• Capitulo 19: "Si tú caes.."

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PABLO GAVI:

En breve, ya era 31 de diciembre.

Fue una locura como el tiempo pasó tan rápido. En horas, ya iba a ser año nuevo.

Lo más triste, es que no lo pasaría junto a Sidney. Habíamos decidido que yo lo pasaría con mi familia y ella se iría a Los Ángeles.

Fue un pequeño plan de último momento, pero ambos estuvimos de acuerdo. De todas formas, volveríamos sanos y salvos.

Yo hoy tenia un partido, pero ella no podría ir a verlo. Tenía que irse más temprano a tomar el avión, por lo que tuvimos que despedirnos un poco antes.

— Te voy a extrañar — Ella murmuró, abrazándome.

Sonreí, acariciando su cabello.

— Serán solo dos días, linda.

— Ya — Se separó, mirándome a los ojos —. Pero yo vivo a base de tus besos, así que...dudo mucho que pueda sobrevivir.

Reí, un poco nervioso con sus palabras. No era muy de decir estas cosas, pero cuando realmente lo sentía, decía cosas sin mucho sentido. Hacía que me ponga nervioso, cuando debería ser al revés.

— Boba — Sonreí, mirándola —. En un cerrar de ojos me tendrás de vuelta.

— ¿Y a tus labios también?

— A mis labios también.

— Vale, entonces acepto — Se giró para dirigirse a la habitación.

Me crucé de brazos, ofendido.

— ¿No te despediras?

Ella se paró en seco y se dió vuelta con una sonrisa inocente. Seguí fingiendo estar ofendido. Sus pasos pequeños llegaron cerca mío.

— Lo siento.

Me abrazó con fuerza, lo correspondí aunque lo esperaba diferente. Suspiré, agobiado.

— Quería un beso.

Se separó con sus mejillas ruborizadas y sonreí, negando con la cabeza.

Sus manos llegaron a mi mejilla izquierda y la acarició, mientras apoyé mi cabeza en esta. Mis manos tomaron su cintura con cautela y la acerqué hacia mi con brusquedad. Sus ojos se encontraron con los míos y sonreí como un niño pequeño.

Era curioso que sólo serían dos días, pero éramos tan unidos que parecería una eternidad.

Incluso ya era doloroso saber que no iría a ver el partido. Sentía que era de mala suerte.

Finalmente, unió sus labios con los míos, formando un beso dulce y duradero. No fue brusco, más bien fue un beso cálido. Lleno de emociones y sentimientos. Un beso de película, de esos que nunca se olvidan.

Me sentía en paz en sus brazos. No me sentía incómodo, no sentía ganas de besarla sin piedad. Quería ser precavido con ella, cuidarla como si fuera mía.

Lo es, solo que lo niega.

Nuestros labios se separaron, haciendo que suelte un suspiro. Quería que durara más, pero lastima que nuestro poco aire no quiso.

— ¿Puedes dejar de ser tan romántico por un momento? — Sonrió, cerca de mis labios.

— Sólo soy así contigo.

Me miró a los ojos y cerró los suyos, suspirando.

— Me hubiera gustado verte jugar. Merecías eso.

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