Mi perdición

Capitulo 30: Vuelve

Aarón:

Estoy en la orilla de mi cama pensando sobre todo, me siento muy mal, me siento a desfallecer, no tengo ni energía y solo me encuentro como un zombie en la orilla de esa cama sin moverme.

Todavía por las mañanas pienso en ella, me hace tanta falta, aún recuerdo los días en los que amanecía a su lado en los días en los que nos levantabamos juntos y parecíamos recién casados. Todos los días me atormenta saber que no puedo estar con ella. Saber que no puedo estar con el amor de mi vida me parte en dos.

Ella es el tipo de chica por lo que darías todo, ella siempre va a estar para tí cuando lo necesites, ella te da todo su amor y todo su cariño sin esperar nada. Ella estará en tus peores momentos y te apoyará, ella dará todo para que te encuentres bien y te llenará de amor, te sentirás a su lado como la persona más amada del mundo. Te sentirás tan afortunado de estar a su lado, que nunca querrás que se aleje de tí.

No fue fácil el alejarme de ella y me remuerde la conciencia recordar todo lo que hice para que ella se fuera de mi lado, para que me dejara de amar, pero se que le hice un daño irreparable y eso nunca me lo perdonaré. Lastime a la persona que más he amado.

Lo que más me pesa es que la causante de este desastre está a mi lado y no puedo huir de ella, no puedo alejarme aún que quisiera por qué ella por ahora me tiene en sus manos y esta situación ya me ha cansado demasiado. Estar con tu peor enemigo creo que es el peor de los castigos, pero lo merezco se que lo merezco.

-¿Estás pensando de nuevo en esa perra?- la voz de Vanessa es tan castrante, de nuevo aparece en mi día para reclamarme

-¿Quien te dijo que podías entrar en mi habitación?- digo cansado ya de esto- O mejor dicho ¿Quién te dejo entrar a mi casa?

-Tu querida mami, mi suegra me dejó entrar- se posa enfrente de mí

-¿Enserio hizo eso?- mi mamá no la dejaria entrar a menos que sea por estar forzada a hacerlo.

-Sí, aún que debo de decir que fue más por la fuerza que por qué quisiera, no entiendo por qué tú mamá aún no me acepta, yo soy perfecta.- suelta

-Date por vencida, ella jamás te va a querer- dictó seco

-Idiota, bueno como sea quiero que me lleves de compras- su tono de voz es un tanto chillón y castrante.

-¿Qué?- por supuesto que entendí, pero me quiero hacer el tonto.

-Lo que escuchaste quiero que me lleves de compras ahora- truena los dedos en forma de orden.Vanessa como siempre un encanto

-No lo are, no soy tu cajero automático- digo  lo más cortante posible

-Claro que lo eres, eso es para lo único en lo que eres útil- rie bajo y me mira con desdén.

-¿Enserio crees eso? ¿Por qué lo que pasó hace dos semanas en tu habitación no decías lo mismo- puede que me haya pasado con ese comentario, pero nunca le contesto o casi nunca y en estos momentos no estoy de ánimo para aguantarla.

Su semblante cambio y me veía con odio - Fungir  placer es muy fácil cariño- sonríe

-Tienes razón, supongo que es igual que cuando yo finjo que te quiero o tolero frente a todos-

-Eres un imbécil.- sé que le dolió lo que dije pero es la verdad y la verdad muchas veces duele.

La verdad pesa.

-Como sea, lárgate hoy no estoy de humor para soportar te- digo tajante

-¿Te incómodo tanto?- en su voz se nota la tristeza, pero no me importa.