11 de Enero 2021
Lo que siempre me llena de emoción cada que empieza un Año Nuevo es esperar tan solo 11 días para la llegada de mi cumpleaños, este año cumplo 20, debido a que mi cumpleaños es Lunes mis tíos han decidido festejarlo el día sábado 9 así que apenas salí de trabajar corrí a mi casa a darme un baño para estar lista para mi fiesta. Al salir de bañarme recibí una llamada telefónica, por supuesto era quien más esperaba "Gerry"
— Hola preciosa estoy por salir de casa de mis abuelos, fui a comprar algunas cosas que necesitaba y ya volví, vine por ropa ¿Que nos vamos a poner?
Pensé unos segundos mi respuesta
— Tengo una idea, Vamos a ponernos nuestro pantalón a a cuadros que usamos el fin de año, unas chamarras de mezclilla, playera blanca y unos tenis ¿Que te parece?
— Me parece una excelente elección ¡Ahora mismo buscó esa ropa y salgo para tu casa! — Una pregunta más, Gema.
— Dime...
— ¿Me puedo bañar en tu casa? Lo que sucede es que me bañe por la mañana y si me baño de nuevo ya sabes cómo son mis abuelos, comenzarán a reprocharme que utilizo demasiado sus cosas, gasto su agua, su calentador... Bueno ya te imaginas...
— Claro que si amor mío, sabes que no tengo ningún problema, ademas mi abuela te quiere mucho, tampoco tiene problema, además de que ella casi nunca está.
Colgamos la llamada y comencé a alistarme, justo unos minutos antes de estar lista llamaron a mi puerta, sabía quien era pues ya habían pasado más de 30 minutos, así es era justo quien sospeche.
— Hola cumpleañera hermosa — Saludo con un beso en la frente y una enorme mochila.
— Hola hombre hermoso ¿Como estas? — Pregunté mientras lo recibía con un abrazo
Entramos a mi habitación y colocó su enorme mochila sobre mi cama
— Oye ¿Traes ropa para pasar esta tarde o para mudarte? —Bromee
— Traje ropa para hoy, una poca para mañana y algunas prendas para dejar aquí en tu casa, ya sabes para cuando se ocupe
— Cada vez te vas adueñando mas de mi guardarropa, quizá llegue un día en que la mitad de mi closet sea ropa tuya. — Añadí riendo
— Si, tal vez un día ya no puedas correrme de aquí
Saco la ropa que se colocaría esa tarde, la del día siguiente y alguna otra la colgó con ganchos dentro de mi closet, tomó una toalla y se dirigió a darse un baño mientras yo guardaba en una mochila un poco de ropa ya que seguramente ninguno de los dos llegaría esa noche y nos quedaríamos en casa de mis tíos como ocurría con mucha frecuencia. Pocos minutos más tarde lo vi entrar a mi habitación con una toalla amarrada a la cintura y su ropa en mano
— Oye ¿Podrías vestirte? Provocas tentación — dije en tono burlón, pues después de todo ya no teníamos tanta vergüenza como meses atrás en que omitíamos todo ese tipo de comentarios
— ¡Que graciosa eres! — Es solo que mi ropa está arrugada ¿Puedo tomar tu plancha?
— Claro, olvide que existen tres cosas con las que tú no puedes salir 1. Sin Reloj 2. Sin perfume 3. Debes salir sin una sola arruga en tu ropa, sabes en donde está la plancha, toma lo que necesites.
Cuando ambos estuvimos listos salimos a casa de mis tíos, entramos por la puerta de la cocina en donde se encontraba doña Esperanza y tía Lupe dando los últimos detalles a la comida de esa tarde, las saludamos
— Hola chicos — Saludo mi tía
Platicamos por algunos minutos de temas sin mucha relevancia
— Lupita, le dejó a su sobrina un momento, en unos minutos vuelvo. — Comentó Gerry
— ¿A donde vas? — Pregunté confundida, pues recién habíamos llegado
— No sea curiosa señorita, ahorita vuelvo, no tardo.
— Si Gema, déjalo — Añadió mi tío
Gerry salió mientras la comida terminaba de estar lista, pasaron pocos minutos cuando a mi celular llego un mensaje, en el cual sin sacarlo de mi bolso expresé — ¡Ya volvió!
— ¿Quien? — Preguntó tío Miguel que ya se encontraba a nuestro lado en la cocina
— Pues Gerry ¿Acaso no escuchaste el sonido de su celular? Lleva como dos años con ese tono y sabemos que cuando la campana suena una vez es cualquier persona y cuando suena dos veces seguidas es Gerry ¡Que poco observador Miguel! — Respondió mi tía
— Uy ¡Perdón, por no ser chismoso! —Respondió mi tío y se fue
Efectivamente era Gerry quien me pedía que si podía decirle a alguien que abriera la puerta pues ya se encontraba afuera, Anita enseguida se dirigió a abrir y entró con el por otra de las puertas. La comida ya estaba lista y todos fuimos a la mesa, como era de esperarse la comida de doña Esperanza nunca decepciona a nadie, su sazón es inigualable.
Pasó la tarde y la convivencia llena de música agradable, bailes y un poco de alcohol en algunos integrantes, cuando era lo suficientemente noche de la cocina hasta el comedor llegó a mi un rico pastel, para ser exactos mi favorito ¡De galleta Oreo! No podía esperar por soplar las velas y deleitarme con su sabor, las velas del pastel fueron encendidas y los focos apagados
— Pide tu deseo
Sin decirlo pero si lo pensé, mi deseo ya estaba cumplido, tenía una familia como la que quizá nunca tuve, estaba rodeada de personas maravillosas aquella tarde, personas que quiero a pesar de no ser de mi sangre y que están a mi lado de manera incondicional.
Apague mis velas, escuché aplausos y la canción de cumpleaños en donde nadie sabe qué cara poner cuando se las cantan, al finalizar, las luces fueron encendidas de nuevo y Tío Miguel quito las velas
— Ahora si viene lo interesante — Añadió Gerry con una risa mala
— Ni se te ocurra — Amenace mientras lo señalaba con mi dedo aunque sabía que decirle que no lo hiciera jamás funcionaría, atrás de mi se colocó Gerry con todas sus malas intenciones, a su lado estaba Aarón y Emily quienes al parecer tampoco tenían las intenciones de defenderme, como es tradición me acerqué a mi rico pastel para darle una mordida y fueron pocos los segundos cuando mi rostro ya se encontraba totalmente lleno de chocolate y trozos de galleta, solté una risa ante tan hecho mientras todos hacían lo mismo
— Yo te quise defender Gema, pero ya conoces a Aarón, fue el quien te empujó — Añadió Gerry de manera falsa mientras aguantaba la risa
— No mientas Gerry, fue lo contrario, yo traté de defenderla de ti — Se defendió Aarón mientras reía
— Ten preciosa, una servilleta para que limpies tu cara, para que veas que mis intenciones no son malas — Dijo Gerry mientras me entregaba un poco de papel y servilletas en las manos
— Que te crea quien no te conoce ¡Jesús! — Dije entre risas
Después de todos comer pastel se fueron algunos invitados pues ya era noche, solo quedamos los de siempre. Llegó el emocionante momento de abrir mis regalos de cumpleaños así que coloque mis regalos sobre la mesa y comencé a abrirlos uno, en su mayoría eran chocolates pues quien me conoce sabe que soy amante número uno de cualquier tipo de chocolate
— Gema — Expresó Gerry con un rostro serio cuando finalice con todos mis regalos
— ¿Que sucede?
— ¿Me disculpas? — Preguntó mirándome a los ojos
— ¿Porque debería disculparte? ¿Que hiciste?
— Es que no tuve dinero y no pude comprarte un regalo.
— Ay no te preocupes, eso no importa, compartir este cumpleaños contigo me hace feliz.
Me regaló una sonrisa y salió de la casa expresando que subiría a la habitación de mi tía por un suéter pues comenzaba a hacer frío, después de unos minutos volvió con una caja de regalo y tocó mi hombro para que lo volteara a ver
— Mira Gema, encontré esta caja de regalo y como no te compré nada pues me la robé para dártela. — Dijo con una enorme sonrisa
— ¡Que mentiroso! — Expresé mientras recibía la caja de regalo
— Pero abrázala — Agregó mi tía
Ambos nos miramos y nos pusimos rojos pues no solemos darnos demostraciones de afecto frente a las personas ya que en la mayoría de ocasiones estamos jugando o bromeando, además de que ambos pensamos que es una falta de respeto estar frente a tu familia con "muestritas" de amor que aveces la gente no necesita ver así que preferimos guardar todo aquello para nuestra privacidad.
— No Lupita, mis abrazos son valiosos, esos no se regalan — Añadió Gerry en broma mientras su rostro permanecía rojo
— Gracias equipo — Di unas suaves palmadas sobre su espalda y le regale una sonrisa
— Abre la caja, espero que te gusten — Mencionó Gerry con una gran sonrisa
Abrí la caja con forro color rosa y de ella saqué un par de hermosas botas color café que quería desde hace mucho tiempo, me encantaron y de inmediato me las medí, se veían increíbles.
— Muchas gracias ¡Me encantaron!
— Que bueno que te gustaron, ahora devuélvemelas, solo eran prestadas debo regresarse las a su dueña, no eran para ti.
— ¡Que gracioso eres! — Respondí en tono sarcástico
— Es Enserio Gema, te dije que no tenía dinero, por eso las pedí prestadas para ver si te gustaban. — Mencionó con tono serio como si se tratara de la verdad.
— ¡Siempre con tus bromas! — Respondí riendo.
— Bueno quédatelas pero si la dueña te las quita ya no me culpes a mi. — Soltó una escandalosa risa
La convivencia continuó hasta la madrugada, la música sonaba fuerte y compartíamos algunas cervezas, regularmente yo no bebo alcohol pues no me gusta pero no se cumplen 20 años todos los días así que este día sería la excepción lo cual no se convirtió en la mejor idea pues al ser mi primer acercamiento con el alcohol con mucha rapidez comencé a sentir mi cuerpo marearse
— Gerry ¿Me puedes traer otra cerveza del refrigerador?... Por favor.
— Si, dame unos minutos
Su "dame unos minutos" significaba que probablemente no lo iba a hacer así que volví a pedírselo
— Ya estás mareadita ¿Verdad preciosa?
— No, no, solo estoy feliz, ya sabes cumplo 20 años ¡Felicítame!
— Jaja Felicidades preciosa, me da gusto que te la estés pasando bien, nunca te había visto en este estado.
Enseguida Gerry se levantó de su lugar junto a mí y se acercó a mi tío Miguel
— Amigo, a tu sobrina ya le hizo efecto la cerveza, me está pidiendo más pero yo te vengo a preguntar a ti si le doy una mas o ya no porque no quiero que vallan a creer que soy yo el que le estoy dando alcohol o que quiero emborracharla, no es mi intención.
— Si amigo, tú no te preocupes, déjala, nunca lo hace y además está aquí con nosotros, sabes que aquí está segura no te preocupes por ella — Respondió mi tío
Enseguida Gerry entró a la cocina y salió con algunas latas de cerveza, le entrego algunas a mis tíos, a don Lucio, él tomó una y me entrego la última.
— Perdón preciosa, ya no te quería traer más pero tú tío me dijo que si, que no había problema.
Ambos destapamos nuestra lata color blanco
— ¡Salud por tu cumpleaños hermosa! — Que sean muchos más, pero sobretodo que estes bien y la pases bien todos los años que Dios te regale vida, mereces siempre lo mejor.
Algunas horas y algunas cervezas más tarde a la plática llegó la situación de Anita y mi tío para ser exactos de su pelea que ya había durado más de un mes, entre mis tíos, Gerry y yo tratamos de convencer a ambos que hicieran las paces pero no funcionaba, ambos se rehusaban a doblar su orgullo y volver a hablarse como antes.
— Anita, yo se lo mucho que quieres a Miguel, es por eso que debes acercarte a él, no vale la pena que estén enojados, no seas así, recuerda todo lo bueno que pasaron — Expresó Gerry dirigiéndose a ella
— Es que si lo quiero y si lo extraño pero no puedo acercarme a él, me da miedo su reacción —Respondió Anita mientras algunas lágrimas comenzaban a escapar de sus ojos.
— Es que con miedo no vas a obtener nada, si quieres hablar con él solo acércate, no pasa nada, no vale la pena perder gente que quieres por un enojo, a mi no me gusta verlos así, imagina si un día le sucede algo a Miguel y ustedes enojados ¿No vas a sentir feo de no hablarle.
Tal comentario hizo llorar aún más a Anita y comenzaron a tener una plática acerca de ese tema, yo me aleje un poco para darles privacidad ya que Gerry estaba teniendo una plática seria con ella y no quería intervenir o que se sintiera apenada Anita así que preferí sentarme lejos de ellos, desde mi lugar solo podía ver como ella lloraba mientras Gerry intentaba convencerla de arreglar la situación con mi tío, me mantuve alejada hasta que Gerry me pidió acercarme
— ¿Que sucede? — Pregunté
— ¿Verdad que tu tío también quiere mucho a Anita?
Afirme con la cabeza
— Yo te puedo ayudar a que hables con él, tú dime el día que estés lista y yo le hablo o si quieres que esté a tu lado cuando te acerques con él lo estoy, pero por favor arreglen las cosas, no me gusta verlos así — Añadió Gerry y dio por finalizada aquella plática.
— Lupita, ya hablamos con Anita para que arregle la situación con Miguel, ahora vamos a hablar con Gema, también necesita una plática — Añadió Gerry
— ¿Plática sobre que? — Pregunté confundida
— ¿Le dice usted o le digo yo? — Preguntó Gerry a mi tía
— Tu dile, yo le he dicho muchas veces pero no quiere — Respondió mi tía
— Gema ¿Porque no quieres vivir con tus tíos? Casi desde que te conozco, a los pocos meses tu mamá se fue, conozco la situación en tu casa, me has tenido la confianza de platicar lo que ocurre ahí y créeme con nadie estarías mejor que con tus tíos, ellos te quieren mucho y yo mismo e visto como incluso té cambia el humor cuando estás aquí con ellos, tú y yo sabemos que estarías muy bien aquí, viviendo con ellos.
— Desde que su mamá se fue y hablamos con ella le hemos insistido que viva aquí con nosotros pero no quiere, mis papás la quieren y la aceptan, no tienen ningún problema en que ella venga a vivir aquí, la única decisión la tiene ella — Añadió mi tía
No supe que contestar a lo que ambos me decían pues una parte de mí deseaba tener esa bonita familia con mis tíos, familia con la que la pasaba increíble todos los fines de semana que estaba en casa de ellos pero otra parte de mí tenía miedo, mucho miedo de que mis tíos también se aburrieran de mi como lo hizo mi mamá, no les expresé los verdaderos motivos y solo evadí la plática con la respuesta que siempre les daba a Gerry y a los tíos cuando tocaban el tema diciendo que lo pensaría.
Siempre que estábamos con mis tíos no entendía en que momento pasaba tan rápido el tiempo, mire la hora en mi celular y ya estaban cercanas las cinco de la mañana, mientras manteníamos una conversación todos Gerry desapareció varios minutos, nadie lo buscó pues seguramente estaba ocupado hasta que percibimos la luz de la cocina encendida
— Alguien olvidó apagar la luz de la cocina — Regaño mi tía y nos dirigimos para apagarla, para nuestra sorpresa nadie había olvidado apagarla si no que Gerry se encontraba adentro con el refrigerador abierto y la estufa encendida comiendo
— ¿Gustan? — Pregunto con las mejillas llenas de comida — Perdón, me dio hambre — Respondió sonriendo
— No es raro que vengas a asaltar mi cocina a tales horas de la madrugada, siempre lo haces. — Respondió mi tía riendo
Y si realmente no era extraño que eso ocurriera ya que en el tiempo que llevamos de novios y desde que comenzamos a estar en casa de mis tíos todos los fines de semana hemos asistido a infinidad de fiestas juntos e incluso muchas fiestas han sido en casa de mis tíos y siempre ocurre lo mismo Gerry se desaparece por las madrugadas y siempre lo encontramos en la cocina comiendo sin algún tipo de vergüenza, lo hace con toda confianza como si estuviera en su casa, incluso ya sabemos que a partir de las tres de la mañana su apetito comienza a abrirse y probablemente desaparezca a robar lo que encuentre en el refrigerador.
Realmente ya era tarde, faltaban pocas horas para que comenzara a amanecer así que llegó la hora de que cada quien fuera a su respectiva cama, todos fuimos a dormir para a la mañana siguiente desayunar juntos, como ya era costumbre fui la última en despertar y al bajar las escaleras me encontré con la misma imagen de siempre, a Gerry barriendo el patio con la ropa de mi tío puesta y diciéndome que dormía como un oso.
— Ya no me regañes y vamos a desayunar — Expresé
— Solo porque mañana es tu cumpleaños ahora si ya no te regañaré, pero enserio duermes mucho, yo todos los domingos me despierto desde temprano para ir con Doña Esperanza a comprar para el desayuno mientras tú duermes profundamente, a partir de la otra semana ya te iré a levantar temprano dormilona — Advirtió
— No gracias — Me burlé
Al día siguiente lunes 11 de enero ahora si había llegado oficialmente mi cumpleaños, por ser Lunes me levante como todas las mañanas y me dirigí a mi trabajo, no sin antes recibir las felicitaciones matutinas de Gerry.
Trabajé el día entero como lo hacía de costumbre, al llegar las cinco de la tarde había terminado mi turno así que salí en dirección a mi casa que se encontraba a tan solo diez minutos de mi trabajo, mientras caminaba, a mitad de camino me pareció ver una figura masculina bastante conocida acercarse a mi la cual no podía ver ya que venía frente a la luz solar la cual me hacía ver solo su silueta pero no su rostro
— Hola hermosa cumpleañera — Expresó mi alto novio
— Hola — Salude y me arroje a sus brazos ¿Que haces aquí?
— Recordé que alguien de aquí cumplía años hoy y decidí venir, mi intención era estar afuera de tu trabajo cuando salieras pero sabes que la puntualidad no es una cualidad mía, llegue desde hace un par de horas pero me entretuve haciendo algunas cosas y se me hizo tarde, pero, aquí estoy.
Tomó mi mano y caminamos hacia mi casa que ya se encontraba a unos pasos mientras me felicitaba de una y mil maneras posibles.
Entramos a mi casa y no había nadie, le ofrecí algo de comer pero me dijo que aún no tenía hambre que prefería comer más tarde.
— Gema, en tu habitación está mi chamarra de mezclilla ¿Podrías traérmela?... Por favor
Me extraño aquel favor pues regularmente cuando él necesita algo solo se acerca y lo toma, además de que no hacía frío pero quise ser amable y me dirigí a mi habitación, abrí la puerta y con mi mano busqué el interruptor para encender la luz, al iluminarse la habitación pude percibir una hermosa decoración
— ¡Sorpresa mi amor! — Dijo Gerry mientras se acercaba a mi
Lo abrace con todas mis fuerzas y le agradecí aquel detalle, entramos por completo y aprecié cada detalle, la habitación estaba repleta de globos de mis colores favoritos, algunos otros en forma de corazón, en medio había dos globos color dorado que formaban el número 20, también encontré una carta en medio de mi cama acompañada de mi hermosa rosa color rosa que nunca podía faltar, había un enorme pastel en mi escritorio, la pared estaba iluminada con algunas luces, todo se veía increíble.
— Gracias mi Jesús, me encanto el detalle...
— Eso no es todo, tu abuela preparo comida solo que tuvo que salir, no debe tardar, también tus tíos llegarán en pocos minutos, incluso tú tío Efraín y su novia Giselle estarán aquí, a ellos los vi hace unos momentos.
— Ahora comprendo porque no llegaste temprano por mi a mi trabajo como lo tenías planeado.
— Te platicaré la historia, llegue aquí hace ya algunas horas pero no había comprado todo, aún me faltaban algunas cosas como tú pastel y los globos con el número 20 así que llegue a tu casa, salude a tu abuela y de ahí me dirigí al centro en busca de lo que hacía falta, el pastel fue muy sencillo conseguirlo pues conozco tus gustos pero los globos con número no los encontraba en ningún lugar, recorrí todo el centro y no los encontraba hasta que en mi última opción pude conseguirlos, justo cuando venía de vuelta a tu casa encontré a Giselle y a tu tío Efraín que también estaban en el centro, de hecho Giselle estaba buscando un regalo para ti y me pidió ayuda en ideas de que podía comprarte, le dije que te encantaban los bolsos así que me pidió ayudarla a buscar uno, recorrimos varios lugares y encontramos una muy bonita, color rosa, solo que cuando te la entregue debes fingir sorpresa, no le digas que ya te dije de tu regalo si no pensara que soy chismoso, después de comprarla ellos fueron a devorar el regalo y yo tenía que regresar pues si no volvía pronto no me daría tiempo de decorar tu habitación, además de que tenía tu pastel en las manos y si seguía en la calle probablemente tu pastel llegaría derretido y no quería que eso ocurriera.
Después de platicarme toda la aventura del día escuchamos que alguien llegó pues la puerta hizo ruido, salimos y era mi abuela que ya había vuelto, la saludamos y ella entró a la habitación, le agrado la decoración y nos pidió sentarnos sobre la cama para tomarnos algunas fotografías.
— Señora ¿Quiere que le ayude con la comida? — Pregunto Gerry
— No hijo, ya había dejado todo listo.
— Está bien, solo esperemos a que lleguen los demás.
Mi abuela salió de la habitación mientras nosotros nos quedamos ahí, leí la carta que se encontraba sobre la cama y platicamos sobre algunas cosas, mi celular comenzó a sonar de manera repentina, era un número que no tenía registrado y sinceramente no tenía ni la menor idea de quién podía ser pero aún así respondí y como es mi costumbre coloque el alta voz.
— Hola mi niña, feliz cumpleaños, te extraño mucho — Se escucho la voz gruesa de un hombre al otro lado del teléfono, por supuesto enseguida reconocí aquella voz que era parte de mi pasado algunos años atrás.
Gerry no sabía mucho de él ni mucho menos conocía su voz pues hacía mucho no recibía una llamada de él, pude ver su cara de asombro al escuchar aquellas palabras pues probablemente y aunque no me lo haya dicho imaginó que era mi ex novio, me quedé algunos minutos hablando por celular con aquel hombre, al colgar la llamada, desconcertado Gerry me pregunto quien era el hombre de la llamada.
— Era Alberto, el hombre que fue pareja de mi mamá muchos años...
Dio un respiro de tranquilidad al escuchar quien era — Entiendo Gema, has hablado muy poco de él pero si no quieres decirme más no lo hagas, sé que también hablar de él te duele y no quiero que te sientas mal justo hoy, mejor vamos a disfrutar el día que tus tíos deben estar por llegar.
Pasaron pocos minutos cuando llegó mi tío Efraín con Giselle quien me entregó mi regalo y un abrazo en el cual tuve que fingir sorpresa cuando destape pues lo que Giselle no sabía es que yo ya estaba enterada de mi regalo, también más tarde llegaron mis tíos con su bebé en brazos, entraron a mi habitación y también me tomé fotografías de recuerdo con ellos. Nuevamente mi celular comenzó a sonar de manera inesperada y otra vez era un número desconocido solo que esta vez no era Alberto, decidí contestar y recibí casi exactamente las mismas palabras que minutos atrás pero esta vez era ella... mi mamá a quien no veía ni escuchaba desde mi anterior cumpleaños que apareció por sorpresa, al parecer ocurriría lo mismo pues me pidió salir a la calle unos momentos, no quise hacerlo pues sabía que si lo había probablemente volvería llorando así que mejor le propuse entrar a casa y comer con nosotros, por supuesto no acepto pues ella no quería entrar pero algo en mí decía que no debía salir, me sentía mal por no hacerlo pero no quería regresar llorando al igual que lo hice hace un año.
— Gerry... era mi mamá, quiere que salga pero no puedo hacerlo ¿Podrías salir y decirle que pase?
— Claro que si preciosa.
Él salió de casa y tardo varios minutos en volver, mientras mi abuela servia la comida lo pude ver entrar por la puerta con una bolsa de regalo
— Entre señora — Exclamó mirando hacia afuera y atrás de él entró ella, mi mamá
Se acercó a mi y me dio un abrazo
— Señora, creo que a mi no me corresponde entregarle el regalo, usted déselo — Dijo Gerry mientras le devolvía la bolsa de regalo a mi mamá
Ella me miro y me la entrego
— ¿Aún te gustan los bolsos? — Preguntó
— Si — Respondí con una revolución de sentimientos en el estómago
La invite a sentarse con nosotros a comer pero ella no acepto, comentó que solo quería entregarme aquel regalo y se iría de nuevo, así sucedió no sé espero más y se marcho.
Compartimos la comida todos y más tarde Gerry se dirigió al refrigerador por el pastel que había comprado horas atrás, como era de esperarse termine con el rostro embarrado de chocolate pero esta vez cobre venganza dando un beso en la mejilla de Gerry dejando chocolate sobre el, repetí la acción con mi tío quien también terminó con chocolate en el rostro, cuando ya era lo suficiente tarde llegó el momento de que todos volvieran a sus respectivas casas así que mis tíos se despidieron
— ¿Te vas con nosotros amigo? — Preguntó mi tío. Gerry
— No amigo, no se preocupen, ahorita pido un Uber y me regreso a casa. — Respondió
— ¿Estás seguro?
— Si, no se preocupen, ustedes ya vallan a casa a descansar.
Todos se fueron, Gerry y yo entramos a mi habitación y nos acostamos sobre mi cama a conversar mientras esperábamos que el auto llegara por el, debido a la hora, el Uber tardo mucho en llegar así que tuvimos mucho por platicar.
Antes de irse me abrazo con todas sus fuerzas
— Feliz cumpleaños mi amor, ya tienes 20, te conocí cuando tenías 17 y deseo pasar muchos cumpleaños más a tu lado, solo quiero pedirte que siempre le eches ganas, se que te dolió ver a tu mamá de nuevo pero sabes, te admiro por lo fuerte que has sido en muchas situaciones y quiero que sepas que quiero verte bien, siempre bien...
— Lo abrace con todas mis fuerzas y le hice saber lo mucho que lo amaba y lo feliz que estaba de que él estuviera en mi vida.
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1460 días junto a él
RomanceDía 1: Adiós chico del poema, un placer imaginar mil escenarios maravillosos a tu lado. Día 1460: Adiós chico del poema, un placer vivir mil escenarios maravillosos a tu lado... Un libro que no surgió de mi imaginación, surgió de mis recuerdos. Pa...