Peor enemigo - Capitulo 17

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-Chūuya.. ¡Kun!- insistía Dazai, con múltiples parches por su cara y cuello, era demasiado molesto para el pelinaranaja, quien hacía tareas extras que le dió el profesor, solo por ser el nuevo estudiante.

Dazai daba vueltas por la habitación en dónde el pelinaranaja acomodaba muchos libros, aunque con un ceño fruncido, ya que lo habían castigado por culpa de aquel insecto volador que lo molestaba.

-Si no me vas a ayudar entonces vete, imbécil- gruñó el pelinaranaja algo molesto por la presencia de aquel castaño.

-¡O-k!- dió un brinco el castaño, para luego ayudar a cojer algunos libros y acomodarlos por secciones, en ocasiones topaba sus manos con las del pelinaranaja, sentía un ardor en el corazón, como si una llama estuviese en él queriendo avivarse.

Chūuya estaba un poco más tranquilo, el castaño no era tan molesto pero aún seguía siéndolo, al menos no estaría saltando y tarareando canciones mientras que él se mataba trabajando.

-Gracias- murmuró para sí mismo, estaba agradecido con Dazai aunque no lo diga.

-¡Ter-mi-né!- anunció entusiasmado el castaño, quien se dejó caer en un sofá cercano y comenzó a moverse para acomodarse lo más que pueda, hasta que quedó en una posición realmente graciosa, la cual de la que ni siquiera el pelinaranaja se aguantaría las ganas de reírse.

-Pff...- soltó carcajadas grandes, riendo como nunca lo habría hecho antes, era realmente divertido ver al castaño en tal posición, sumándole la cara de "estúpido" al estar así.

Dazai vió con detenimiento la risa y sonrisa de Chūuya, era algo tan hermoso de ver como una obra, la cual reflejaba la felicidad, era en definitiva un dios de aquello, el castaño pensaría eso mientras que sonreía, era la primera vez que sentiría esa calidez en el pecho y las mejillas.

«Oh... Así que si existe» pensó el castaño, esbozando una sonrisa para sí mismo, sabía perfectamente lo que pensaba cada versión de él, incluyendo "esa".

-Chūuya, que risa más molesta~- juzgaba Dazai, aunque en verdad era linda y un poco rara, pero nunca se perdería la oportunidad de ver al pelinaranaja hecho un volcán o golpeándolo, era la versión más real de Chūuya, o al menos eso pensaba.

-Molesta tu mamá..- respondió el pelinaranaja, quien cambió su expresión de felicidad para mostrar una de enfado, a veces podría hasta jurar que lo mataría si pudiese.

-Además, no me he olvidado de ese golpe que me diste...- recordó el pelinaranaja, su sed de venganza seguía en pie y no sabía el por qué, en definitiva Dazai era su peor enemigo.

-Wow wow, eso ya es parte del pa..- un golpe estrelló en contra de la cara del castaño, quien sufría por eso, era extremadamente doloroso, como si un camión hubiera pasado por su cara.

-Nunca te la perdonaré, estúpido cara de insecto- Chūuya miró al castaño con desprecio, aunque también tenía algo de culpa ya que se habría pasado un "poco" con él.

-¡Per-do-na-me!- sonrió el castaño, mientras se pegaba con sus brazos a la espalda del pelinaranaja con fuerza, estaba bromeando nuevamente, aunque se sorprendió al ver un sonrojo del pelinaranaja.

-¡No jodas!- Chūuya dió un codazo fuerte al castaño detrás de él y volteó su mirada hacia aquel chico -Si me perdonas, te dejaré en paz- sugirió la solución el castaño, pero con su mirada fija en el sonrojo marcado en la cara de Chūuya, algo que hizo a su corazón latir insistente.

Nunca se dió cuenta de lo hermoso que era Chūuya, era como una pintura que mostraba cada color, sin importar el ser de colores vividos o grises, y su mirada que le causaba sensación, quería ver más aspectos de aquella persona que acababa de conocer.

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