"Cap 22"

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Corea.

Bora.

NARRADOR OMNISCIENTE;

Bora se acomodó la ropa. Y no, no se acostaron, sino que siguieron jugando y discutiendo también en el coche de Siyeon. Ya cansada, Bora suspiró mientras llegaba a su casa con ojeras y medio triste. Siyeon, por otro lado, manejó hasta su hogar, neurótica y a la vez nerviosa. Se acabó acostándose en la cama, tomando su teléfono en su palma, llamando a esa castaña que tanto le gustaba. Pero no atendió, sino hasta el tercer intento.

"Te extraño, Bora-ah".

Bora se quedó acostada también, con el pequeño cuerpo de su hija acostado y abrazando el suyo. Gahyeon se encontraba profundamente dormida, contenta por las caricias de su mamá en el pelo. Pero Bora continuó sin responderle a la muchacha rubia. No quería, de hecho. Realmente.

"Tengo sueño, Siyeon..."

"Y yo frío, Bora. Te necesito, ¿sabes?"

"Durmamos, ¿sí? Te veo mañana. Buenas noches..."

Cortando, Bora durmió abrazada a su hija hasta el mediodía. Gahyeon la despertó diciéndole por lo bajo "mami" mientras tocaba su cara con esas pequeñas manos. Bora abrió lentamente los ojos, intentando a acostumbrarse a los rayos de sol que ingresaban por la ventana. Levantó a Gahyeon, llevándola al baño. Cuando la vio tomar la pasta y el cepillo de dientes, sonrió y caminó hasta la cocina para poner un poco de agua para un té o algo. Supo que su madre salió temprano a casa de una de sus tías. Era fin de semana, y los fines de semana eran divertidos a causa de las cortas salidas con su pequeña, que no se despegaba ni un solo minuto de ella. Pero eso por la mañana y la tarde porque odiaba cuando la noche llegaba. Terminando de preparar el desayuno para ambas, Gahyeon corrió hacia donde se encontraba el control remoto. Mediodía de dibujos animados, pensó su madre, quien puso las tazas encima de la pequeña mesa de madera frente a la tele. Bora quiso comunicarse con Gahyeon, pero esta misma yacía muy concentrada en la pantalla. La chica sonrió. Siempre le hacía lo mismo, pero no se enfadaba, al contrario, le gustaba percibir a su niña feliz gracias a una adorable caricatura. La miraba atenta mientras se llevaba a la boca un pedazo bastante considerable de pan negro. Cuando terminaban de comer y tomar, Gahyeon volvía al baño y se acomodaba tanto como su pequeña edad se lo permitía. Era hora de salir a comprar y pasar mucho tiempo con su madre.

"Bora".

El conserje la saludó con una sonrisa amable. Bora lo imitó. Gahyeon, en cambio, miró curiosa al señor mayor, quien levantó su mano para ofrecerle un lindo saludo. Bora cogió su manita para a hacerlo por ella misma. Ambas sonrieron.

"¿Cuánto cumplió tu niña, Bora? A medida que el tiempo pasa, se parece cada vez más a ti, ¿sabes? Es bonita".

"Cuatro, exactamente. Y gracias, señor. Nos vemos luego".

Gahyeon se acomodó en su cuello, cerrando por un momento los ojos.

"Mami..."

Susurró.

"¿Hmmm? ¿Qué sucede, bonita?"

"¿Y Singnie? Singnie... ¿Dónde está ella?"

Bora no supo cómo contestar, pero lo intentó.

"¿Singnie...? Ella está bien. Trabajando". Sí, era una mentira, lo imaginó. Creo. "¿Por qué? ¿Qué necesitas de ella?"

Black And White [suayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora