19 Desapareció

48 10 2
                                    

Sebastián

Al regresar a la casa de manada, Seth estaba ansioso. Aleera nos contó a donde había ido Naomi, mientras que la otra chica seguía encerrada en la biblioteca.

Emprendí el camino al río, mis hombres saben que ella anda afuera y deben cuidarla. Benjamín y yo estamos arreglando todo para la reunión de los alfas.

Es un tema que odio, ver a tantos engreídos y de estándares de superioridad es algo que me incomoda demasiado; pero como alfa debo asistir y ahora que tengo a mi Luna, deberá ir conmigo.

Ahora tiene obligaciones que cumplir, aunque por mí encantado que siga libre. Es un tema que debemos arreglar ahora que es mía y parte de nuestra manada.

Un aroma a sangre impregnó el aire y Seth me indicó que algo estaba mal. Corrí hasta que él mismos se liberó de mi piel, es más rápido que yo, no lo niego. Comencé a hablarle cuando percibí el aroma de rebeldes.

- Su aroma se pierde en la frontera – me dice -. Se ha ido.

- No nos dejaría Seth – retumbo en su cabeza ansioso -. Ve al límite, hablaremos con los que están de guardia de este lado.

En ese momento una punzada atravesó mi cabeza y mi pecho; dos vínculos se han roto, han matado a dos de mis hombres.

Seth aúlla fuerte y corre a prisa.

Benjamín se enlaza mentalmente conmigo, sabe que algo está pasando y debemos alertar a toda la manada, no queremos otro ataque como la última vez.

Llego a donde ocurrieron los hechos y un tercer hombre está mal herido. Seth me regresa el control y voy hasta el pobre hombre.

- Tadeus – tomo su cabeza con sumo cuidado -. ¿Qué ha sucedido?

- Fue Nora señor – jadea -. Con rebeldes se han llevado a nuestra Luna Señor, debe ir por ella, la vi muy mal y...

- No hables más – menciono -. Ya viene ayuda.

Grito por ayuda y tapo con mis manos una herida en el abdomen que es por donde se está desangrando uno de mis mejores guerreros.

Si Nora quería guerra, se la daría. No permitiría que su tonta obsesión por mí, destruya lo que amo en esta vida.

Pasados diez minutos, llegaron varios hombres a la zona y Benjamín pudo estabilizar a Tadeus.

- Ella conoce todo de la manada – habla mi beta -. A todos, aunque ahora sea rebelde.

- No, ella no huele como los rebeldes – habla el herido -. Su aroma es diferente.

Lo miro asombrado, solo identifiqué el aroma de los rebeldes, algo no está bien.

Al volver a la casa de la manada, me siento más molesto, hastiado, agobiado. No puedo comunicarme con Nora, y mi amada Naomi no está en los alrededores. Y para colmo la histérica de su amiga no coopera mucho.

- Debes descansar para la reunión amigo – menciona Ben -. Mañana será un día difícil y debes descansar.

- No puedo – bufo -. Seth está demasiado intranquilo, dice que está sufriendo demasiado. Él ha podido conectarse con ella, no sé cómo.

- Ted estará ahí mañana, puede aprovecharse de la situación...

- Tú sabes algo – Seth habla por mí -. Debes decirme ahora lo que sabes Beta.

- Seth – alza las manos -. No sé nada, si supiera...

- ¡Deja de mentir! – grita Alisa -. ¡Eres un mentiroso que ha ocultado demasiadas cosas a este gorila de aquí!

Benjamín se pone tan pálido que Seth fuerza el cambio, no puedo contenerlo más tiempo.

Seth

Desde el momento que marqué a Naomi, pude sentir su esencia más adentro de mí, escuchaba sus emociones en mi cabeza, así que cuando algo paso y estuvo en peligro, pude sentirlo. Por algo estaba tan ansioso.

Ahora esta chiquilla loca menciona que el mejor amigo de Sebastián sabe algo y no nos ha dicho nada.

Siento la sangre hervir y no voy a dejar que me oculte por más tiempo algo que puede ser de gran importancia.

- Seth, me asusta que te pongas así, no puedo controlarte más – dice dejando caer sus hombros -. Pero hablaré, si necesitas saber todo lo que sé lo haré.

Y así nos sentamos en la biblioteca y comenzó a soltar todo lo que había investigado. Pero lo que nos dejó perplejos fue el hecho de que Naomi, mi amada Naomi, tiene sangre de lobo corriendo por sus venas. Por eso pude conectar con ella y Sebastián no.

Me calmo y cedo el control a Sebastián, estoy seguro que podría matar a toda la manada si no regresa ahora mi pequeña, pero no puedo en estas circunstancias y mi amigo no merece eso.

Sebastián

Perder el control de mi cuerpo es algo extraño, después de todo veo y siento todo sin poder hacer nada al respecto.

Seth me sigue hablando.

Voy a la recamara y me siento en la orilla de la cama, no podemos quedarnos de brazos cruzados, pero si mañana no asisto, mi manada entera corre riesgo.

Es el único defecto de mi rol, ser responsable de tantas personas y que no pueda ayudar a la única que me mantiene vivo.

Todos han estado buscándola furtivos, se han encariñado tanto con ella, han puesto su fe en ella al tenerle miedo a mi licántropo.

Me levanto y voy al armario. Tomo uno de mis abrigos, unos pantalones negros y los pongo sobre la cama. Entro al baño y me doy una ducha rápida.

El sol va anunciando su salida y me cambio a prisa. Debo irme ahora si quiero llegar a tiempo a la estúpida reunión anual de alfas de todo el mundo.

La sede; Colina roja, donde está instalada la manada de Ted.

- Sé que podemos encontrarla ahí – señala mi beta una vez salimos de la manada -. Espero

- Si él la tiene, lo va a pagar muy caro.

Eran cerca de cinco horas de viaje y dejé claras instrucciones a Aleera y a mis guerreros de mantener a todos a salvo.

Es un día en el que los rebeldes no se acercan, tampoco son tan animales para atacar a mujeres y niños. A eso sumamos que mi manada provee alimentos y vestimentas de vez en cuando a los que pasan amablemente.

Estamos por llegar cuando mi cabeza comienza a punzar de un modo aterrador.

En la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora