Black And White [suayeon]

"Cap 10"

Corea.

Bora.

NARRADOR OMNISCIENTE;

Bora alzó a su hija en brazos para darle uno de esos abrazos habituales. Uno de esos cariñosos besos de mejilla. Y como siempre, Gahyeon sonrió grande y tan linda, tan linda que Siyeon se quedó por un momento largo mirando fijo los movimientos y las reacciones que ejercía hacia su madre. En eso, mientras que Bora jugaba con una de las manos de su hija de forma tierna, Gahyeon frunció un poco el entrecejo cuando conectó mirada con Siyeon, quien enseguida bajó la cabeza. Pero de repente, cuando la pequeña bajó de la cadera de Bora, su mirada cambió a una curiosa, quedando frente a las piernas de Siyeon. Fue medio automático porque la menor tocó una de estas, obligando a que sus miradas volvieran a unirse. Siyeon sonrió un poco, pero acabó asustada para cuando Bora le dijo por lo bajo que Gahyeon solo tocaba las piernas de los extraños para que estos mismos la alzaran. Aunque bueno, Bora también se asustó, más bien, se sorprendió al notar/ver la actitud simple y rápida de su propia hija con alguien que ni siquiera había tenido la oportunidad de hablar con anterioridad. Porque esa vez que Siyeon pisó su departamento, Gahyeon lo único que hizo fue observarla de pies a cabeza. Siyeon la saludó, pero su hija solo agitó su mano en sinónimo de saludo "amistoso". Gahyeon estaba intrigada con respecto a la nueva amiga de su mamá. Gahyeon tenía curiosidad de saber quién era y por qué siempre traía corbata. Así que lo hizo, simplemente, se lo preguntó.

"¿Por qué... Por qué siempre tienes corbata?"

Siyeon se agachó, al final. Gahyeon ladeó la cabeza.

"Porque trabajo en una empresa, y en las empresas se usan esta clase de prendas. ¿Te gusta? ¿Te gustan las corbatas?"

"Sí, me gustan. Me gustan las... Las corbatas. ¿Puedo tocar la corbata?"

Siendo 100% cuidadosa, Siyeon ayudó a Gahyeon a agarrar entre sus pequeños dedos la tela extremamente suave. La niña sonrió. Pero también, se la quitó para ponérsela. Le puso de forma cariñosa la corbata a la hija de Bora. Y Bora solo observó en silencio la situación. La escena tierna. Las dos mujeres terminaron sonriendo al ver a Gahyeon saltar de felicidad cuando Siyeon colocó aquella prenda en su cuello.

"¡La corbata me queda grande, mami! ¡Mira!"

"Te ves bonita, amor. ¡Te veo! ¡Mamá te ve!"

"Prometo comprar una para ti. Solo para ti. Pero una que vaya contigo".

"¿En serio?"

"Sí, muy en serio".

"¿Lo prometes por el meñique?"

Siyeon asintió sonriente, prestándole el dedo a Gahyeon.

"Lo prometo por el meñique, Gahyeon. Sí".

Para Siyeon, ver la sonrisa feliz de la hija de Bora fue cosa de otro mundo. Y para Bora, bueno, no podía poner en palabras lo que su corazón estaba sintiendo al ver el momento exacto cuando Siyeon alzó a Gahyeon, acomodando suavemente sus piernas en su cadera. Fue mágico, en cierto punto. Fue extraño y bonito. Fue hermoso, sí.

"¿Cómo te llamas...? Mami no me dijo nada".

"Dime Singnie, querida".