Me estaba volviendo loco por pedirle ayuda a unos restos de cadáver.

— Prometo no defraudarlos, Smith. Prometo honrar su apellido.

Salí del cementerio sintiéndome más vivo que nunca.

Licenciado en comedia..

Mi próximo destino fue mi hogar, donde mi madre me esperaba con la cena lista. Admito que estaba demasiado ocupada con el tema de Lila, debía encontrar el momento perfecto donde pueda hablar con ella y explicar las cosas.

— ¿Y cómo va eso? — Preguntó Aurora con la boca llena —. El tiempo corre, hermanito.

Puse los ojos en blanco.

— Todo a su tiempo, hija — Mamá suspiró —. Aunque deberías apresurarte, Pablito.

— ¿Por qué?

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