Corea.
Bora.
NARRADOR OMNISCIENTE;
Lentamente, Bora guardó sus útiles escolares en su bolsa azul. Como siempre, se levantó más temprano de lo normal. Por un momento, huyó de su habitación para calentar un poco de agua para su té verde de cada madrugada. Quién dijo que la vida universitaria era fácil. La vida del estudiante de clase media nunca lo fue. Bora era una de esas personas. Bora despertaba y viajaba todas las mañanas en diferentes líneas de autobuses. Más o menos, se tomaba tres para poder llegar a destino. Por ende, vivía cansada y medio estresada, pero nunca se le borraba la sonrisa amable. Bora era linda y servicial. Esta vez, salió a su madre. Nunca paró de luchar por terminar su profesión lo más rápido que sus neuronas pudieran. Recién iba por su tercer año, pero ya se sentía tocando el cielo con las manos. Bora era agradecida. A pesar de que perdió a su padre un año antes de graduarse de la escuela secundaria, eso jamás le dio la pauta de dejarse caer. De igual manera, su madre no se lo hubiera ni siquiera mencionado. Pero algo cambió de repente. Bora conoció a alguien que parecía ser buena persona, pero luego resultó siendo la peor lacra del mundo entero. Y lamentablemente, él era el padre de su reciente bebé. Confió de más. Él dijo que se cuidó, pero no. Y para colmo, escapó como una rata para cuando Bora le contó la noticia. Ahora debía trabajar de algo rotundamente asqueroso. Tenía que ganar dinero de una forma para nada agradable. Pero ganaba muchísimo más que en un trabajo de medio tiempo, eso sí. Más de lo que hubiera conseguido. Bora se sentía tan nerviosa, vacía, arrepentida, tan... tan asquerosa. Y varios hombres del lugar... lo notaban. Notaban su incomodidad cuando se desnudaba o montaba un show atrevido en cualquiera de las habitaciones. Bora estaba mal.
"Amor".
Su madre le dio un corto beso en la mejilla como método tierno de saludo. Cerrando la puerta del pequeño departamento, una emocionada Gahyeon corrió hacia sus brazos abiertos. La abrazó contenta mientras besaba su frente suave.
"¡Corazón!"
"¡Mami!"
Gahyeon apenas ingresó hace tan solo un par de semanas atrás a prescolar. Era tan chiquita y bonita que Bora se sentía sumamente feliz de tenerla entre sus flacos brazos. Con frecuencia, cuando regresaba de la universidad, aquello era lo primero que hacía. Saludar y cenar junto a su familia. Pero después, lo maligno empezaba. Dormía a Gahyeon, y enseguida, cogía su cartera de noche y abrigo largo habitual. Se escapaba, entre muchas comillas, de su madre. Salía rapidísimo del departamento. Agarraba el primer taxi que frecuentaba el barrio de clase baja. Y de nuevo, como tantas noches, el martirio se hacía presente en su persona fingida. Bora sufría.
"Lo haces tan bien, hermosa".
Cada que cierto cliente se iba, Bora permanecía pocos minutos sentada en la cama. Pensaba. Pensaba en su hija. En su madre. Y...
"¿Puedo pasar?"
La puerta estaba entreabierta. Bora levantó la mirada. Ni siquiera supo por qué la persona preguntó, pero... acabó sorprendida. Un poco. La muchacha rubia elevó las comisuras. Esperó a que le dijiera algo antes de que pudiera pasar. Pero Bora solo asintió, volviendo a sus propios pensamientos.
"¿Te pasa algo? Lo siento... es mi primera vez haciendo algo como esto. Vine solo porque varios compañeros me molestaron... ¿estás bien?"
"Sí, lo estoy. Solo que..."
"No sueles recibir mujeres, ¿verdad? Lo siento, de nuevo. Si quieres... bueno, si no te sientes cómoda, dejo el dinero encima de la mesita de noche y me voy. No quiero incomodar a nadie".
Bora observó que la chica también estaba medio nerviosa, como ella.
"No, está bien. Este... este es mi trabajo".
La muchacha de cabello corto suspiró, al final. Tragó saliva al ver los collares y el vestuario de Bora. Mejor dicho, SuA. Su pelo era castaño, bastante largo. Ya sin miedo, bueno, algo, la empresaria se entretuvo con el busto prominente. Se lamió los labios. Bora se dio cuenta, pero...
"Tres horas... pagué para tres horas contigo".
¿Tres? Agrandó los ojos. Siempre eran dos, una hora y media, nunca tres... tres con algo.
"Está muy oscuro aquí, quiero verte".
Bora trató de ser cuidadosa, así que mientras prendía el velador se desabotonó la camisa blanca de seda, ultra fina, transparente... lento y algo temblarosa. Terminó sonriendo para cuando la muchacha desconocida siguió con esa mirada curiosa, atrevida. Esos ojos marrones... pequeños y atentos. Sus miradas se encontraron en medio de tantas emociones nuevas. En eso, Bora bajó el cierre de su short negro y sumamente apretado, provocativo. Pero no pudo continuar quitándose la ropa de típica prostituta, ya que su cliente se adelantó, colocó sus manos encima de las suyas.
"Quiero... quiero a hacerlo yo, si me... si me permites..."
Su voz quedó grabada de inmediato en su mente.
"Tu piel es suave, cálida... pálida".
Para Bora, esa fue la primera vez que alguien le dijo algo que no fuera una barbaridad. La chica rubia y alta en cada toque... parecía que trataba de ser super serena con su cuerpo. Igual, de por sí, la chica era tranquila y llena de paz.
"Hmmm..."
Bora gimió ante sentir la lengua de la chica en su intimidad. Jugó tan deliciosamente morbosa con su clítoris. Su clítoris hinchado y sensible. La muchacha cogía fuerte sus caderas para poder chupar y lamer aún más esa zona caliente. Era como un chancho comiendo desesperado su alimento. Bora era comida y follada por alguien que la trató bien desde el primer momento.
"Sabes dulce..."
Eso le dijo al oído después de que se vino en su boca. Directamente. Enseguida, la chica juntó sus coños para comenzar un vaivén lento, tardío, exitante.
"Hazlo más rápido, muévete más..."
Bora pidió. Sonrojada. Tímida.
"Eres tan deliciosa..."
Nunca antes había estado con una chica... bueno, no como ella.
"Todavía queda una hora..."
Bora susurró.
"Lo sé..."
Cerró los ojos.
"Soy Siyeon, por cierto..."
"Dime SuA".
"De acuerdo, SuA".
(...)
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Black And White [suayeon]
Fanfiction➤ Bora es prostituta, y madre soltera. Siyeon, en cambio, solo una ejecutiva, más o menos, exitosa, pero idiota en cuanto al amor y las mujeres. Por otro lado, por mucho menos importante, hija adoptiva del señor y señora Lee.