꧁ೋ•✧๑♡• 𝓔𝓷𝓪𝓶𝓸𝓻𝓪𝓭𝓸𝓼 - 𝓢𝓱𝓲𝓷 𝓢𝓸𝓾𝓴𝓸𝓴𝓾 •♡๑✧•ೋ꧂

Capitulo 2

° Proteger °

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Otro día era igual para Nakajima, levantarse tarde, ir al instituto tarde, llegar tarde y recibir un sermón por parte de alguno de los profesores por su demora.

Pero había una ligera diferencia en el peliblanco, y era que no paraba de pensar en la mirada del pelinegro, cuando había notado el ligero sonrojo ayer, en esa cara pálida y hermosa, no pudo evitar pensar en aquello, le parecía muy lindo a pesar de su actitud y el tenerlo cerca era como un sueño, tan solo a unos centímetros del peliblanco se encontraba "Él".

El albino sabía perfectamente eso y le alegraba el día, hace tan sólo un día que había tenido esa pequeña impresión de un poco de bondad en aquel chico y ya se había ilusionado por tal vez poder entablar una pequeña por más mínima que sea, amistad con aquel.

Pensaba, mientras miraba la ventana mientras que su brazo estaba apoyado en el pupitre y su barbilla descansaba en la palma de su mano, con una sonrisa notable, aunque no quería parecer un desquiciado.

Mientras que por otro lado el pelinegro estaba aún peor que ayer, se veía como si hubiera muerto y renacido ese mismo día, ya que tenía ojeras notables y un humor aún más malo que de costumbre.. no quería aceptar el hecho de que había estado pensando en el peliblanco cuando quería descansar y su sonrisa tan linda que solo él podía hacer... «Diablos otra vez.. ¡No puedo seguir así!» pensaba mientras miraba fijamente al peliblanco mirar a la ventana muy concentrado, era tan sólo... Ilógico poder sentir algo tan raro tan sólo después de un tiempo de conocer y cruzar palabras con aquel pequeño chico.

Tan solo con aquello, ya sentía como su alma se le devolvía al cuerpo, a pesar de haberlo conocido ayer, es como si ya lo hubiera conocido y su confianza era completamente dada hacia aquel peliblanco..

No pudo evitar tocar la espalda del peliblanco, se había preocupado "un poco" por él, no quería volver a verlo cabizbajo y triste al salir del salón por un regaño del profesor, aún si estaba clarísimo que no debía de importarle lo más mínimo lo que él hiciera o no.

El peliblanco se volteó al sentir aquel toque, mientras que el azabache logró ver su rostro con esos ojos violetas con un ligero amarillo pero muy intenso que dejaría hipnotizado a cualquiera, con esa luz que solo él sabía emitir, como una cámara lenta el tiempo pasó y vió una sonrisa del peliblanco que lo hizo ponerse nervioso y girar hacia otro lado su mirada, intentando por lo menos, disimular no estar con aquel sentimiento, y recordó el por qué lo llamaba.. —Pon atención a la clase o te llamarán la atención como la otra vez. —regañó el azabache, cuando claramente él era el distraído en ese preciso momento.

Al escuchar aquella palabras el peliblanco comenzó a mirar hacia la pizarra,  aunque sus pensamientos seguían con la presencia del pelinegro, al menos miraba al frente para disimular y no ser expulsado nuevamente, aún emocionado por ver denuevo al pelinegro y al menos creer que ese pelinegro se preocupaba por él, cosa que era raro pero él sentía algo así como una calidez en su corazón al saber que por lo menos alguien en ese momento se preocupaba por él.

Lo único que pensaba en todos los segundos y minutos, era en como se vería el pelinegro sonriendo, riendo, como cualquier persona lo haría, o en un momento, hasta acariciándolo con una sonrisa.

La imagen que tenía lo hizo ruborizar e inmediato empezar a sacudir su cabeza para dejar de pensar en aquello, aunque no tardaron esos pensamientos en volver y sin poder dejar de hacerlo, se vio resignado a seguir con esos pensamientos y fantasías, simplemente no salía de su cabeza en ningún momento de la clase, no entendió nada de lo que había dicho el profesor en toda la clase, pero miraba atentamente hacia esa dirección, mientras sonreía, tal vez y Atsushi estaba experimentando un tipo de "amor a primera vista" a pesar del mal trato que le dió Akutagawa al verse por primera vez, a pesar de aquel malhumorado semblante y aquella aura de especie de peligrosidad que daba a emanar, Atsushi creía firmemente que debajo de tantas malas cualidades había un chico bondadoso e incluso gentil.