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En la capital, el aire estaba cargado de una anticipación electrizante. Los jóvenes que se preparaban para el examen de admisión a caballero mágico se reunían en el imponente coliseo, un monumento de piedra y sombras que resonaba con la historia de aquellos que habían pasado por sus puertas. Aquí, se decidiría su destino: ser seleccionados por uno de los nueve escuadrones que protegían al rey y al reino o regresar a casa con el peso de la decepción sobre sus hombros.

Los murmullos de nerviosismo se entrelazaban con la emoción palpable en el ambiente, mientras los jóvenes se alineaban, cada uno sintiendo la presión de las miradas ajenas. Todos eran conscientes de lo que estaba en juego; convertirse en caballero mágico significaba arriesgar sus vidas por la protección de los inocentes, un deber sagrado que definía su existencia. Algunos sentían el nudo en el estómago, temerosos de no estar a la altura, de no ser lo suficientemente fuertes. La posibilidad de reprobar el examen, de regresar a sus hogares como fracasados, pesaba como una losa en sus corazones.

En medio de esta multitud, los hermanos adoptivos destacaban, atrayendo la atención con su presencia vibrante. Yuno sostenía a Oriana bajo su brazo, llevándola como si fuera un pequeño tesoro, incapaz de contener su entusiasmo. La niña, con sus ojos dorados brillando con curiosidad, deseaba perseguir a los pájaros que revoloteaban, ansiosa por demostrar su propia magia. Pero Yuno sabía que, aunque su energía era contagiosa, había un momento en el que tendría que soltarla, como un cachorro inquieto que anhela explorar el mundo.

Por otro lado, Asta estaba rodeado de una bandada de pájaros que parecían haberlo elegido como su líder. La fascinación por la falta de  magia atraía a estas criaturas, pero a la vez lo envolvía en una nube de distracción, dificultando su concentración. Mientras intentaba enfocar su mente en lo que estaba por venir, la realidad de la competencia se asentaba en su pecho como una pesada armadura.

El sonido de un cuerno resonó en el aire, llamando a los jóvenes a prepararse. Un escalofrío de seriedad recorrió la multitud. Este no era solo un examen; era una prueba de su valor, una oportunidad para forjar su camino en un mundo que a menudo podía ser cruel y despiadado. Todos los hermanos compartieron una mirada de entendimiento, una promesa silenciosa de que se apoyarían mutuamente, sin importar el resultado.

Con el corazón palpitante y la determinación ardiente, se alinearon en la arena del coliseo, listos para enfrentar lo desconocido. El destino de cada uno de ellos estaba a punto de ser escrito, y sabían que, independientemente de lo que sucediera, esa experiencia los marcaría para siempre.

- ¡Yuno, suéltame! ¡Quiero intentar atrapar a uno de esos pajaritos! —Oriana se retorcía en su lugar, sus ojos dorados brillando con una mezcla de impaciencia y determinación, suplicando a su hermano mayor que la dejara ir.

- No. —La respuesta de Yuno fue tajante, su voz firme mientras contenía un suspiro profundo. Sabía que debía mantener la calma, a pesar de la energía desbordante de Oriana y la nerviosa expectativa de Asta.

- No hay pájaros a su alrededor. —Murmuró un chico a otro, observando con curiosidad a los dos hermanos y su hermana.

- ¿Por qué hay una niña aquí? Deberían de decirle algo. —La preocupación se notaba en la voz de una chica que veía a la pequeña con ceño fruncido.

- ¡Son los campesinos escogidos por los grimorios del trébol de cuatro hojas! —Exclamó otro joven, apuntando con un dedo tembloroso, reconociendo a Yuno y a Oriana.

- Pero es una mocosa. —Alguien más comentó, la burla evidente en su tono, mezclándose con risas nerviosas y comentarios despectivos.

Yuno ignoraba los murmullos que le rodeaban. A él no le importaban esos comentarios, pero a Oriana le estaban hirviendo la sangre. Su mirada se desvió hacia su hermana, que continuaba retorciéndose, ajena a las palabras crueles que la rodeaban. Solo quería perseguir a esos pájaros, como cualquier niño al ver una bandada en el cielo.

¿De quién eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora