Capítulo XVII

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"Érase una vez una mariposa que cayó a un lago, en la oscuridad de la noche otra trató de ayudarla, sin saber que ahora ambas se estaban hundiendo"


Ekaterina


El aire helado entró a mis pulmones. 

¿Qué rayos? ¿Por qué no podía abrir los ojos? ¿Por qué hacía tanto frío? ¿Aún no lograba secarme? Traté de tocar mi cabello, pero algo no se encontraba bien...

—Bicho.

¿Ese era Ronan?

—¿Estás dormida?

No, no lo estaba. Quería abrir la boca pero no podía.

¡Me tocó! El tacto áspero de sus dedos acompañada con la ligera tibieza de su mano se deslizaba por mis mejillas. ¿Ronan estaba acariciándome?

No podía moverme...

—Pulgón dormilón —susurró con cariño y sentí como mi corazón se hundía como ancla en el mar. Sentí algo ligero caer sobre mí, al parecer me había sido cubierta con una especie de ¿tela?

Debía de estar soñando, pero esta situación la había vivido antes. Mis ojos se abrieron apenas en una rendija, y aprecié la bonita nariz enrojecida de un joven Ronan, o más bien 69. El chico del que me había enamorado sin darme cuenta. Al parecer mi cerebro se sentía más cómodo con esta imagen, que con la adulta. Estaba sentado en el reclinable del costado sosteniendo su teléfono vistiendo una chaqueta que debe haber costado más que mi matrícula en Abingdon. Cuando Charles y Daisy demoraban mucho en terminar su tarea, solía ir a descansar en los muebles alrededor de la vacía piscina de los Grimaldi. El aire otoñal era relajante y me encantaba ver las hojas caer.

En esta ocasión, Ronan se había escabullido a mi costado aprovechando mi inconsciencia. Mantenía una llamada telefónica, hablaba bajito e incómodo.

—Si, papá... Si, estoy comiendo, no... Charles esta bien, sigue intacto. No, ella esta durmiendo... No, no es mi culpa. No tengo la culpa de todo lo que le pasa...

Recuerdo que me hice pasar por dormida para poder oir esta conversación. Sin embargo, sí tenía mucho sueño y por eso apenas era consciente de este recuerdo. ¿Por qué estaba soñando con esto?

¿Mi yo interior se negaba a dejar ir a 69 de cualquier forma?

—Tiene el sueño pesado, estudia mucho para superarme —. El orgullo se le noto en las mejillas sonrosadas —. ¡No, no se lo he dicho! ... Tampoco voy a permitir que alguien lo haga antes que yo, solo que creo que ella aún me odia y ...

No te odiaba de verdad, tonto.

Intenté estirar mi brazo inútilmente. El pasado ya no podía ser cambiado.

—Papá... ahora no servirá de mucho. —Ronan lanzó un bufido y una sonrisa triste se dibujó en su rostro. —¿En qué ocasión la verdad me ha servido de algo?

Ahora sé lo que querías decirme.

¿Por qué no me esperaste...? Tan solo un poco más.

.

.

.

—Ekaterina.

Me desperté en un salto, la linea entre el sueño y la realidad aún era frágil. Podía sentir el toque de las dedos de Ronan en mi mejilla, sin embargo el espacio en donde me encontraba tenía un ambiente tibio y un aspecto lujoso. El olor a cuero del sillón ingreso a mi sistema y los ojos azules frente a mí me terminaron de traer de vuelta.

MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora