Cripipastas.

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Un cripipasta es un cuento de terror anónimo que circula por la Internet pretendiendo ser un relato verídico. El género, como todos, tiene sus defensores y sus detractores. Los escritores con oficio, críticos y personas cultas en general suelen estar de modo casi invariable en el bando de los detractores. Pero la mayoría de comentarios negativos señalan defectos accidentales, en sentido lógico del término: errores de ortografía, recursos narrativos poco sofisticados, intentos de disimular con imágenes y música la pobreza literaria, etcétera. Desde luego, podemos imaginar, aunque sea a modo de hipótesis, a un escritor de cripipastas que tenga una prosa elegante y use recursos nobles.

Pero yo creo que el cripipasta tiene problemas esenciales que van en contra de su calidad.

El nombre del género se origina en un juego de palabras entre el verbo "to creep", que tiene la doble acepción de reptar por el suelo y de acechar con intenciones malignas a alguien, y el término "copy-paste", que significa copiar un texto digital y pegarlo en otra parte. Un cripipasta, por lo tanto, es un relato que se difunde mediante el método del copy-paste y que trata acerca de criaturas reptantes o acosadores humanos, o bien que busca generar una sensación de incomodidad análoga a la de sentirse acechado. Es el modo en que se difunde el cripipasta el que va en contra de su calidad narrativa. Pondré como ejemplo un cripipasta bastante famoso, intitulado "Retratos", que dice más o menos así:

Un hombre que estaba cazando en un bosque se pierde y lo encuentra la noche. Apenas se pone el sol, descubre por casualidad una cabaña desierta en el bosque y decide refugiarse allí. En la humilde cabaña hay una cama y un par de frazadas, que son todo lo que necesita. Pero hay también un elemento extraño: En las cuatro paredes hay colgados unos retratos sumamente extraños, muestran a seres muy feos, que apenas parecen humanos y quizás no lo sean; todos tienen una mirada tan horrible como su fealdad física, parecen mirar con un odio infinito. El hombre se incomoda un poco por esos extraños retratos, pero se acomoda en la cama y logra dormirse. Cuando se despierta, ya amaneció. El hombre decide mirar mejor a los extraños retratos a la luz del día. Ante su sorpresa y su horror, descubre que en las paredes de la cabaña no hay ningún retrato: lo que hay son ventanas.

El relato claramente logró el efecto que se proponía, dado que se volvió viral. Pero, si uno lo piensa un minuto, se empieza a dar cuenta de los absurdos que contiene. (1) Si el cazador ve a esas extrañas criaturas apenas entra en la cabaña, ¿Por qué no las vio cuando estaba afuera? (2) ¿Cómo pudo el cazador confundir las ventanas con retratos, si estas debían ser la única fuente de luz dentro de la cabaña? Y podría seguir. Pero el cripipasta no necesita resistir un análisis de un minuto. Basta con causar una sensación de sorpresa e inquietud momentánea, que dure lo suficiente para que el lector lo copie y lo pegue en otra parte. Es un proceso darwinista. El proceso de copy-paste no selecciona los relatos más meritorios, sino los más aptos para sobrevivir y reproducirse. En ese proceso se irán produciendo "mutaciones": modificaciones en la historia, fotos, música añadida, etcétera. Algunas de estas mutaciones tenderán a ser compartidas más que otras. Este proceso no debe ser confundido con un trabajo de corrección. La corrección se propone eliminar defectos. La evolución darwinista suprime virtudes y defectos por igual. El lenguaje llano es más apropiado para lo viral que no una prosa cuidada. Un giro de guion bien construido puede sorprender a un lector sutil, pero dudosamente impresione a un adolescente que está leyendo en una ventana de Windows mientras se reproduce un video porno en otra. Protagonistas huecos sirven para que el lector se proyecte en ellos. Recursos efectistas baratos, como la sorpresa final de "Retratos", funcionan con todo el mundo. Los defectos que señalan los detractores en el cripipasta no son accidentales: un cripipasta que no los tenga nunca se volverá viral. Y, si tenía algunas virtudes en su versión original, las irá perdiendo con cada nueva reescritura. 

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