• Capitulo 15: "Perder"

4.7K 180 178
                                    


SIDNEY SMITH:

España acababa de perder contra Marruecos. En los penaltis. Una locura, realmente. Estaba en las gradas, notando como festejaban su victoria. Realmente creí que podíamos ganarla. Fue un dolor ver como íbamos perdiendo 3-0. De todas formas, me preocupaba Gavi. Toda su camiseta estaba verde y lo habían sacado. Estaba segura de que estaba furioso con él mismo. Creer que pudo dar más, al punto de rebajarse.

Conocía a mi novio.

Por ende, apenas los jugadores se fueron a los vestuarios, no dude en ir corriendo. Las Gavira estaban preocupadas también, puesto que Gavi no estaba en el vestuario.

Más bien, estaba discutiendo con Pedri.

— ¡Cálmate! — Pedri miró a Gavi furioso —. Fue una derrota limpia, deja de insultar a los demás.

La risa de Gavi se oyó en todo el salón, mientras la gente se alejaba.

— No estoy insultando a nadie. Sólo a el árbitro. ¿Has visto mi camiseta? ¡Está verde y es de color..celeste! Estoy molesto, es todo.

— Estás molesto con todos, chaval.

— ¿Qué dices?

— Con todos — Pasó una mano por su rostro —. En vez de consolar a los demás, decides decirles sus errores. ¿Desde cuándo un partido se volvió un campo naval? Que sepas que Ansu está molesto contigo. Ferrán no quiere ni verte. A veces, deberías ponerte en el zapato del otro, Gavi. Así jamas aprenderás.

Pedri lo miró una última vez antes de irse del vestuario. Gavi mantenía el perfil bajo. Las Gavira me empujaron un poco, para hablar con Gavi. Pero estaba algo nerviosa. Conocía a Gavi y cuando estaba molesto, no quería hablar con nadie.

Sin embargo, levantó la cabeza para mirarnos. Sus ojos miel no eran brillantes. Ardían de furia. Se cruzó de brazos y nos miró.

— ¿Ustedes también me van a decir gilipollas?

Abrí los ojos como plato y negué, acercándome a él. Les di una seña con los dedos para que nos dejen solos, y eso hicieron. Tomé su mano y la acaricié, estaba muy tenso.

— ¿Quieres ir a hablar a otro lugar? — Murmuré en su oído y asintió.

Me jaló un poco hasta llegar a un lugar más privado. No conocía esa habitación. Estaba a oscuras. Cerró la puerta y me miró a los ojos.

Prendió la luz, dejándome ver toda la habitación. Era un vestidor más pequeño pero grande. No estábamos apretados.

Me acerqué a él y acaricié su pecho, mirándolo a los ojos. Él no me miraba, evitaba mirarme.

Suspiré.

— ¿Estás enojado conmigo?

Él se arrepintió al instante y tomó mis manos, mirándome. Negó con la cabeza.

— Sólo..Estoy molesto, ¿Vale? — Suspiró —. Molesto de que crean que soy un gilipollas que piensa en el mismo. No soy así. Lo sabes.

— Lo sé — Suspiré —. Pero Pedri tiene razón, tú..

Se separó al instante y cerré los ojos con fuerza. La había cagado. Abrí los ojos sólo para ver su mirada hecha furia. Ahora estaba molesto.

Arde troya.

— ¿Yo qué? ¿Te pondrás de su lado?

Negué, intentando acercarme pero él se alejó.

— Debes escucharme.

— ¿Quieres que escuche como mi novia le da la razón a un tio que me dijo que sólo pienso en mi mismo? — Sonrió irónicamente —. Por supuesto, tu mejor amigo es más importante que tu novio.

Al límite Donde viven las historias. Descúbrelo ahora