Inseguridades (Dia 641)

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24 de Mayo 2020

Después de que mi abuelo me compró la enorme pantalla que ahora se encontraba en mi habitación Gerry y yo hicimos un plan el cual consistía en pasar el día entero viendo nuestras películas favoritas así que pedimos permiso a mis tíos ya que ese fin de semana no asistiríamos a su casa, ellos aceptaron sin ningún problema. Por la mañana me dediqué a hacer mis tareas pendientes para subirlas a la plataforma ya que lo que había visto en televisión fueron falsas noticias y no volví a la escuela en una semana como yo lo creí, cuando llego el medio día me di un largo baño y comencé a arreglarme pues en pocas horas Gerry saldría de trabajar y vendría en dirección a mi casa, aproximadamente dos horas más tarde tocaron la puerta y estaba casi segura de quien era así que corrí llena de emoción a recibir a mi novio quien llegó con un enorme bote de helado napolitano lo cual emocionaba a una parte de mi ser pero la otra parte no ayudaba a mis problemas alimenticios ya que desde que Gerry llegó a mi vida me alimento más de lo que habitualmente lo hacía pues desde que estábamos en la preparatoria la mayor parte de los días me llevaba comida a la escuela después de que mamá se fue y comenzó a notar que no comía, así que mis 39 kilogramos de peso se convirtieron en 44 kilogramos desde que él apareció en mi vida, sumándole que todos los fines de semana que llega, llega con algo para comer o me lleva a lugares de deliciosa comida a la cual no me puedo resistir, de igual manera desde que mamá se fue y vamos a casa de tía Lupe no puedo resistirme a la exquisita comida que prepara doña Esperanza.
  — Hermosa, traje un bote de helado para que disfrutemos con nuestras películas.
— ¡Me encanta! Vamos a comerlo.
— No señorita, aún no, primero vamos a comer porque apuesto que ni siquiera has desayunado y ya son las 2 de la tarde.
Fuimos en dirección a la cocina y mientras yo calentaba la comida que se encontraba en el refrigerador Gerry salió a la tienda a comprar un par de jugos de guayaba.
Mientras comíamos él me platicaba acerca de su día en el trabajo lo cual me alegraba ya que se notaba bastante cómodo en el empleo que se encontraba y los ojos le brillaban de la emoción cuando hablaba de lo nuevo que aprendía.
Al finalizar la comida fuimos en dirección a mi habitación con nuestros dos enormes vasos de helado napolitano, nos sentamos sobre la cama, encendimos el televisor
— ¿Que películas vamos a ver preciosa?
— Hagamos maratón de películas de princesas respondí en forma de broma pensando que se negaría a ver esas películas, sorprendida quede cuando me respondió emocionado "¡Acepto!"
— ¿Enserio? Pregunte asombrada
— Claro, si me gustan esas películas y nunca las hemos visto juntos.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro pues recordé mi infancia cuando obligaba a tío Miguel a ver todas esas películas cuando era una niña, salí de la habitación y regrese con muchas películas sobre mis manos.
  — Tengo más de todas las princesas ¡Elige!
— Tenemos el día entero, podemos ver varias y las que no terminemos serán otro día.
Me emocione y coloque el disco de la película en la televisión hasta que se empezó a reproducir, nos quitamos los zapatos y nos acostamos sobre la cama mientras disfrutábamos de nuestro helado. Después de terminar de ver una de las películas colocamos la segunda la cual comenzamos a ver con la misma emoción que la primera, cuando la película estaba a la mitad colocamos pausa pues el helado ya no era suficiente así que salimos en dirección a la tienda a comprar un poco de botana y regresamos con muchas bolsas de chicharrones, papás, chocolates, dulces y algunos refrescos los cuales puedo decir que no nos bastaron para el día entero pues cuando menos lo espere mi cesto de basura ya se encontraba lleno, después de ver algunas películas la noche llego y regularmente la hora de ida de Gerry era cuando la obscuridad comenzaba a hacerse presente pero en ese momento ocurrió algo que ninguno de los dos planeábamos pues mientras observábamos una de las películas me recosté sobre su pecho, él comenzó a acariciar mi cabello, dio algunos besos sobre mi frente y yo correspondí a ellos, cuando menos lo esperamos comenzamos a dejar de prestar atención a la película y sus manos ya se encontraban acariciando mi rostro con ternura en medio de un beso tal como sucedió en Navidad, pero exactamente todo pasó como aquella noche pues después de varios minutos en aquella situación casi comprometedora sentí incomodidad, miedo e inseguridad y giré mi rostro al lado contrario de él, al parecer él sintió lo mismo pues se levantó de la cama rápidamente
— No Gema, no puedo, perdón.
— Yo tampoco respondí con la mirada hacia el suelo y él salió de la habitación, pude escuchar sus pasos en dirección a la cocina, al parecer fue a beber un poco de agua y volvió con un enorme vaso, se sentó a mi lado y encendió la luz.
— Quiero platicarte algo Gema... dijo en tono de voz serio y guardó silencio por varios segundos
Tomé su mano y le dije — Tú puedes platicarme lo que quieras en el momento que tú lo decidas.
— Primero quisiera preguntarte algo ¿Tú estarías conmigo? Sabes a lo que me refiero.
— No lo se Gerry, si quisiera, pero tengo miedo, existen cosas que tú no sabes.
— Bueno, mi respuesta es similar, también lo e pensado y si llegara a pasar quisiera que fuera especial, nunca e estado con nadie, eres mi primera novia, fuiste mi primer beso y mi primera vez en muchas cosas pero de esto me siento inseguro en muchos aspectos, por supuesto que quisiera vivir esto contigo por primera vez pero para empezar tengo miedo de no saber la forma en cómo cuidarnos, quiero hacer las cosas bien y hasta cierto punto siento que esto sería fallarle a tus tíos que nos han dado mucha confianza.
— Lo se, yo ya falle una vez y aunque no conoces la historia completa parte de ello también es uno de mis miedos pero no el principal.
— ¿Quieres que lo platiquemos Gema?
Di un suspiro y acepte tener aquella plática la cual nunca pensé tener con un novio.
— Te escuchó, Gerry.
Dio un gran suspiro y comenzó a hablar mientras sus ojos comenzaban a ponerse rojos
— Me duele mucho hablar de esto, espero lo entiendas y no me veas de diferente manera después de esto, todo comenzó cuando era un niño muy pequeño, aún vivía con Graciela, aún no nos corria a mi hermana y a mi de casa, digamos que ella nunca fue una madre muy cuidadosa o que prestara la atención necesaria a sus hijos así que un día sufrí un accidente y por ello tuve un severo golpe en la parte íntima, por su puesto era un niño y me dolía mucho, era un dolor insoportable el cual le expliqué a mi mamá muchas veces pero ella no quiso llevarme al médico, tan sólo me dio una pastilla y me coloco una pomada la cual no me quito el dolor, muchos días le dije que no podía con el dolor que me había provocado aquel golpe, incluso llegue a presentar náuseas y vomito pero ella jamás quiso atenderme por lo cual aguante muchos días con ese intenso dolor hasta que un día mientras me bañaba pude percatarme que tenía una severa inflamación, incluso tenía completamente morado... un testículo, me asuste mucho y le rogué a mi mamá por favor me llevara al médico pues lo que me estaba sucediendo ya no era normal, ella finalmente acepto y me llevo a revisión, le explicaron que tenía una ruptura testicular y que ya había transcurrido bastante tiempo y la única solución que había en ese momento era realizar una orquiectomía radical, en ese momento no entendía lo que estaba sucediendo hasta que me dijeron que tenían que operarme, me programaron y me hicieron una operación, en aquella operación fue necesario quitar el testículo que se encontraba dañado por el golpe y por la falta de atención, a medida de que fui creciendo se convirtió en una enorme inseguridad para mi, me causa vergüenza hablar de ello, soy un hombre incompleto, eres la primera persona a la que se lo platico y seguramente serás la única, algún tiempo después me explicaron que esta situación podría traer complicaciones para tener hijos lo cual me da un enorme miedo pues sueño con tener una familia enorme en algún momento, me han mandado a hacer estudios en varias ocasiones pero nunca los he hecho y cuando los hago jamás recojo los resultados pues me da miedo saber la verdad, me da miedo que me digan que no podré tener hijos.
Cuando termino de hablar las lágrimas en sus ojos fueron imposibles de contener a pesar de que sabía que no le gustaba llorar en ese momento lo vi llorar como nunca antes lo había visto, no tenía las palabras indicadas para el, yo no sabía lo que era perder una parte de mi cuerpo, a pesar de no tener las palabras comencé por darle un abrazo el cual seguramente necesitaba en ese momento.
— Gerry, no tengo las palabras, primero es agradecerte la confianza que me has tenido para platicarme algo tan doloroso para ti, por supuesto que esto no cambia para nada, no tengo que verte diferente como tú piensas, te sigo viendo exactamente de la misma manera que lo hacía desde el momento que te conocí, yo sé que siempre buscas el lado positivo de las cosas y que está no sea la excepción, pudo ser más grave todo por la zona en donde fue el golpe sin embargo todo lo demás de tu cuerpo se salvó, no eres un hombre incompleto, puedes llevar una vida normal a pesar de ello es solo tu miedo a ser visto de esa manera, pero sabes no tengas miedo a saber la verdad, quizá los estudios arrojen que no existe ningún problema, que no tendrás complicaciones y podrás hacer tu enorme y hermosa familia como lo sueñas, yo te amo, te amo y estoy contigo en esto y en todo lo que se presente. Seque sus lágrimas con mi mano y le di un fuerte abrazo al cual él correspondió de manera aún más fuerte.
— Gracias preciosa ¿Tú quieres decirme algo?
— Si...
Tomó mis manos y me dijo — Te escucho
— Todo pasó también cuando era una niña, tenía cinco años aproximadamente, mi mamá por su situación de ser madre soltera y bastante joven siempre tuvo que trabajar así que no podía estar conmigo y en mi casa al igual que actualmente nunca había nadie así que no tenía con quien quedarme, junto a mi casa hay dos casas, la de en medio en donde vivían mis primas las de cabello chino que conociste en algún momento con las que igual convivía mucho de niña y la casa de la esquina que es donde vivía la esposa de un hermano de mi abuelo, la mujer que me cuidaba con mucha frecuencia, con ella conviví la mayor parte de mi infancia, llegue a considerarla una persona muy especial para mi, todo cambio cuando mi tío: su esposo, falleció en ese momento ella fue otra, ya no reía, ya no jugaba conmigo, ya no platicábamos como antes, ya no me peinaba con esas feas trenzas que siempre me hacía, ya no era la misma, por el motivo del fallecimiento de mi tío ella tuvo que buscar un empleo así que ya no podría cuidarme pero yo seguía llegando a su casa como todas las mañanas, una mañana llegue desde temprano como siempre lo hacía, ella se estaba alistando para ir a su nuevo empleo, yo no tuve problema pues sabía que me quedaría con sus hijos en casa, ella tenía tres hijos, dos hombres y una mujer, ella se despidió de mi y salió de su casa de la mano de su hija menor que en ese entonces tenía aproximadamente 11 años, me quede sola con sus dos hijos, uno de ellos se fue a su habitación a jugar con sus carros como siempre lo hacía y me quede con el hermano mayor quien pocos segundos más tarde igual se fue a su habitación, me quede sola y aburrida algunos minutos hasta que decidí ir en busca de un divertido juego a la habitación del hermano mayor quien era un poco más platicador y agradable que él de en medio que muchas veces parecía estar enojado o de mal humor.
Entré a la habitación del mayor con las intenciones de una niña que sólo buscaba jugar con muñecas o simplemente entretenerse así que entré y él me preguntó ¿Quieres jugar? A lo cual emocionada sin pensarlo respondí que si, me hizo acercarme lo suficiente para decirme que jugaríamos algo nuevo pero debíamos mantenerlo en secreto así que acepte y yo ansiosa por saber de que trataba el juego nuevo cuando comencé a sentir que inicio a bajar mis mayas color rosa comencé a temblar y lo detuve le dije que en el kínder nos habían enseñado que que las niñas no debe ver ni mucho menos dejarse tocar por los niños tampoco l0s niños por las niñas, el alejo sus manos de mi cuerpo y me dijo: si no quieres jugar conmigo entonces no me quieres lo suficiente, eres mal agradecida con mi mamá que siempre te ha cuidado así que tendré que decirle a mi mamá que ya no te traiga a mi casa porque no nos quieres y sabes eso puede ser peor porque en tu casa nunca hay nadie lo cual es peligroso pues estar aquí es tu única opción ya que en tu casa estarás sola todos los días el día entero y te pueden pasar cosas malas como que alguien te robe o te haga daño ¿Eso quieres que pase?. Lo mire con miedo y acepte continuar con su juego pues no quería quedarme sola como él me lo hizo creer, acepte jugar ese juego que desde ese día me cambio por completo porque no lograba entender porque el dolor, porque me hacia cosas raras y me obligado a hacer cosas que no entendia sin saber que estaba abusando sexualmente de mi y así lo hizo todas las veces que quizo por mucho tiempo, cada que se presentaba la oportunidad de estar solos lo hacia y cuando trate de detenerlo ya no pude porque cado vez el chantage era mayor, hasta que un dia que su mamá lo mando a dejar algo a mi casa el me pidió que lo acompañaro le dije que no porque yo ya sabia lo que me esperada pero me miro y con esa mirado amenazadora me obligo así que lo acompañe y me dijo ven entremos aquí en una pequeño habitacion y ahí volvio a hacer lo que hacía con mi cuerpo todos los días por mucho tiempo solo que esta ocasión con lo que él no contaba era con que faltaban pocos minutos para que mi abuelo Felix llegara del trabajo, cuando menos lo espere vi acercarse a mi abuelo y en unos segundos ya estaba aún lado bastante enojado, me quite de su cuerpo y con mi vestidito doblado entré a mi casa corriendo a esconderme bajo la cama, me sentía avergonzada, culpable y llena de miedo, no quería seguir existiendo en ese momento pues faltaba poco para que mi mamá llegara del trabajo y por supuesto que mi abuelo le diría lo que acababa de ver, después de varios minutos mi abuelo entró a casa y tocó la puerta de la habitación pero nunca salí de abajo de la cama hasta que pasaron algunas horas y mamá llegó de su trabajo, ellos platicaron por mucho tiempo y luego mamá entró y me llamo, fingí estar dormida para no salir pero ella me convenció de salir de mi escondite, me pidió salir de la casa para platicar, yo no quería porque sabía de que era la plática y no quería sentirme exhibida de esa manera pero luego de insistir me convenció y salimos, tomamos asiento en una jardinera afuera de mi casa y me pregunto lo que estaba pasando, sentí mi cara ponerse roja de la vergüenza y solo respondí "Para que me preguntas lo que ya sabes", ella insistía hasta que le dije todo, me pregunto desde cuando ocurría y le respondí que desde que su papá falleció, ella me miró asombrada y comenzó a llorar, evite llorar en ese momento pues lo hacía todos los días al platicarle a mi diario detalladamente lo que ocurría todos los días desde que todo esto comenzó, volvimos a casa, nunca supe qué pasó, nunca supe cual fue la solución o si se hizo algo al respecto solo supe que no existiría una denuncia ya que su padre había muerto hace pocos años y "pobrecitos".
El rencor no cabía en mí pues era una niña así que seguí conviviendo con ellos como si nada hubiera pasado, la única diferencia es que ya no me quedaba a solas con el, yo a mi tía la seguía queriendo mucho pues quizá ella no tenía la culpa, la seguía buscando todas las mañanas al despertar hasta que un día como todos desperté y llegue a su casa, toque en su ventana como todos los días pero nunca salió, me senté afuera de su puerta a esperar, espere por varias horas pero nunca llegó, así que más tarde volví a mi casa, se repitió lo mismo durante varios días asta que supe que ella había regresado al lugar en donde creció con su madre, se había ido y me había dejado sin si quiera decir adiós, no volví a saber de ella, me dolió mucho en su momento porque la quería mucho y ella se fue sin decirme nada, desde ese momento crecí con un enorme miedo a encariñarme con las personas porque sabía que en algún momento se irían y me dejarían así como lo hizo ella y muchas personas más a las cuales e considerado importantes.
Cuando termine de platicar todo esto mire a Gerry, él comenzó a hablar con los ojos rojos y la voz cortada mientras escurrían lágrimas por sus mejillas
— Gema, nunca imaginé que hubieras pasado por todo esto, creo que tampoco tengo las palabras ideales para ti, no sabes como me está doliendo saber esto, saber que a una niña, una niña inocente y tierna como lo has sido desde que te conozco una persona así fue capaz de hacerle daño, no me cabe en la cabeza lo que ese hombre estaba pensando y tampoco creo entenderlo nunca, solo puedo decirte que eso termino, sobreviviste a ese infierno por el cual te hizo pasar y estás aquí, fuiste fuerte y valiente, sé que no debe ser algo fácil que puedas olvidar y borrar de un momento a otro pero confío en que esa mala experiencia te ayudará en algún futuro cuando tú estés a cargo de muchos niños sepas ver las señales que nadie supo ver contigo, sé que nunca lo olvidarás pero si puedes sanarlo poco a poco y yo estaré en ese proceso, vamos a terapia, yo te llevo, yo te busco un psicólogo porque quiero verte bien, quiero verte sana.
— No, no estoy lista para visitar un psicólogo, no nuevamente. — Me negué
Gerry insistió mucho en buscar ayuda psicológica pero no acepte pues aún no me sentía preparada y tenía muchos miedos en ese momento así que le pedí no insistiera con eso en ese momento y solo me abrazara. Nos abrazamos fuerte y lloramos juntos por la plática que acabábamos de tener, me miro y ahora fue él quien seco mis lágrimas.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora