Aniversario (Dia 434)

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30 de Octubre 2019

Tío Miguel entró a un nuevo equipo de fútbol en el cual invitó a Gerry quien su amor por el fútbol no le permitió decir que no, así que jugarían juntos todos los fines de semana, Gerry me pidió lo acompañara cada domingo lo cual no era el mejor plan para un domingo pues los partidos serían a las 7:30 de la mañana lo cual significaba despertar temprano el domingo y eso no es parte de los planes dominicales de Gema pero una enamorada hace cualquier cosa así que llegó el tan esperado domingo cuando a las 6 de la mañana mi escandalosa alarma ya se encontraba sonando, estire la mano hacia mi buró con los ojos casi cerrados en su totalidad y en la obscuridad presione el botón de apagado, estire mi mano todo lo que me fue posible para encender la luz y me quede acostada por unos minutos mirando al techo reflexionando si realmente debía separarme de mi amada cama, cuando por fin mi fuerza de voluntad gano la batalla me levante y me dirigí hacia la regadera a bañarme con agua casi hirviendo, salí  temblando por el frío, mientras me vestía escuchaba un poco de música hasta que dieron las 7 de la mañana y estaba completamente lista, no me apure lo suficiente pues conocía el defecto más grande de mi novio que era nunca ser puntual, pero ese día me sorprendió pues confirme su enorme amor por el deporte que llegó tan sólo dos minutos tarde.
     — Que raro que no se te hizo tarde dije en forma de broma
   — ¡Ya vez! Uno que es un hombre responsable
   — En casi un año que llevamos de novios nunca en tu vida habías llegado temprano, bueno si solo una.
   — Ya señorita no reclame y vámonos dijo mientras daba palmadas sobre mi espalda y reía.
Mientras nos dirigíamos hacia la casa de mis tíos en el camino encontramos un local de comida
   — ¿Ya desayunaste preciosa?
Un seco y falso "Si" salió de mi boca
Me miro a los ojos achicando los suyos — ¿Estas segura?
Al parecer me había caído en la mentira pero no podía decirle la verdad que la mayoría de las mañanas la comida y yo no somos amigas.
   — Si, de verdad
   — Platícame que desayunaste
Me sentía como en un interrogatorio en donde tratan de descubrir quien es el criminal
  — Oye ¿Acaso eres policía? Pregunté con una rosa nerviosa
   — No soy policía pero soy tu novio y creo que esta pancita debe ser alimentada así que vamos.
Ya era un poco tarde así que compramos la comida y mientras caminábamos a casa de mis tíos íbamos comiendo y platicando, debo admitir que hasta mi humor cambio tras haber desayunado.
Llegamos a la casa y tío Miguel ya se encontraba afuera en su auto esperando nuestra llegada
   — ¿No va a ir tía Lupe con nosotros?
   — No, ella aún está dormida
Subimos al auto y comenzó nuestro viaje, mi tío y Gerry no paraban de platicar sobre fútbol y mil cosas de hombres mientras yo solo miraba a la ventana en el asiento trasero preguntándome cómo sería mi vida si siguiera acostada en mi caliente cama rodeada de mis muchas cobijas.
Al llegar al campo tomé asiento sobre el verde pasto mientras ellos entraban a la cancha, me dediqué a observar a Gerry y a tomarle fotografías, al terminar el partido algunos lo felicitaron y le pidieron que siguiera asistiendo pues jugaba demasiado bien, él por supuesto acepto.
— Oye juegas muy bien Gerry comentó tío Miguel
— Gracias, usted si brinca, creí que no.
Ante tal comentario mi tío se soltó a reír pues fue como un alago pero con un poco de gracia.
Subimos al auto y volvimos a casa de los papás de tía Lupe en donde mi tía ya se encontraba lista así que subió al auto con nosotros y salimos a comprar cosas que ellos necesitaban, durante las compras ambos tíos resultaron en una pelea y terminaron enojados por motivos que desconozco así que de regreso en el auto estábamos buscando un lugar en donde poder comer pero recordando que tía Lupe estaba enojada y todas las mujeres enojadas decimos "No quiero nada" así paso, de toda la comida que tío Miguel ofrecía recibía un no sé dé respuesta
— Lupe, ahí venden Birria, podemos comerla mencionó mi tío emocionado mientras conducía
— No se me antoja
Ante tal contestación mi tío se puso más molesto y seguimos derecho sin detenernos a comer hasta que llegamos a una tienda y tía Lupe pidió una agua natural, así que tío Miguel estacionó el auto y bajo por el agua, cuando volvió se colocó en su asiento y con tal desesperación pregunto que sería lo que comeríamos cuando de pronto sentimos un empujón muy fuerte dentro del auto, así es nos había chocado otro auto, ambos hombres se bajaron para ver la manera en que se arreglarían con el otro conductor pero con lo que no contábamos es que él diría que fue culpa nuestra y por ello el golpe correría por cuenta de mis tíos, llegaron al acuerdo que se esperaría al seguro y lo que ellos determinarán sería lo que pagaríamos, pasamos muchos minutos en el auto esperando al seguro, mayamos el tiempo hablando sobre películas música y muchas cosas más
— ¿Quieres un helado muchachos? Pregunto Gerry mientras salía del auto
Todos aceptamos y a los pocos minutos regreso con unos helados que disfrutamos mientras nuestra espera continuaba.
— Si alguien no se hubiera enojado y hubiera aceptado la Birria esto no estuviera pasando bromeó Gerry
Yo solo lo golpeé con mi codo pues su comentario estaba siendo bastante imprudente considerando que minutos antes ellos venían enojados pero para esas horas ya se les había pasado y solo comenzaron a reír ante dicho comentario lo cual se convirtió en motivo de burla por varios minutos
— Doña Lupita ya no se vuelva a enojar para evitar otro choque del auto
Mientras reíamos con aquellos comentarios por las ventanas del auto pudimos observar como un hombre golpeaba a otro a lo cual Gerry bajo corriendo del auto para ayudarlo pues el hombre se encontraba lleno de sangre
— Ya déjalo amigo le dijo Gerry al hombre que golpeaba
— No, no lo dejare, me quiso robar y eso le pasa
Ante tal contestación Gerry se alejó y volvió a nuestro lado.
— Dejarás de tener corazón de pollo comentó tía Lupe
— Lo qué pasa es que sentí feo que lo estaban golpeando pero ya cuando me dijo los motivos no pude meterme ni defenderlo.
Después de pasar largos minutos encerrados en ese horno con ruedas por fin llegó el seguro, a mis tíos les salió bastante caro el golpe pero tuvieron que pagarlo para poder irnos y esta vez si buscar un lugar para comer.
— ¡Que reconciliación tan cara! Comentó Gerry
— Si, salió caro el chiste pero pues ya ni modo dijo mi tío entre risas
— No Gema tu nunca te enojes conmigo porque qué tal que una reconciliación nos sale así de cara.
— Ya Niño deja de burlarte de nosotros y vamos a comer dijo tía Lupe mientras achicaba los ojos.

A la siguiente semana Gerry y yo cumplíamos un año de novios así que toda esa semana fue de ponernos creativas, le compré una bonita chamarra de mezclilla color azul pues cada que yo me ponía una hacía comentarios respecto a que le gustaban y sabía que no tenía ninguna, aunque la búsqueda fue difícil logre conseguir una que me gustara lo suficiente para comprarla y poder regalársela, la envolví en una caja de regalo con un par de dulces, algunas fotografías nuestras y por supuesto lo que nunca podía faltar una carta de amor.
Ese día le pedí no fuera a casa a buscarme pues esta ocasión yo quería llegar con mi sorpresa a su casa, así sucedió fui en el transporte con la enorme caja hasta que llegue a su casa y me invitó a pasar, entramos a su habitación y ahí le entregue la caja, la cual abrió como un niño emocionado y sacó la chamarra con ambas manos — Woow mi primera chamarra de mezclilla dijo mientras estiraba sus brazos hacia mi — ¡Que bonito detalle, me gustó mucho!
Se acercó a mi y con sus labios besando en mi frente me agradeció por el detalle y por compartir un año a su lado me dijo lo mucho que me quería.
— Gema tu regalo me a encantado, siempre has sido tan detallista que no se que hice para merecer a alguien como tú, me da mucha pena porque por los gastos de la escuela no tengo mucho dinero y te compré un detalle muy pequeño.
De la puerta de su closet sacó una pequeña caja color rosa la cual contenía un bonito par de aretes acompañado de una rosa color rosa y algunos de mis dulces favoritos.
Los recibí con una sonrisa pues para mi era un regalo sumamente valioso — ¡¡A mi me encanta!!
Saqué los aretes de la caja y me los coloque, lo abrace con todas mis fuerzas — Gracias por el detalle mi Jesús.
— Perdón que sea pequeño, no e tenido mucho dinero.
— A mi no me importa eso, de verdad a mi me gusto mucho.
Me regaló una sonrisa y volvimos a abrazarnos
   — También tengo para ti una invitación a comer, no es una comida súper cara pero sé que te gustará.
Tomé mi bolso mientras él se colocaba un suéter y salimos de su solitaria casa para ir a comer, fue una comida que disfrute mucho pues mientras comíamos recordábamos cada uno de los momentos que habíamos vivido a lo largo de el año que estábamos cumpliendo, cuando la obscuridad comenzó a caer regresamos a su casa en donde aún no se encontraba nadie mientras que llamaba a mis tíos para avisarles que íbamos un poco tarde porque el Uber no llegaba pero todo se encontraba en orden, mientras esperábamos que el auto llegara por nosotros quitamos nuestros zapatos y nos acostamos sobre su cama, me recosté sobre su pecho mientras él acariciaba mi cabello, quería que ese momento durara para siempre.
    — Te amo Gerry, estoy muy feliz de cumplir un año a tu lado, gracias por permanecer aquí.
   — Te amo preciosa, eres mi sueño hecho realidad.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora