"Cap 26"

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Corea.

Bora.

NARRADOR OMNISCIENTE;

Con los ojos cerrados, Bora gimió ante la sensación de ese miembro entrando y saliendo de su vagina. Él susurraba, susurraba cosas que Bora no quería oír, por ende, imaginó otro escenario, no ese. Él terminaría rápido, y lo hizo, dejando el dinero encima de su mesita de luz y diciéndole por lo bajo lo bien que se movió y la pasó, que volvería, pero más temprano, pagaría por tenerla más minutos haciendo maravillas. Bora solo elevó las comisuras, tomando asiento en el colchón. Hacía frío, y sus huesos se lo confirmaban cada que caminaba hacia el baño o la ventana de la misma habitación. Desde que cambió de cuarto, se sentía diferente, más suelta y menos sofocada. Y ahora, cobraba el triple desde que regresó. Porque de día era madre y trabajaba en un lugar importante, y de noche seguía siendo la prostituta de siempre, cogía y bailaba. No soltaba esa vida para nada, y eso era lo que más asco le daba. Bora sentía asco de sí misma. Pero no podía dejar el trabajo que le dio de comer a toda su familia, no podía abandonar a ese hombre que le enseñó cómo realizar su labor allí adentro. Cómo a hacerlo a la perfección. Realmente. Bora había vuelto, y todo el mundo se enteró, por supuesto. "La Diosa SuA regresó, ¿pueden creerlo? Porque yo sí. Maldita sea esa tipa". "Se ve tan bien. Muero por ella. Me tiene sediento". "Ella es mi favorita... Solo ella".

"Bora".

La chica dejó de escribir. Seungyeon acabó sonriendo al verla. Bora nunca dejó de ser buena con ella. Era como esa hermana mayor que no pudo tener. Bora levantó la cabeza, también sonriente. Le hizo una seña para que pasara. Seungyeon no tardó en entrar. Se sentó en la cama. Pero algo no estaba bien. Quizá esa mueca... Ese movimiento de manos. ¿Qué ocurrió? Bora se puso seria, cruzándose de brazos, esperando a que su compañera hablara. Habló.

"Alguien te envió flores. Y..."

"¿Flores? ¿Aquí?"

"Sí. Parece que es un cliente que no ha parado ni un segundo de enviarte regalos. Se me hace raro, ¿sabes? Es tan extraño que alguien se encariñe con gente como nosotras. Después de todo, solo somos mujeres que dan placer y nada más".

"Tira todo, ¿bien? No dejes nada aquí. No me interesa. No me importa quién es, y tú tampoco deberías andar investigando. Vuelve a eso. Nos vemos después".

"De acuerdo, mamá".

"Corre".

Otro cliente. Otro mal polvo. Mierda.

Santa mierda.

(...)

¿Quién pensaría que la chica diez de su nuevo lugar de trabajo... Era una puta por las noches? Exactamente, nadie. Bora era alguien amable, considerado y atento. Bora no era mala persona, pero sí se encontraba enamorada de una. Qué cosas, ¿verdad? Porque ni ella misma lo creía.

"¿Alguien tiene pagamento?"

Lamentablemente, a los nuevos nadie los escuchaba, nadie escuchaba sus peticiones, sus inquietudes, pero Bora sí. Bora se paró, pero antes... Sacó de su estuche pegamento para ese hombre nuevo. Él se sonrojó, haciendo una torpe reverencia. Bora, en cambio, sonrió. Él le agradeció, pero...

"¿Puedo invitarte a cenar esta noche? Quiero conocerte, Bora".

"Claro. Eso quiere decir que nos vamos juntos de aquí, ¿no?"

Black And White [suayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora