El árbolito del amor

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    — Gema ahora que terminamos de comer ¿Que te parece si vamos por el helado como misión número 4?
      — ¿Estas jugando? Siento que mi panza va a reventar le dije asustada
     — Nunca está de más un helado, mira son las 3 de la tarde ¿que te parece si comemos un helado mientras caminamos y platicamos por la plaza y más tarde vamos por un elote ahí por donde vivo ¿Sabes? ahí en el centro ahí unos muy ricos? 
     — De acuerdo acepto pero esta vez me toca pagar los helados y al rato los elotes, tú pagaste el museo y la comida ¿Aceptas o no hay trato?
      — Está bien me parece Justo dijo mientras me daba la palma de su mano para cerrar el trato.

Mientras caminábamos por la plaza con nuestros helados platicábamos de mil temas, realmente el tiempo a su lado pasaba tan rápido que ni si quiera podía sentirlo, era tan divertido, tan alegre, sonriente y positivo que transmitía una vibra impresionante.
     — Oye Gema ¿Y dime a qué le tienes miedo? Me dijo entrando en modo serio
       — Yo le temo a perder a la gente que quiero a y también a las arañas, les tengo pavor ¿y tú?
       — A los fantasmas y las brujas.
Ni siquiera deje deje que terminara de decirlo cuando solté una risa muy fuerte.
     — Jajaja ¿es enserio Gerry? — Creí que dirías algo más profundo como él no cumplir tus planes, la obscuridad, los rateros o algo así pero ¿fantasmas?
     — Oye no te burles, en donde vivía antes, no había nada como de delincuencia o cosas feas, de hecho es muy tranquilo, pero aveces tenias que llevar a los animales a comer y cuando regresabas te agarraba la noche y siempre te decían que si no te apurabas te saldría la bruja y que cuando los caballos se ponen inquietos es por eso, así que no te burles me dijo en tono serio pero aguantando la risa.
      — Ay discúlpame es que no me imaginé que me responderías eso le dije un poco apenada.
       — Claro Gema Uy tengo de historias que contarte  me dijo emocionado
       — A ver a ver quiero escuchar una le dije mientras daba dos brincos de emoción por escucharlo pues realmente los ojos le brillaban cuando me hablaba de él lugar donde vivía antes.
     — Bueno pero no te rías, una ocasión le pusieron a un becerrito mi nombre
      — ¿Enserio? ¿Porque tu nombre? Le pregunté curiosa
     — Por dos motivos, uno porque allá los animales realmente tenían su nombre como de persona porque los queríamos y cuidábamos mucho
    — ¿Y el otro motivo?
    — No te rías, pero cuando las vacas van a dar a luz aveces se les pueden atorar sus crías y lastimarse entonces tú tienes que ayudarlas, meterles la mano y apoyar para que puedan nacer bien y cuando tú ayudas a un animal a nacer le ponen tu nombre, entonces por eso el becerro se llamaba Gerry. Me platico muy entusiasmado
    — ¡Woow! ¡Que bonito! Creo que realmente te gustaba estar allá.
   — Me encantaba, de verdad mis padrinos y todos los de allá eran y siempre van a ser mi familia, algún día te los presentare ya lo verás.
— Muy buena la plática pero ya pasó casi una hora, vámonos para pasar por nuestro Elote Gema porque ya llevamos 4 misiones y todavía nos faltan 2
— ¿2? Pregunté confundida
— Si, vamos que el camino es largo.
Nos dirigimos a tomar el transporte en el cual también tuvimos una plática larga, hasta que llegamos muy cerca de su casa.

— Ven Gema vamos por un elote vamos a comerlo por allá, señaló un árbol platicamos y nos vamos ¿De acuerdo?
— ¡Que buen plan! ¡De verdad me encantan los elotes!
Caminamos hasta llegar a un frondoso árbol el cual tenía una banca en la que pudimos sentarnos a comer nuestro elote, era un lugar muy fresco y agradable.
— Oye Gema la misión número 5 fue comer un elote, ahora es momento de la numero 6 me dijo sumamente nervioso.
— Si se trata de comer algo más te juro que ya no puedo le dije mientras señalaba mi panza que parecía de una embarazada de 5 meses
— No, no se trata de eso me dijo mientras miraba mis ojos.
— ¿Entonces?
— Quiero decirte algo, es algo importante, pero me da pena, no sé cómo hacerlo.
— Vamos Gerry solo dilo.
— Mira la verdad la pase increíble contigo este día, los meses que llevo conociéndote me agradas mucho, desde la primera vez que te vi llamaste mi atención, antes de verte en la de salón sentada hasta el frente te había visto antes.
— ¿En donde me habías visto? Pregunté confundida
— El día que llegue a esa escuela fui a tu salón a decir un poema, me pareciste la niña más bonita, pregunté por ti a unas compañeras pero como veo que eres muy seria no te conocían, decidí dejarlo así porque te me habías hecho muy bonita pero no sabía como era tu forma de ser, como eras como persona y ahora que te e conocido la verdad llamas mucho mi atención y quisiera pedirte una oportunidad.

En ese momento solo lo mire, quede helada, necesitaba un pellizco o una cachetada fuerte pues nunca me imaginé que ese hombre hermoso que había observado por varios días pensando que sería algo imposible me estuviera pidiendo una oportunidad esa tarde, bajo un árbol.
— Gerry la verdad tú también me gustas, mucho, estoy encantada con tu personalidad y con muchos aspectos en ti
Interrumpió — Mira Gema yo sé que quizá no nos conocemos mucho pero de verdad quisiera conocerte más, intentarlo, si tú me dices que si te gustaría voy a tu casa a pedir permiso para que seas mi novia, tengo que hacer las cosas bien.
— Gerry si quiero, si quiero que nos conozcamos pero te propongo algo.
— ¿Que sucede?
— Te agradezco y me encanta que quieras tener el detalle de pedir permiso a mi mamá y comprendo que para ti es una falta de respeto no hacerlo pero ¿Que te parece si lo intentamos entre tú y yo, vemos si nos entendemos, si tenemos comunicación y si vemos que está funcionando bien vas a pedir permiso?
Le pedí esperar a hablar con mi mamá pues él no lo sabía pero las cosas con ella no estaban del todo bien, no lo mencioné por pena pero ese fue el verdadero motivo.
— De acuerdo, quisiera hacerlo desde ahora pero también te entiendo y tal vez para ti no sea fácil llevar a alguien y no saber si valla a resultar pero si Gema me parece, en cuanto tú me digas que estás lista yo voy a pedirte a tu casa.
— Muchas gracias Gerry por entenderlo le dije mientras le sonreía
— De nada ¡Novia! Dijo nervioso
En ese momento fue como si nos pusiéramos de acuerdo, ambos nos levantamos de la banca nos miramos fijamente a los ojos por unos segundos y nos abrazamos con tanta fuerza que aún puedo sentir sus brazos rodeando mi cintura, ese abrazo, en el que me sentí querida y protegida, sus brazos me trajeron tanta paz en ese momento que no puedo describirla.

   — Gema, ahora que somos novios, me gustaría que platicáramos acerca de cómo somos, que nos gusta, que no nos gusta y ya sabes conocernos un poco pero tendrá que ser en otro momento porque comienza a hacerse tarde y te llevare a casa ¡Vamos!    ...

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— Gema, ahora que somos novios, me gustaría que platicáramos acerca de cómo somos, que nos gusta, que no nos gusta y ya sabes conocernos un poco pero tendrá que ser en otro momento porque comienza a hacerse tarde y te llevare a casa ¡Vamos!
— Le sonreí y le dije ¡Vamos!

Al llegar a casa corrí a encerrarme a mi cuarto ya que en casa no había nadie y de inmediato llame a Fernando.
— Fernando, Fernando ¿Que creeees? Noo vas a creeerlo
— Niña, niña, respira y platícame serenamente.
— ¡¡¡Gerry!!! Dije después de lanzar un enorme suspiro
— Habla claro niña, cuéntame, que sucede con el ¡Suelta la sopa!
— ¡ES MI NOVIOO! dije tras soltar un enorme grito de emoción que seguramente todos mis vecinos abran escuchado.
— Le platiqué todo con lujo de detalle cómo había pasado*
— ¡No juegues! Que bueno amiga, realmente me da gusto por ti, Hechale muchas ganas y de verdad te felicito, se ve que es un buen muchacho y nunca te había visto así por alguien.
— Gracias amigo, mañana platicamos en la escuela.

*Mensaje de Gerry*
— Gema, ya llegue a casa.
— ¿Todo bien?
— Si, todo en orden, solo un poco cansado.
— Si, fue un día largo, pero bonito, la pase muy bien contigo sabes, estoy feliz por el día de hoy y por esto nuevo que vamos a construir.
— Gracias Gema, te veías hermosa, nos vemos mañana en la escuela, descansa, te mando un abrazo como el de hace un rato.

Fui a la cama a dormir sumamente emocionada aún no podía creer lo que estaba pasando, tenía mucho tiempo sin sentirme así de feliz, habían pasado una serie de sucesos de los cuales Gerry se entero algunos meses después los cuales no me dejaban estar tranquila hasta que llegó esa lucesita a mi vida, Gerry.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora