Heredia fue con sus amigas a subir el cerro San Cristóbal y Selene se quedó en casa, lavando su ropa. No había querido acompañar a su tía porque se sentía cansada y tenía un plan acorde a eso: ducharse, comer algo ligero y pasar toda su tarde leyendo una novela romántica.
O dormir una siesta larga. No estaba mal.
Tendió la última carga de ropa en el patio trasero y se quedó observando las bandejas con macetas que tenía. Pensó en sus haditas, y que al cederlas había ganado un generoso cheque, pero ya no podía comercializarlas ella misma. Elevó sus ojos al cielo celeste.
—Quizá pueda diseñar duendecitas.
«Algo tengo que hacer cuando me de ansiedad», pensó.
Después de almorzar se recostó en el sofá, encendió la televisión y eligió una película. Durante los comerciales miró su celular y abrió su Facebook, notando que tenía una solicitud de mensaje. Supuso que sería de alguna nueva clienta que a veces la contactaba por sus hadas y macetas, pero al cambiar de pantalla, y con el corazón acelerado, notó que era de su madre. Alcanzó a leer un par de líneas y lo cerró de inmediato, sintiéndose amargada.
** * **
Enzo estaba acorralado por sus tres hermanas. La expectativa de quedarse sin comer lo obligó a contar su historia con Selene, la mujer a la que había conocido en una feria itinerante.
—A ella le compré las haditas que le di a las niñas, y me pareció que tenían mucho potencial, así que decidí mostrarlas en mi empresa y a los directivos les gustaron mucho. Por esos días me enfermaron SUS hijas —recalcó—, y ella vino a ayudarme. Me cuidó, me hizo sopita y me bajó la fiebre. Después, cuando me recuperé, apareció Angélica y... y bueno... —Enzo se acordó de Selene con su ropa encima y perdió el hilo de lo que decía. Para disimular, se acercó a la olla e indagó su contenido—. Qué bien huele esto. ¿Cuándo... ?
Cecilia lo amenazó con la cuchara de palo.
—Sigue. ¿Qué cara puso la innombrable cuando vio a tu amiga? Eso es lo que yo quiero saber.
Las hermanas de Enzo odiaban a muerte a Angélica por abandonar a su hermano, por eso no podían mencionarla.
—Creo que se molestó, porque se fue de repente. Lo que pasa es que Selene y yo veníamos de mi trabajo, ella me vino a dejar en su furgoneta, entonces Selene se bajó, entró a la casa porque le pasé la llave, y como estuvo aquí para cuidarme, conocía todo, así que se movió como si viviera conmigo. Selene es muy inteligente, tiene mucha personalidad, así que se puso mi ropa como si fuera mi novia, unas zapatillas tuyas, Ceci, y sacó al perro a pasear con su correa. Encima, Max le tiene cariño, así que se dejó llevar y eso más enojó a Angélica.
—Parecía tu señora —observó Anita con cierta malicia. Paloma sonrió al intercambiar una mirada con ella.
—Pues sí. Creo que sí parecía la señora de la casa, ja, ja, ja, y por eso Angélica se fue. Me dio hasta risa, nunca fue más fácil quitármela de encima.
—¿Y tu amiga? ¿Qué pasó después?
—Ella se fue a trabajar, porque trabaja en una feria de estas donde venden artesanías. Ella.. —Enzó se preguntó si sería bueno hablar tanto de Selene, pero Cecilia hizo un leve gesto con la cuchara de palo y él prosiguió—. Selene tuvo un problema con un tipo que la estaba acosando porque quiere que salga con él, entonces ella le dijo que yo soy su novio y él también la dejó en paz, así que ambos nos ayudamos.
Paloma sonrió.
—Entonces sí te gusta.
—No, claro que no. Es una amiga. Ya les dije.
Anita suspiró.
—Le hiciste un tremendo favor, ella te cuidó estando con gripe, la hiciste pasar por tu novia y tu perro la ama. Debe gustarte.
—No me gusta, ya les dije. Es muy bonita y todo lo demás...
—Inteligente y con mucha personalidad. Eso dijiste de ella. Me suena a admiración, además, reconociste que es bonita —dijo Paloma—. Puede ser amor, ¿cierto, Anita?
—Cierto. Míranos a los ojos y dinos que no te gusta —lo retó Anita.
Enzo apretó los dientes.
Esa era la prueba de confianza que él mismo le ponía a sus hermanas para que le confesaran si estaban o no enamoradas de algún sujeto. Él siempre fue muy insistente con eso, pero lo hacía porque antes se tomaba la vida de otra manera. Antes de Angélica, Enzo era divertido y relajado.
—No me gusta —señaló, muy convencido.
—¡Cruzaste los brazos! —dijo Paloma—. Eso significa que te estás protegiendo de nosotras. ¡Mientes!
—No miento. Mira, te lo digo con los brazos a los lados. Selene no me gusta. Es solo una amiga.
—Qué aburrido eres —dijo Anita, decepcionada—. ¿Vamos a la feria, Paloma?
—Ya, vamos.
La feria libre del sector ofrecía frutas y verduras a buen precio, y las hermanas solían abastecerse allí. Como Cecilia estaba a cargo de la comida, tenía que quedarse a supervisar el almuerzo, pero pidió a sus hermanas que le trajeran algunas cosas.
Enzo iba saliendo con ellas, pero recordó que su piel clara enrojecía incluso en días nublados si no se cuidaba del sol. Regresó a buscar una gorra, a tiempo para que Cecilia, más seria que otras veces, le dirigiera una mirada severa.
—Hermano —lo llamó, cruzándose de brazos
—¿Qué?
—Espero que tu amiga no albergue sentimientos por ti. Acláraselo cuanto antes... eso de que ella no te gusta —masculló.
Enzo no dijo nada, y salió.
** * **
Cuando Heredia regresó de su paseo, encontró la casa en completo silencio. Selene estaba sentada a la mesa, con la cabeza entre las manos.
—¿Pasa algo, hija?
—Me escribió mi mamá.
La sonrisa de Heredia desapareció al momento.
—¿Qué quería?
—No sé. No me atreví a leerlo. Dejó un mensaje en mi Face.
—¿Me lo pasas para leerlo?
Selene le pasó su celular y enseguida se fue a su dormitorio. No quería ver las expresiones de Heredia, nada que le indicara qué podía decir el mensaje.
La tía leyó:
"Hija:
Tu hermana está mal. Necesito que vengas a ayudarla, porque es muy difícil para ella criar a sus tres hijos. Es lo menos que puedes hacer por ella después de que casi destruiste su relación. Supe que te estaba yendo bien en Santiago, que tenías un negocio. Eso significa que no estás trabajando apatronada y que puedes llevarte tu negocio contigo a cualquier lado. Ven a ayudar a tu hermana. Tu padre ya no está enojado contigo por dejar la carrera."
Heredia entrecerró los ojos. Respondió de inmediato como si fuera su sobrina.
"¿Qué le pasó a mi hermana?"
Se sintió con el derecho de hacerlo, para proteger a Selene.
** * **
Continuará.
Enero, 7. 2023.
ESTÁS LEYENDO
¿Me dejas darte un beso?
RomanceTras un pasado traumático, Selene encuentra paz junto a Enzo, un amable contador. Un hombre que de forma tranquila, le demuestra lo sanador que puede ser un buen amor. De esta forma, ella deja atrás a Román, un arrogante abogado que la pretendía y a...