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Pareja - Capitulo 15

Pasaron algunas semanas después del incidente.

-Atsushi, levanta- insistía el azabache ya puesto con el uniforme del instituto, con una mano puesta en su cadera, mientras miraba al perezoso de Atsushi en la cama, todo despeinado y flojo, parecía de verdad un tigre, un tigre adormilado.

Atsushi parpadeó un par de veces y despertó -¿¡Qué hora es!?- estaba angustiado, siempre se quedaba dormido cuando era día de clases y era notorio ya que siempre llegaba tarde -Son las 7:30- respondió el azabache, algo molesto por la actitud despreocupada del albino.

Atsushi suspiró aliviado, acercándose mientras agarraba el cuello del azabache, dió un beso en la mejilla de Akutagawa y luego se separó con una sonrisa -Vayamos a las 7:50~- iba a acostarse denuevo como un buen perezoso que es, pero el azabache insistió de nuevo, tomándole los brazos e imponiendole seguir con su flojera.

-Ya me cambiaré..- el albino rendido, se paró y fué a vestirse, se puso su uniforme y una polera cómoda, ya que tenía frío.

Fué al lado de Akutagawa, quien ya tenía su mochila puesta y estaba al lado de la puerta de la salida en la habitación -Vamos.

Fueron juntos al instituto y llegaron a su salón, las miradas de algunos estudiantes fueron hacia ellos, algunas chicas murmuraban y reían, y otras simplemente se quedaban hablando, hasta que el azabache tomó de la mano al albino y lo coloco en su respectivo puesto -Presta atención a la clase, Atsushi- recordó, al tener un pequeño flashback del cuando lo habrían dejado afuera por no prestar atención y distraerse, se sentó en su propio puesto y esperó.

Llegó la hora y el profesor entró al salón, todos vieron que era el mismo profesor de ayer y se extrañaron de no haber visto a Chūuya ni a Dazai en las horas de sus materias, incluyendo a los dos protagonistas.

Pero de igual manera siguieron las clases, mientras que Atsushi estaba tranquilo y respondía algunas preguntas.

-Pueden salir- anunció el profesor, dejando a un lado sus libros y yéndose hacia afuera del aula.

Akutagawa ya estaba a medio camino y Atsushi le siguió a gran velocidad, ya que quería salir cuanto antes de aquella aula.

Atsushi fue al lado de Akutagawa, llegaron al comedor y el azabache se sentó en el suelo.

Comenzó a comer, así como el albino quien hizo lo mismo, esperando un poco de cercanía del azabache, aunque éste estaba demasiado ocupado degustando la comida.

Una pregunta inundó la cabeza de Atsushi, el ambiente estaba muy silencioso entre ellos, pensaría que sería una molestia para el azabache, era sumamente incómodo para aquel chico soltar su pregunta, pero no le importó.

-Y-yo... ¿Te molesto?- preguntó decidido el albino, aunque tenía miedo de recibir una respuesta y además sus tartamudeos lo hacían sonar algo gracioso, tenía la esperanza de que el azabache al menos no lo golpease como antes lo haría.

-Claro que no, me siento mejor cuando estoy contigo, tonto- Akutagawa respondió y se acercó al albino con una sonrisa, rozando sus labios por un segundo y luego depositando un beso en aquellos labios suaves y temblorosos en frente de toda la multitud que los veía expectantes.

Toda la gente murmuraba, muchos silbaban y otros solo se quedaban callados para no recibir un golpe de Akutagawa, sabían que aquel chico era fácil de molestar y en definitiva no se meterían en su vida -¡Callense!- refunfuñó Akutagawa, a pesar de hablar con un tono de voz neutro, se lo escuchaba sumamente molesto, además que sus ojos estaban cerrados, dando a ver su enojo.

Todos se quedaron en silencio, mientras que Akutagawa seguía comiendo como si no hubiera pasado nada, aunque no era lo mismo para otro chico.

Atsushi estaba en un viaje en las nubes más altas, todos habían visto aquel beso y se avergonzó por lo mismo -¿P-por qué hiciste e-eso?- preguntó casi susurrando el albino, tirando de la camisa que portaba Akutagawa a su lado.