Kavanough

1: Siempre pregunta.

1: Siempre pregunta.

—No quiero hablar de ese hijo de puta…

Cuando pensaba en esa respuesta me daba cuenta de que debí insistir más. Presionar a Devon para que me hablara más de él. De cómo fue su juventud y por qué tenía tanto odio hacia su pasado. Sin embargo, yo era ese tipo de chica que detestaba a la gente que quería arrancarte las cosas como quien quita las capas a una cebolla.

Devon era mi novio desde que tenía quince. Tuve mi primera vez con él. Ese chico se llevó muchas de las primeras experiencias de mi vida. Así que, con veinte años y casi seis de los mismos como novios, pensé que era hora de hacerlo oficial.

Vivir junto a Devon no era tan complicado. Teníamos muchas cosas en común. Amaba la comida vegetariana, ver series de Netflix, jugar a la consola y, ocasionalmente, salir a divertirnos como dos chicos universitarios.

¿Sabes qué era lo hermoso de Devon? Que se sentaba a escucharme despotricar por cualquier tontería aunque no tuviera idea de lo que pasaba. Devon jamás me dio la espalda. Él nunca me negó nada. Él me entregó toda su vida en bandeja de plata…, excepto por ciertas cosas de su pasado.

Mi padre siempre decía que un hombre sin pasado es un lienzo a medio terminar. Es decir, no tuvo problemas para contarme con cuántas había follado antes de llegar a mí. Me habló de su vida amorosa antes de ser novios. Tampoco omitió nada sobre su madre, la señora Marilyn. Confesó sobre la novia de su madre, Amber. Tampoco escondió a su hermanastra, Charisse. Devon era abierto a la inclinación sexual de su madre y lo que conllevaba eso. Pero nada de su padre. Ni una sola palabra de él.

Detestaba las partes incompletas. Esa era una de las cosas que causaba un piquete en mi corazón. Pero, a pesar de toda la confianza que gozaba con la familia Sullivan, de lo mucho que sabía de mi pareja, no era algo que podría preguntarle a mi suegra… o a él.

Pero debí hacerlo. Sí, debí presionar a Devon. Así, quizá, habría evitado todo el desastre que vino después…