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Confusiones - Capitulo 21

Después de los feriados de sábado y domingo de las clases, en los cuales los jóvenes se dedicaron a descansar, sin algún tipo de contacto el uno con el otro entre esos dos días.

Desgraciadamente era lunes, el peor día de la vida, levantarse temprano con toda la pereza y cansancio del mundo, como si no hubiera descansado ya, Chūuya se levantó.

Se lavó la cara, comió, se lavó los dientes, se cambió de ropa y finalmente salió a una hora temprana, aunque no sin antes recibir 5 minutos de mimos de parte de su madre.

Llegó a la entrada del instituto, había un montón de estudiantes a pesar de la hora, y allí entre la multitud se lograba ver un mechón castaño.

De inmediato pudo saber de quién se trataba, aquella persona que sería su objetivo hoy, tal castaño con graves pensamientos suicidas, aunque no era extraño que tuviera aquello, ya se había acostumbrado a que el castaño estuviese queriendo matarse o leyendo libros de dudosa procedencia todo el día.

Miró fijamente a aquel chico que se encontraba charlando con alguien, aunque no sabía quién era porque la multitud no dejaría ver con claridad la escena, pero podría jurar y es una mujer «Qué molesto..» se quejó en su mente, ya que no podría decirlo en voz alta o lo tacharían como loco.

Aunque después de unos segundos se arrepintió de sus pensamientos, pero no se dió cuenta de que seguía viendo a Dazai desde lo lejos, quien ya sabía que alguien lo miraba, y también sabía quién era, estaba emocionado, no pudo evitar voltear su mirada y conectarla con la del pelinaranaja.

Sonrió con dulzura, dejando que algunas flores nazcan en su alrededor, era una sonrisa incomparable.

Chūuya de inmediato se dió cuenta de su error, volteó su cara y siguió con su camino hacia el aula de clases, más ya casi era la hora de comienzo.

Al ver aquella reacción algo adorable el castaño no pudo evitar soltar una risilla y seguir su conversación con aquella chica que lo habría llamado -T-tengo algo que decirte en receso..- confesó la muchacha, era linda y pelinaranja «Al igual que Chūuya».

No pudo evitar culparse por haber pensado en Chūuya en tal situación, la verdad casi nunca se le confesaban, ya que era seguro de que las rechazaría rotundamente, con algo de amabilidad para no destrozar el corazón de las llamadas "damas" como les decía Dazai.

-Ok~-

Luego, se dirigió hacia el aula, allí ya estaban la mayoría de los estudiantes, tan solo faltaban 5 minutos para que comiencen las clases, se sentó en su puesto y vió de reojo hacia el pelinaranja, colocado atrás de él, el cual lo ignoraba cruelmente -Chūuchu~- nombró abemolando su voz para que suene suave y dulce.

El nombrado solo dejó de escuchar todo por unos minutos, no quería hablar ahora mismo, pero siendo sincero no sabía por qué se sentía tan molesto con Dazai «Seguro y es porque es estúpido, nada más» pensó mientras esperaba creerse él mismo tal pensamiento.

Dazai no sabía la razón de aquello, habían conectado miradas hace poco y además ya no lo insulta tanto como antes, era en definitiva un gran paso.

Pero se deprimió un poco al ver que el pelinaranja lo evitaba «Sus razones ha de tener» se encogió de hombros y dejó de llamar a Chūuya por ese apodo tan molesto para el mismo.

«Por qué demonios dejo de llamarme» el pelinaranaja se alarmó ante tal silencio, pero luego de unos segundos golpeó su frente fuertemente, ¿En que carajos estaba pensando? sacudió su cabeza tratando de dejar ese pensamiento, pero esa poca insistencia del castaño lo molestaba, lo ponía furioso «Por qué estoy tan enfadado con él»