La llamada de mamá (Dia 334)

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1 de Agosto 2019

Después de tres días de salir de la preparatoria nos citaron en la escuela para entregarnos el certificado para nuestro ingreso a la universidad, Gerry tuvo un muy buen plan para ese día.
— Gema te propongo lo siguiente dijo en una videollamada
— A ver dime tus planes hombre guapo dije mientras le sonreía a la pantalla de mi celular
— El lunes después de recoger nuestro certificado me acompañas a mi clase de matemáticas y cuando esta termine vamos por tu agua de jamaica y mi agua de horchata, nos sentamos en el pasillo del centro y comemos unos esquites ¿Que te parece?
No dude en aceptar tal propuesta, pues sabía cual era mi debilidad, de inmediato pedimos el permiso a mis tíos quienes tampoco dudaron en dejarme ir.
Y llegó el esperado lunes vi a Gerry por la mañana en el arbolito del amor y caminamos de la mano hasta la preparatoria en donde ya se encontraba una larga fila de alumnos que esperaban por recoger su certificado, en la fila pudimos encontrar a Fernando y Fanny a quienes saludamos con tanto gusto como si hubieran pasado años sin verlos aunque sólo habían pasado tres días. Cuando la larga fila termino y esas blancas hojas ya estaban en nuestras manos salimos de la escuela.
— Listo señorita hermosa ahora vamos a mi clase de matemáticas dijo Gerry mientras besaba mi mano derecha
— ¡¡¡AMONOOOOS!!
Gerry asistía a clases de matemáticas a unos minutos de su casa las cuales había pedido de favor a un anciano maestro experto en matemáticas que le impartiera ya que pronto entraría a la universidad y quería reforzar sus conocimientos y como sabemos el ama las matemáticas quizá un poco más de lo que me ama a mi, él era el único alumno ya que el profesor no quizo cobrarle pues le sorprendió que un joven se acercara a él para pedir su ayuda.
Caminamos por la orilla en una banqueta en donde yo camine pegada a la pared mientras hablaba como un perico pues Gerry siempre me pasaba del lado más seguro que era la pared mientras él caminaba del lado de donde los autos pasaban hasta que de pronto...
— ¡¡Un vocho amarillo!!! Dije gritando mientras golpeaba suavemente el brazo de mi alto novio
— ¡¡Gemaaa!! Dijo sorprendido ante dicha acción de mi parte
Me sonroje — Perdón Gerry actúe sin pensar me gano el impulso
— Eres una tramposa me agarraste desprevenido dijo riendo — Sabes siempre has sido muy tierna y fue extraño que hicieras eso pero a la próxima avisa que estamos jugando.
Continuó nuestra caminada hasta que llegamos a un enorme portón color gris en donde Gerry tocó el timbre y no tardó tanto para que un hombre de edad avanzada abriera la puerta quien se llenó de gusto de ver a Gerry y lo saludo con tanto afecto como si de un familiar se tratara, nos pasó a un verde jardín, entramos a el lugar y subimos un par de escalones que parecían infinitos hasta que llegamos a un cuarto que parecía un salón de clases pues se encontraba lleno de sillas y un enorme pizarrón blanco al frente.
— Este jovencito es muy bueno en matemáticas dijo el hombre dirigiéndose a mi ¿Tu también tomarás la clase señorita?
— Solo venía en su compañía pero si usted no tiene problema puedo tomar la clase.
Tomamos la clase y después de aproximadamente dos horas caminamos de vuelta y nos dirigimos a la Paleteria más cercana en donde pedimos nuestras aguas favoritas, compramos unos esquites y fuimos a un lugar cómodo a sentarnos, mientras comíamos Gerry me platicaba sus acostumbradas historias de su vida en el campo y lo hermoso que fue crecer ahí, adoraba ver su expresión en el rostro y el brillo de sus ojos al hablar de eso.
— No Gema, de verdad cuando conozcas a mi familia de allá te va a encantar ¡Ellos si son mi familia! Dijo con orgullo
— ¿Algún día me llevarás Gerry?
— ¡Te lo prometo preciosa!

A los pocos días de haber salido nos tocaba ir a hacer los exámenes de ingreso de la universidad, recuerdo que días antes había llorado como una Magdalena pues mis dos exámenes me habían tocado el mismo día y tenía que decidir cual de los dos hacer, para mi buena suerte más adelante me dieron los horarios y uno me tocaba por la mañana y el otro en la tarde, eso me dio la esperanza de hacer ambos exámenes aunque tendría que ser demasiado rápida, mis tíos me llevaron hasta la ciudad en donde realizaría los exámenes, Gerry no pudo acompañarme pues ese día también él tenía examen de admisión, así que por la mañana ambos nos deseamos lo mejor.
Recuerdo la emoción de Gerry por ir a realizar su examen en la escuela de sus sueños, fui testigo de lo mucho que estudio y se preparó para ello, estaba realmente entusiasmado por el siguiente paso.
    — Ánimo campeón, a triunfar como los grandes ¡Tú puedes! Fueron mis últimas palabras antes de salir de la casa.
Desperté muy temprano pues mi primer examen era a las 8 de la mañana y el lugar estaba casi a dos horas de distancia, para ello desde un día antes preparé una ropa sumamente cómoda pues sabía que sería un día muy largo y cansado así que que mejor que un pantalón de licra de cuadros blancos y negros, una blusa de algodón blanca y una muy delgada chamarra color verde militar con abertura en la espalda.
Mis tíos llegaron muy puntuales a recogerme a casa de mi abuela, yo estaba más que lista así que salí de casa y fui con ellos.
    — Mira Lupe, un outfit completamente cómodo para no fastidiarme durante los exámenes, pensé en todo y sabía que la mezclilla me molestaría así que nada de mezclilla le dije a mi tía mientras le modelaba mi ropa como en una pasarela
    — Ándale pues mujer cómoda, vamos antes de que se haga tarde dijo mientras se reía de mi intento fallido de modelaje.
Al llegar a la primera escuela en donde realizaría el primer examen mis tíos me ofrecieron un poco de alimento para desayunar pero mis nervios me consumían así que solo respiré profundo y negué, en ese momento ningún alimento se me apetecía.
Tomé sus manos, me desearon lo mejor y entré a la enorme escuela de rejas verdes, camine por varios pasillos hasta que por fin encontré el edificio asignado en mi hoja, Justo a unos pasos de llegar a el salón en el que me esperaba mi examen sonó mi celular, era una llamada, por un segundo creí que eran mis tíos, en otro momento pensé que podía ser Gerry pero eso no era posible pues él ya se encontraría a esa hora haciendo su examen así que saqué mi celular de la mochila, era un número desconocido que por un momento pensé en ignorar pero después de pensarlo por 3 segundos pensé que quizá podía ser algo importante así que deslice el botón para responder
Un — Hola hija sonó al otro lado del celular
Un escalofrío recorrió mi cuerpo en ese momento, era mamá, llamo después de no saber nada de ella en semanas, no podía creer que estuviera en la línea así que llena de nervios la salude mientras una lágrima invadía mis ojos.
— ¿Que haces? Pregunto
— Estoy por entrar a mi examen, mi examen para la universidad.
— ¿Y porque no me dijiste? Yo pude llevarte
— Porque no había sabido nada de ti, me trajeron Lupe y Miguel
— Yo estoy en Acapulco, vine al mar, vine con el señor.
— Entiendo mamá, ahora debo colgar, estoy por entrar al examen.
Al colgar la llamada las lágrimas comenzaban a llenar mis ojos pero sabía que ese no era el momento ideal para llorar así que respiré profundo y entré como todo una campeona como me decía Gerry al salón ya lleno de alumnos, coloque mi mochila al frente en el pizarrón y tomé asiento, de inmediato un profesor me entregó un examen y comencé a contestar. Las horas pasaron rápido y sin darme cuenta estaba a muy pocas preguntas de terminar así que cuando finalice di un respiro de alivio y me levante de mi lugar para entregar el examen, cuando me levante sentí un par de miradas a lo cual no le tomé importancia pues quizá solo me veían por haber terminado así que tomé mi pequeña mochila y salí del salón de clase.
Cuando me dirigía hacia la salida una mujer de aproximadamente 30 años se acercó lo suficiente a mi y me dijo — Hija, te has manchado el pantalón
En ese momento quería que la tierra me tragara y me escupiera muy lejos de esa escuela, por eso me miraban todos, me había sucedido un accidente
— ¡Que vergüenza!
— No te preocupes hija, caminaré de tras de ti hasta el baño para que puedas limpiarte
Llegamos al baño en donde por suerte no había nadie así que cerré la puerta y me quite el pantalón el cual tenía una mancha enorme la cual intenté lavar pero no tuve buenos resultados pues el pantalón era claro así que llame a tía Lupe pero ella no podía entrar para llevarme algo para cubrirme, mi chamarra tenía aberturas en la espalda y mi mochila era demasiado pequeña para tapar la enorme mancha.
— Gema, tienes que salir, tú segundo examen está por comenzar, ahorita lo resolvemos pero sal me dijo tía Lupe al teléfono
— No puedo salir así me da mucha pena
— Cubre lo más que se pueda con tu chamarra y sal, ahorita buscamos una solución
No me quedo de otra más que salir casi corriendo para que nadie aparte del enorme salón que me vio notara la mancha en mi pantalón.
Al llegar a la salida muchos papas aplaudían por el examen a lo cual solo corrí más rápido a brazos de mis tíos a quienes abracé con todas mis fuerzas y lloré por la vergüenza y por la llamada que había recibido antes de entrar.
Tía Lupe siempre me a dicho que cuando uno se estresa o su humor no es el mejor el periodo puede atrasarse y yo llevaba más de un mes de retraso lo cual por su puesto no me preocupaba ni espantaba pues entré Gerry y yo nunca había pasado nada de nada así que un susto de embarazo por su puesto que no tenía, lo más lógico era que me encontraba estresada y nerviosa por los exámenes y bueno en ese momento mientras realizaba el examen salió TODO mi estrés y el periodo me sorprendió en un momento inapropiado.

Tras el incidente en mi pantalón corrimos a buscar una tienda de ropa pero no encontrábamos nada hasta que encontramos una tienda pero no vendían pantalones solo incómodos pantalones deportivos muy ajustados pero en ese momento no había otra opción así que pedimos permiso a la señora para entrar y poder cambiar toda mi ropa de la cintura para abajo, al salir del lugar tomamos el taxi más cercano y nos dirigimos al segundo examen. Fue un día muy largo pero al final llegué a casa a descansar y claro a hablar con Gerry acerca de cómo nos había ido durante el día.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora