Fiesta de cumpleaños (Dia 506)

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11 de Enero 2020

Hemos llegado nuevamente a una de las fechas más esperadas del año para mi, así es mi cumpleaños número 19, como cada año me llenaba de emoción solo que esta vez sería el primer cumpleaños que pasaría lejos de mamá lo cual me llenaba de un poco de nostalgia. Gerry y mis tíos se encargaron de que no se sintiera tan vacío todo pues organizaron una pequeña fiesta en casa de tía Lupe.
Mi cumpleaños fue en día sábado que por cierto me tocaba descanso en la nevería así que desde muy temprano llegue a casa de mis tíos y fuimos en busca de las compras para que doña esperanza con su delicioso sazón nos deleitara, en medio de nuestra búsqueda tía Lupe me dio un verde billete el cual supuse sería para algo de la comida
— ¿Que compró con el?
— Cómprate una blusa para que te la pongas hoy dijo con una sonrisa
Compartí la sonrisa sintiendo ponerse rojo mi rostro y fui en busca de una bonita blusa, después de recorrer algunos pasillos encontré la ideal, una bonita blusa color mostaza que estoy segura quedaría perfecta para la ocasión, la pague con el billete y me regresaron algunas monedas como cambio, la sostuve con una mano mientras que con la otra sacaba mi celular para llamar a mis tíos y saber en donde se encontraban después fui en busca de ellos y regrese las monedas cambio.
Cuando las compras finalizaron volvimos a casa, mientras doña esperanza preparaba la comida tía Lupe me pidió subiera al segundo piso me diera un baño y me arreglara lo cual hice, al salir de bañarme recibí un mensaje de Gerry quien me avisaba que había salido de su trabajo que llegaría en cualquier momento.
Después de algunos minutos o quizá horas baje lista, una mesa se encontraba colocada y algunos cubiertos sobre ella.
Al cabo de unos minutos algunos invitados comenzaron a llegar y los primeros fueron doña Alicia la mujer que me decía "la niña seria" acompañada de su familia.
Llegaron las hermanas de mi tía y su hermano Aarón acompañado de su esposa Emily y sus dos pequeños.
Ya comenzaba a hacerse tarde y Gerry no llegaba lo cual me preocupaba un poco pues ya tenía tiempo que me había avisado que terminó su turno en el trabajo
— Tranquila, ya no debe tardar dijo tía Lupe
Preocupada le llame pero nunca respondió, hasta que después de varios minutos pude escuchar que mi celular sonaba, era el.
— Cumpleañera preciosa abre la puerta estoy afuera.
Salí y se encontraba afuera con su acostumbrada rosa color rosa que era mi favorita y una grande bolsa de regalo color cafe.
— Feliz cumpleaños hermosa dijo sonriendo mientras estiraba sus brazos hacia los míos
Lo abrace y después de eso entramos a la casa
— Pobre mujer ya la tenías muy preocupada le dijo tía Lupe a Gerry mientras reía
— Es que fue un caos con su regalo pero ya estoy aquí.
Tomamos asiento todos y comenzamos la comida.
Al fondo logramos ver una silueta en la puerta y salimos a abrir, era una mujer llamada dulce que me vio crecer quien venía acompañada de su familia, los invitamos a pasar y les ofrecimos comida.
El ambiente se sentía bastante agradable, había música, platicas y como es su costumbre Gerry poniendo ambiente con esa chispa que lo caracteriza, todo pintaba de maravilla hasta que comenzó a atardecer y nuevamente vimos una silueta en la puerta la cual esta ocasión no logramos reconocer.
— Es tu mamá agregó mi abuelo Felix
— ¿Mi mamá? Pregunté confundida pues hacía ya casi un año que no sabía nada de ella.
— Si, tu mamá, me dijo que vendría a buscarte, quiere verte sólo unos minutos.
Realmente no quería salir pero mi corazón de pollo no me permitía dejarla afuera esperando así que me arme de valor, respiré profundo y salí, abrí la puerta y la observé
— Pasa a comer la invite
— No, gracias, solo vengo a verte
No supe que responder al respecto y solo la observé por unos segundos hasta que nuevamente tomó la palabra
— No podía dejar pasar este día
— Pero has dejado pasar muchos
— Si, pero no tú cumpleaños, hace 19 años llegaste a mi vida.
Sus palabras hacían que mis piernas temblaran y sintiera un enorme nudo en la garganta, respiré profundo nuevamente y traté de aguantar las lágrimas pues tenía aún tantas preguntas, preguntas que le hice muchas veces pero nunca quizo responder.
— ¿Porque te fuiste? ¿Porque me dejaste?
Ante tal pregunta me platico acerca de mil situaciones pero nunca la respondió, la escuché hablar de su trabajo, de su vida, de él señor que se hacía llamar mi papá y algunas otras cosas más que no eran las que quería escuchar.
Al final de todas sus palabras me dio un abrazo al cual correspondí y no pude evitar llorar pues hacía tanto que no la sentía entre mis brazos
— Te traje algo pequeño porque por ahora no puedo darte más
Me entrego una muy pequeña bolsa de regalo y se marchó, la vi hacerse pequeña entre la obscura calle, me recargue sobre la pared y me deslíase hasta el suelo llorando como una Magdalena, después de unos minutos no pude más y entré corriendo hasta llegar a las escaleras y al segundo piso olvidando que había algunos invitados esperándome en la mesa, entré a la habitación de mis tíos y me avisté sobre su cama, abracé la almohada con todas mis fuerzas como si aún fuera ella y lloré y lloré hasta que me canse, unos minutos más tarde subió tía Lupe
— ¿Estás bien mujercita?
Seque mis lágrimas y la abrace, no podía ni siquiera hablar, tenía una revolución de sentimientos dentro de mi que no podía expresar.
— Recuerda que las personas que están allá abajo te quieres y quieren verte bien, esto se hizo para que tú lo disfrutaras y no es justo que esto suceda, sal y disfruta de los que están, yo puedo entenderte pero hoy es momento que disfrutes este día no que te sientas así.
Tomé un poco de papel y limpié mis ojos, abrí su regalo eran un par de aretes los cuales guarde como un recuerdo
— Tienes razón, es solo que sentí tantas cosas al verla de nuevo que ni si quiera puedo explicar, dame cinco minutos y estoy con ustedes de nuevo.
Ella tomó mi mano — Cinco minutos, los que estamos te queremos mucho.
Ella salió de la habitación y yo tomé un poco de desmaquillante y limpié mis ojos y parte de mis mejillas pues las lágrimas habían hecho que el rímel de mis pestañas se corriera por gran parte de mi rostro así que me maquille de nuevo, respiré, le sonreí al espejo y salí de la habitación, tomé asiento aún lado de Gerry quien se encontraba preocupado
   — ¿Todo bien mi amor? Pregunto con tono de voz serio
   — Si, en otro momento platicamos de acuerdo
   — Yo solo quiero que disfrutes esta noche Gema, estás cumpliendo 19 años preciosa y a ti te emociona tu cumpleaños, no pierdas esa emoción por favor.
  — Así será, amor.
Le regale una sonrisa y mire al frente en donde pude observar que ya se acercaban mis tíos con un delicioso pastel de chocolate ¡Mi favorito!
Lo colocaron sobre la mesa y los invitados comenzaron una canción de cumpleaños mientras yo no sabía hacia donde mirar, frente a mí se encontraba Anita quien no paraba de tomar fotografías del momento.
Al finalizar la canción de cumpleaños todos esperaron a que soplara las velas no sin antes pedir mi deseo secreto el cual fue poder asimilar que mamá ya no estaba a mi lado y tener la fortaleza para afrontarlo.
Gerry quito la vela de mi pastel y grito
   — Vamos ahora muérdelo lo cual me lleno de miedo pues conocía a mi familia y también conocía a mi novio y sabía que ese muérdelo significaba que todo mi rostro terminaría lleno de pastel de chocolate.
Comencé a reír de nervios y me acerqué lento al pastel hasta que sentí un par de manos en mi cabeza que me empujaron hasta que mi rostro quedó plasmado en el pastel.
Me levante y comencé a reír, me dieron un par de servilletas y limpié mi rostro mientras veía que todos me miraban y compartían mi risa
  — Tengo pastel hasta en la nariz
  — ¿Está rico? Pregunto Gerry en tono burlón
Lo mire y achique los ojos
— Lo pregunto para saber si esta rico y felicitar al Chef agregó mi gracioso novio.
Después de que mi rostro quedó del todo limpio todos en la fiesta disfrutamos del pastel y por supuesto los adultos de sus bebidas alcohólicas.
Cuando era algo tarde y los invitados comenzaban a irse solo quedaban los que vivían dentro de esa casa, las hermanas de mi tía y Gerry me propusieron abrir los regalos lo cual había estado esperando con ansias.
Comencé con algunas bolsas las cuales contenían ropa, algunas otras chocolates y una bonita cartera color rosa con el estampado de un gato, solo me faltaba abrir dos regalos el de Emily y el de Gerry así que primero abrí el regalo de Emily del cual salió un bonito bolso color vino con el que quede encantada pues me encantan los bolsos
   — A ver préstamelo exclamó Gerry mientras le entregaba el bolso
Se lo colocó el el hombro y exclamó — ¿Quien se lo regaló? Para la próxima por favor consulten el color conmigo porque este bolso no combina con mi ropa y yo soy quien siempre lo carga.
Todos comenzaron a reír tras ese comentario mientras yo procedía a tomar el último regalo que era él de Gerry.
Abrí la bolsa y de ella saqué dos cajas de mis chocolates favoritos pero aún había más, introduje la mano y percibí que era una prenda así que la saqué de la bolsa
   — ¡¡¡El abrigo café!! Exclamé emocionada pues era el abrigo que habíamos visto unos días antes de navidad cuando estaba indecisa si él verde o el café, elegí el verde y ahora me estaba regalando el café.
   — Ese día te quedaste con ganas de el abrigo café y ahora tienes ambos.
La convivencia con la familia de tía Lupe se tornaba bastante agradable, nos encontrábamos afuera en el patio a pesar del frío, Tía Lupe se acercó a Gerry para platicar y convivir con el, yo me aleje cuando pude notar que ella le platicaba algo muy serio y personal de cuando tuvo un alejamiento con una de sus hermanas con la que mejor se llevaba Mariand quien dejó de hablarle durante algunos años y esto era algo que le dolió por mucho tiempo y Justo hace poco comenzaban a retomar su buena relación de hermanas, ellos platicaron de ese tema algunos minutos e incluso mi tía se puso sentimental hasta que llegó tío Miguel e interrumpió
   — Gerry ¿Te hago una pregunta? Dijo mientras tocaba su hombro con una mano y con la otra sostenía su vaso de bebida alcohólica.
   — Si Miguel dígame
  — Tengo ganas de emborracharme, tú dime si quieres que más tarde te lleve a tu casa me aguanto las ganas o si te quedas a dormir aquí puedo beber sin problema.
   — Me quedó don Miguel, usted tomé sin problema
   — A bueno contestó tío Miguel contento — ¿Tú quieres alguna bebida?
  — Sabe que yo no tomo don Miguel
  — ¿Seguro? Si quieres te preparo una, ligera, para que pruebes.
  — De acuerdo acepto Gerry
Tío Miguel le preparo una bebida y él la acepto para chocar su vaso con todos los que tenían uno.
El frío comenzó a hacer de las suyas y tuvimos que entrar a la casa pues los fríos de Enero son bastante fuertes, Gerry tomó un lado de la mesa y don Lucio el otro lado para meterla dentro de la casa.
Cuando entramos nos sentamos todos al rededor de la mesa mientras cantábamos y algunos otros bebían, Gerry parecía bastante a gusto a pesar de ser la primera vez que bebía.
Cuando la madrugada comenzó a llegar entré a la cocina a calentar un poco de comida pues el apetito se me había abierto, mientras eso sucedía entró Anita
  — ¿Que pasó niña? Le pregunté mientras la señalaba con una cuchara
  — Solo vine a ver qué haces ¿Te puedo dar un abrazo?
  — Claro Anita, dije mientras iba a sus brazos
  — No me gusta verte triste por lo de tu mamá
Tales palabras sacaron unas lágrimas de mis ojos, apagué la estufa con mi comida y me quede platicando algunos minutos con ella mientras lloraba, enseguida tía Lupe llegó para hacernos compañía, ella tenía algunas copas de mas pero eso no le impedía abrazarme y expresarme su acompañamiento, después de nuestra larga plática volvimos a la mesa en donde se encontraban todos y pude percibir que Gerry ya no se encontraba en la mesa reunido con todos
   — ¿En donde se encuentra Gerry? Pregunté
   — Entró al baño, dijo que iría a lavar sus manos
Pasaron varios minutos y él antes mencionado no regresaba así que comenzamos a tocar la puerta pero nunca respondió
  — Gerry ¿Estás bien? Pregunto tío Miguel pero al parecer no escuchaba o decidía ignorarlo
   — Debes entrar por él dijo tía Lupe a lo cual tío Miguel respondió asustado — NOO
— Tienes que ver que esté bien, entra. Ordenó
— No, que vergüenza entrar
— ¿O entras tú o entro yo?
A tío Miguel no le quedó otra opción más que cerrar los ojos y abrir la puerta, con los ojos cerrados tengo toda la pared hasta llegar al apagador para apagar la luz y poder entrar por el dándose cuenta que se había quedado dormido pues las copas ya habían surtido efecto en el, lo saco del baño abrazándolo y lo coloco en el sillón, Gerry despertó apenado con el rostro rojo por la vergüenza y pidió disculpas
  — No te preocupes, no pasa nada dijo tía Lupe
  — Tranquilo, ve a dormir agregó tío Miguel
Los papás de tía Lupe le entregaron algunas cobijas para que pudiera pasar la noche y el de inmediato se quedó dormido.
Todos decidimos hacer lo mismo e ir a dormir pues ya faltaban pocas horas para que comenzara a amanecer y don Lucio el papá de tía Lupe es de los hombres que sin importar la hora de dormir al día siguiente siempre despierta temprano para comenzar el desayuno y el aseo dominical así que desvelarse en esa casa no es muy buena alternativa sin embargo ocurría con mucha frecuencia.
A la mañana siguiente desperté y Anita ya no estaba a mi lado, tomé mi celular para observar la hora y faltaban pocos minutos para las nueve de la mañana, con mucho sueño y poca fuerza de voluntad me levante de la cama pues ya era tarde y seguramente hacía ya rato se habían levantado la mayoría de habitantes de esa casa.
Entré al baño y lavé mi cara con agua fría para terminar de despertar, me coloque un poco de maquillaje sobre el rostro para no hacer tan evidente mi desvelo y salí, al bajar por las escaleras pude ver a Gerry y a mi tío ambos con una escoba barriendo el patio del desorden que había quedado un día antes
   — Buenas tardes señorita ¿Ya amaneció? Pregunto un Gerry sonriente
— Ya respondí aún con voz somnolienta
— ¡Ya hasta terminamos de hacer el aseo y tú apenas despiertas! Dijo bromeando
Termine de bajar las escaleras y saludé a todos los que se encontraban.
Doña Esperanza salió pocos minutos después con una cazuela grande para servir el desayuno, Gerry saco nuevamente la mesa para comer afuera y todos nos reunimos.
Al finalizar mire la hora en mi celular y me queje un poco pues tenía que asistir a trabajar en la nevería ya que solo descansaba un día y ya lo había hecho el día anterior
  — ¡No vallas! Dijo Gerry lo cual no podía creer pues él era bastante responsable como para aconsejarme eso.
  — Debo ir respondí nada convencida
Tío Miguel le siguió el comentario haciéndome saber que no pasaba nada si faltaba un día, observé a ambos mientras comenzaba a considerar el no asistir
  — ¿Que opinas? Le pregunté a tía Lupe
— Como tú decidas, si quieres te puedo hacer una receta
Tal comentario me termino de convencer así que me levante de la mesa, tomé mi celular, hice una falsa voz de enferma y llame al dueño de la nevería quien no tuvo problema en mi inasistencia.
Regrese con todos — Listo, me quedo dije contenta
Después de una larga plática matutina familiar mis tíos me informaron que debían asistir al súper a comprar algunas cosas que necesitaban
— ¿Nos acompañan o nos esperan? Nos preguntaron a Gerry y a mi
Ambos decidimos quedarnos, en nuestra compañía se quedarían las dos hermanas de tía Lupe Anita y Katia.
— ¿Necesitas algo? Pregunto tía Lupe a Gerry y el encargo algunos artículos para poder bañarse.

Katia a sus 21 años la mayor parte del tiempo la pasa en su celular o fuera de casa pero ese día fue sorprendente que decidió quedarse con nosotros, Anita sacó un juego de mesa y los cuatro comenzamos a jugar, la pasamos increíble, era la primera vez que convivíamos con Katia pues ella es un poco apartada.
— Al principio no me agradabas pues siempre estabas en tu celular dijo Gerry sin ninguna vergüenza dirigiéndose a Katia a lo cual ella solo soltó una risa ante tal comentario y continuamos con el juego.
Cuando Katia se distraía nosotros tres nos dedicábamos a robar sus cartas o hacerle trampa sin que ella lo notara, nosotros solo nos veíamos los unos a los otros hasta que Anita comenzó a reír y Katia comenzó a sospechar de nuestro complot.
— ¿Porque se ríen? ¿Me están haciendo trampa? Pregunto achicando los ojos
Al mismo tiempo contestamos un sarcástico "NO" conteniendo la risa.
Después de varios juegos más, escuchamos que alguien abrió la puerta, eran los adultos que habían llegado a casa
— ¿Nadie se a bañado? Pregunto tía Lupe a lo cual los cuatro respondimos que no
— ¡Cochinos!
— Yo no soy cochino, yo no me bañe porque ustedes no habían traído mi encargo contestó Gerry mientras reía.
— ¡Pretextos! Dijo tía Lupe
Después de que llegaron, uno a uno nos fuimos metiendo a bañar hasta que todos estábamos limpios y relucientes.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora