☠️ Jikook ☠️

XXV

Halcón no volvería a hacer daño a Jungkook, pero en ese momento, echaba de menos los días en que Jungkook temblaba en su presencia. Fue útil para salirse con la suya. 

Lo intentó de nuevo, ladrando: —¿Cuándo empezó a sangrar? 

Desde donde estaba tumbado en la cama del camarote del capitán, Jungkook se encogió de hombros ante la débil luz. 

—En algún momento durante nuestra fuga.

—En algún momento—, resopló Halcón, el sudor frío y húmedo le corría por la columna vertebral en el húmedo amanecer.

Una vez que estuvo seguro de que estaban lo suficientemente lejos de la Isla de Primrose y no estaban siendo perseguidos, Halcón había tirado de Jungkook bajo cubierta con una sonrisa, ansioso de limpiarse y encerrarse. Sus visiones de follar hasta llegar a Port Royal se habían desvanecido cuando sintió la humedad en la camisa oscura de Jungkook, su mano se alejó cubierta con un rojo aterrador.

—¿Por qué no me dijiste que la herida se había reabierto?— exigió.

—No había nada que pudieras haber hecho al respecto. No quería molestarte con eso.

—¡Sr. Pickering! ¡Venga aquí, joder!— Halcón marchó a la puerta para arrastrar al cirujano, a quien había visto entre el resto de la tripulación. —Te quedarás aquí. En la cama. ¿De acuerdo?

Jungkook lo contempló, y si el corazón de Halcón no estuviera en su garganta, estaría encantado.

Jungkook dijo: —Yo no llamaría a esto una cama. Es más bien una hamaca dura, por la forma en que está suspendida por cuerdas.

Halcón apretó los labios y puso su más temible cara.

 —Te estrangularé si te levantas.

—Bueno, entonces necesitaré al cirujano—. Jungkook tuvo el valor de sonreír. —Realmente no es nada.

—Nada, aparentemente no tiene el mismo significado para ti que para mí.—Entrecerró los ojos ante la sangre que había empapado la venda del estómago de Jungkook. —¿Esto no es nada? Es por mi culpa que te hirieron en primer lugar.

Jungkook levantó su mano y Halcón la tomó, hundiéndose en sus rodillas.

Jungkook dijo: —Fue culpa de mi padre. No tuya—. Apretó los dedos de Halcón.—Ahora descansaré. Lo prometo. Ve a buscar al cirujano, y estoy seguro de que estará de acuerdo en que todo está bien.

Halcón lo besó rápidamente y se puso de pie, o de lo contrario perdería demasiado tiempo contra esos labios, la novedad de sus bocas se encontraba todavía demasiado fresca. No podía imaginar el cansancio de probar a Jungkook o escuchar sus suspiros.

—¿Me darías una verdadera sonrisa?— Jungkook preguntó.

—¿Qué?

—Hay una gran diferencia entre esa mueca hueca y una verdadera y alegre sonrisa. Las he estudiado.

El calor floreció a pesar de su preocupación. 

—¿Lo has hecho?

—Mmm. Me he convertido en un experto.

—Bueno, me aseguraré de sonreír de verdad tan pronto como el maldito cirujano me diga que no hay nada que temer.

Afortunadamente, Namjoon llegó con el Sr. Pickering, que chasqueó la lengua al examinar a Jungkook mientras Halcón recorría el pequeño camarote, contemplando la posibilidad de arrancarle la lengua con sus propias manos. Namjoon le lanzó miradas nerviosas.