Capítulo XIII

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"Érase una vez dos mariposas, que a pesar de evitarlo, siempre se encontraban juntas bajo la lluvia"


Ekaterina


Este día se había terminado de ir a la mierda y apenas eran las 10:15.

No bastaba con que unas horas antes me hubiera enterado que compañeros menos capacitados que yo, y me vale una mierda que me digan soberbia, pero ¿Cómo carajos ellos tenían ofertas laborales y yo no?

Sumado a toda la porquería que me llevaba sucediendo desde hace semanas, solo faltaba que Ronan Rothschild me viera vomitar en frente de todos.

Intenté tragar con dificultad.

Sentí un golpecito en mi rodilla y avisté a Trent, quien me estaba pasando una botella de refresco bajo la mesa, la abrí violenta y apenas Williamson me dió la espalda; estiré mi cuerpo y di un largo trago.

Ronan me observó durante cada maldito segundo.

Ni se te ocurra delatarme, maldito ególatra bien vestido.

Mierda.

Ni siquiera puedo insultarlo bien.

Me sonrió. ¿O se burló?

¡No sonrías!

—¿Qué te pasó? —susurró Trent.

Negué con la cabeza, restándole importancia. Sacamos las laptops como recomendación de Williamson pues veríamos contenido en la nube y Ronan empezó a dar las indicaciones:

—El día de hoy les voy a dar la oportunidad de tratar de ser como yo—¿Con buen gusto para vestir y mal temperamento? La audiencia suspiró emocionada y él sonrió malicioso —. Van a tener que brindar solución a distintos casos de crisis empresariales —el ánimo descendió igual de rápido que el interés de Emilia luego de dos semanas de relación—, y quien logre resolver 3 primero, ganará un 0.000005% de las acciones del Grupo Méraki.

Des-con-trol total.

Nunca antes había visto tanto entusiasmo por algo que no fuera alcohol o puntos gratis por parte de esta gente. Incluso Williamson preguntó en tono de broma, o tal vez no tan broma, si él podía participar. Sudé frío, y aseguré veloz el enchufe de mi laptop, nadie me iba a quitar esta oportunidad. Trent ingresaba como loco a la nube, casi nunca revisaba las tareas por lo que se veía algo perdido.

¡Un porcentaje de Méraki por hacer tarea!

Ronan no estaba bromeando, tenía suficiente dinero para hacer esto por diversión y ese porcentaje no le afectaría ni siquiera a sus diez generaciones siguientes. Podré tener todo el orgullo del mundo y haberme prometido olvidarlo, pero dichas razones se caían ante una oferta tan generosa.

Además, si lo resolvía bien demostraría que soy igual de competente que Ronan.

Era un ganar-ganar.

—Tienen a su disposición cualquier recurso dentro de esta aula: compañeros, investigar en línea, consultar textos. Pero no se pueden compartir los puntos ganados.

—Vamos, vamos, vamos —murmuró Trent.

¡Suelta toda tu artillería!

—Inicien.

El primer caso apareció en la nube, al parecer serían diez de ellos. La información era abundante y en lenguaje profesional ¿Cómo esperaba que resolvamos diez de estos en el tiempo de clase? Ronan se pavoneaba con Williamson en charla trivial, lucía tan ... ¿agradable?

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