Capítulo 17

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El rugido del dragón Smaug fue tan potente que toda la montaña retumbó, él sabía que los enanos estaban ahí y que habían tomado una copa de oro, el lo notó, su furia fue tal que decidió salir a buscarlos, lo que el no sabía era que los enanos se escondieron en pasadizos que no conocía dentro de la montaña, sin embargo encontró el pequeño campamento que habían montado y lo destruyó, no los vio por ningún lado y decidió volver al interior, junto al gran tesoro.

Bilbo a pesar de haber estado muy cerca del dragón, no cabía en su asombro -y también en su temor-, ya que el nunca había visto una criatura ya imponente y peligrosa tan cerca, era muy conciente de lo que podía pasarle a él o a cualquiera de la compañía, temía por sus vidas y eso lo noto Thorin, a pesar de que el trabajo del hobbit quedó claro desde un inicio, eso no le impidió al enano preocuparse, si no hubiera sido por sus compañeros que se arremolinaron alrededor de Bilbo, le dijeron como entrar por los pasillos y a la sala del trono, el no lo hubiera dejado ingresar a la montaña.

-Debemos ser cuidadosos, ya sabe que estamos aquí y va a estar esperándonos -le dijo a Balín, que también se veía muy preocupado-, tal vez no debamos dejar que el mediano entre de nuevo, estaríamos arriesgando demasiado a Bilbo.

-Thorin, aunque Bilbo me agrada bastante y me preocupa mucho, por eso lo trajimos, ese es su trabajo.

-Lo se, pero no siento que sea correcto arriesgarlo cuando está no es su casa, está no es su lucha.

-Puede que no sea su lucha, pero se le pago por ello y él decidió ser parte de la compañía.

Eso último lo dejo muy pensativo, a lo largo del viaje se hizo cada vez más cercano a Bilbo, cómo cuando salvó a Fili de los wargos y orcos o cuando arriesgo su vida para salvarlo a él, no tenía que hacerlo, no tenía que salvar a quien lo trataba tan mal, pero lo hizo, también los salvó de los ogros, las arañas y de los elfos, todo eso le hizo ver al enano que el pequeño hobbit tenía una valentía enorme dentro de él, pudo notar que tenía una gran luz, por ello sentía que no debía arriesgarlo más o tal vez también era otra cosa, no solo amistad o camaradería, pero no se atrevía a decirlo en voz alta.

Todo paso tan rápido, Bilbo de nuevo se encontraba cerca del dragón y este hablaba con él, nunca creyó posible eso, pero fue una situación que no pudo evitar, esperaba poder distraerlo lo sufuiy mientras buscaba la piedra del arca, pero su atención se desvío y dijo algo que no debía, confirmandole a Smaug sus sospechas sobre los enanos y la ciudad del lago, enfurecido el dragón intento matar al hobbit, pero cuando esté estaba huyendo choco contra algo suave pero firme, muy firme, al alzar la mirada noto que había chocado contra Thorin que lo tomo del brazo y lo halo para evitar el fuego.

-Debemos salir de aquí, dime hobbit, ¿Encontraste la piedra? - le dió una mirada muy intensa.

-Dijiste que debemos salir de aquí, así que hagámoslo - trato de desviar el tema, ya que sus vidas corrían peligro.

Cuando Thorin trato de que Bilbo le respondiera los demás miembros llegaron y los empujaron para ponerlos a salvó, cuando eso sucedió el hobbit dió un suspiro de alivio que solo duró un segundo ya que Smaug lanzo fuego en su dirección y los enanos se tuvieron que separar, solo había gritos e intentos de defensa, no podían hacer mucho diez enanos y un hobbit, pero un plan del rey enano los ayudo a distraer el suficiente tiempo al dragón para bañarlo de oro semiliquido, aunque al final se pudo librar de este y salió de la montaña a desatar su furia contra las personas de la ciudad del lago.

Los enanos y el hobbit solo pudieron observar a lo lejos como el dragón prendía fuego a la pequeña ciudad destruyéndola, los gritos y pedidos de auxilio a pesar de que estaban muy lejos se podían escuchar, cuando creyeron todo perdido, vieron como un objeto delgado y alargado atravesaba la noche para posarse en el pecho del inmenso y furioso dragón, una flecha negra y con esta dando le fin al enorme terror del que fueron víctimas.

Todos estaban muy sorprendidos y preocupados por los miembros que se quedaron en la ciudad esperaban que estuvieran bien.

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Gandalf recibió en su oficina a Bilbo y Thorin con una sonrisa, se sentía satisfecho de ver qué estaban juntos y cada vez más se veían felices, cuando el joven maestro comenzo a hablar esa sonrisa se fue desvaneciendo y la sustituyo una mueca de preocupación, el asunto que le contó Bilbo sobre el acoso de el profesor Drake Smaug lamentablemente le sorprendió mucho, sin embargo algo en su cabeza encajo con algunas situaciones que anteriormente pasaron, una profesora y un profesor habían renunciado sin motivo alguno, pero hubo rumores de que había sido por culpa de Smaug, además el viejo director había visto más de una ocasión como este observaba y vigilaba a el joven maestro.

-Bien, gracias por la confianza y decirme lo que está sucediendo y lamento mucho no haberte podido ayudar en esta situación antes pero no lo sabía, esto es bastante problemático no solo para ti, sino para los demás profesores, los alumnos y la escuela, daré aviso a la junta y tomaremos cartas en el asunto, solicitaremos los vídeos de seguridad y estaremos atentos a cualquier postura que pueda tomar Smaug- el director se veía un tanto perturbado por la situación debido a que aunque pudo observar algunos comportamientos inapropiados, no creyó que fueran tan serio, no quería poner a nadie en peligro.

Al saber que recibió el apoyo de Gandalf, Bilbo cuando salió de la oficina pudo soltar una sonrisa de alivio, el no quería renunciar a su trabajo y cambiar si vida por culpa de alguien más, tomo la mano de Thorin y salieron de la institución para ir a preparar la cena que organizaron para formalizar su relación y por primera vez en mucho tiempo ambos hombres pudieron sentirse libres sin ningún tipo de peso o culpabilidad por los sentimientos que tenían dentro.

Una segunda oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora