Durante la primera semana de Oriana en el Amanecer Dorado, aún había quienes no se acostumbraban a verla corretear de un lado a otro de la base, con sus risas infantiles resonando cada vez que alguna de sus inocentes travesuras tenía éxito. Sin embargo, siempre la veían en compañía de cinco personas en particular: Yuno, Mimosa Vermilion, Klaus Lunettes, Heather Raven y, por supuesto, el capitán William Vangeance. A menudo, cuando los adolescentes estaban fuera en misiones, Oriana pasaba tiempo en el despacho de Vangeance, quien le enseñaba cosas sobre la magia. La pequeña valoraba mucho esos momentos, ya que en la aldea de Hage no había tenido acceso a ningún tipo de educación mágica formal, aprendiendo lo poco que sabía de manera autodidacta.
William observaba con cierta calma y cariño el crecimiento de Oriana. La niña parecía cada vez más curiosa por el mundo a su alrededor, ansiosa por aprender y explorar. Él sentía una mezcla de orgullo y preocupación mientras veía cómo ella crecía tan rápido desde su llegada. Sin embargo, también había algo más profundo que lo inquietaba, un pensamiento que rondaba su mente cada vez que la miraba: "No uses a la niña como un reemplazo. Puede tener la misma edad, pero no es ella. Puede tener los mismos ojos dorados, pero no son los de nuestra hija."
Un día, William convocó a Yuno, Mimosa, Klaus, Heather y Oriana a su despacho. Había una misión importante, aprobada por el mismísimo Rey Mago, que consistía en inspeccionar una mazmorra recién descubierta. Aunque inicialmente no había pensado en mandar a Oriana, comprendía que la niña no podía quedarse siempre en la base. Además, podría ser una buena oportunidad para que ella empezara a aprender sobre las mazmorras y los desafíos que implicaban, de forma segura, con el grupo de confianza que la acompañaría.
Cuando los cinco fueron llamados al despacho del capitán, se dirigieron allí en silencio, cada uno preguntándose la razón de la convocatoria. Oriana, sin embargo, no podía evitar una pequeña chispa de emoción, sintiendo que algo interesante estaba por venir. Su instinto le decía que podría ser su primera misión importante.
William Vangeance los esperaba con su acostumbrada serenidad, y tras hacer una señal para que se acercaran, comenzó a explicar el propósito de la reunión.
—Los he convocado porque tienen una misión de reconocimiento —dijo con un tono grave pero tranquilo—. Hemos sido informados de la aparición de una mazmorra, y el Rey Mago ha asignado este trabajo a nuestro escuadrón.
Extendió una hoja sobre su escritorio de madera pulida, permitiendo que todos la vieran. Oriana, al ser más baja que los demás, tuvo que acercarse un poco más para poder leer lo que decía. Sin embargo, Klaus fue más rápido y tomó la hoja antes de que ella pudiera hacerlo.
Con una expresión ligeramente confundida, Oriana levantó la mano, esperando el permiso para hablar. William, con un leve asentimiento, le indicó que podía hacerlo.
—Disculpe, Capitán William —comenzó ella, con un tono serio, aunque su curiosidad brillaba en sus ojos— Nunca he ido a misiones como esta. He estado en encargos pequeños dentro de la ciudad, pero... ¿Qué es una mazmorra?- La pregunta de Oriana hizo que los presentes intercambiaran miradas.
Era cierto que la niña no había sido enviada a misiones arriesgadas hasta ahora, por precaución o quizás porque no había llegado el momento. Pero Yuno, que observaba a Oriana con atención, sabía que ella estaba lista para enfrentar nuevos desafíos, y esta misión parecía ser el paso adecuado para ampliar su experiencia.
William sonrió levemente ante la pregunta, valorando la sinceridad y curiosidad de la niña.
—Es una buena pregunta, Oriana. La curiosidad es siempre una señal de que deseas aprender más, y eso es importante —dijo con calma antes de hacer una pausa, mirando a todos los presentes— Las mazmorras son construcciones antiguas, levantadas por civilizaciones que ya no existen. Fueron diseñadas para proteger objetos de gran valor: reliquias mágicas, tesoros familiares, artefactos con poderes especiales. Sin embargo, esas mismas civilizaciones sabían que muchos querrían apoderarse de sus secretos, así que llenaron las mazmorras con trampas peligrosas. De esta forma, protegen sus tesoros y evitan que caigan en las manos equivocadas, para que no se utilicen para el mal.
Oriana escuchó atentamente, su expresión seria, mientras intentaba procesar toda la información. Era un nuevo concepto para ella, pero las palabras de William eran claras, y poco a poco, todo comenzó a tener sentido en su mente.
Una vez que la explicación terminó, los jóvenes se retiraron del despacho, sabiendo que debían prepararse para la misión. El silencio reinó nuevamente en la oficina de William, quien, ahora solo, dejó que sus pensamientos regresaran a momentos pasados, reflexionando sobre el crecimiento de los jóvenes bajo su mando.
Después de dejar el despacho, Oriana caminaba al lado de sus compañeros, asimilando todo lo que acababa de aprender. Aunque aún era joven y no tenía la experiencia que los demás habían acumulado, la idea de explorar una mazmorra despertaba en ella una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que debía prepararse no solo físicamente, sino también mentalmente, para lo que pudieran encontrar en ese lugar lleno de trampas y secretos.
—No te preocupes demasiado, Oriana —Klaus, caminando justo a su lado — Las mazmorras pueden ser peligrosas, pero estaremos todos juntos. Solo mantente concentrada y sigue nuestras indicaciones. Aprenderás mucho de esta misión.- dijo con su tono firme pero no severo
Oriana asintió, agradecida por las palabras de Klaus. A pesar de su seriedad, sabía que él, al igual que los demás, se preocupaba por ella. Miró a Yuno, quien la observaba con su característica calma, y se sintió reconfortada. Estar en medio de su equipo, con gente que confiaba en ella, hacía que cualquier temor disminuyera.
Heather, caminando unos pasos más adelante, miró de reojo hacia atrás, asegurándose de que la niña estuviera bien. No era una mujer de muchas palabras, pero había algo en Oriana que despertaba su instinto protector. Desde el primer día, había sentido una especie de conexión con la pequeña, aunque no lo admitiera abiertamente.
—Recuerda lo que dijo el capitán. Esta es una oportunidad para aprender más sobre el mundo. Además, estaremos allí para apoyarte en todo momento. Si tienes alguna duda, no dudes en preguntar. —intervino Mimosa, con una sonrisa amable.
—Gracias, solo quiero hacer lo mejor posible. No quiero ser una carga para ustedes. —respondió Oriana, un poco más tranquila.
Yuno, que hasta ese momento había estado en silencio, posó una mano en el hombro de Oriana, haciéndola detenerse por un instante. Su mirada, siempre tan firme y protectora, reflejaba una calidez que pocos veían.
—Nunca pienses que eres una carga, Oriana. Todos comenzamos siendo inexpertos. Lo importante es que quieras aprender y seguir adelante. Confía en ti misma, y nosotros confiaremos en ti también. —dijo con suavidad, inclinándose levemente para quedar a su altura.
Las palabras de Yuno calaron profundo en Oriana, que sonrió, sintiendo una nueva confianza brotar dentro de ella. Sabía que no estaría sola en esa misión, y aunque el camino fuera incierto, lo recorrería junto a su equipo, aprendiendo de cada paso y cada desafío que enfrentaran juntos.
Con ese pensamiento en mente, el grupo continuó su camino hacia la preparación, conscientes de que aquella misión no solo sería una prueba para Oriana, sino también una oportunidad para todos de fortalecer sus lazos como equipo y como amigos.
Perdonen que este capitulo sea un poco más pequeño que lo demas.
Espero que puedan apoyar está historia y compartirla con personas que posiblemente les pueda gustar.
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¿De quién eres?
FanfikceAquella mujer corría tratando de proteger la vida de su pequeña hija, su mayor tesoro en la vida. Los caballeros magos no llegarían a tiempo a salvarlas, ella buscando donde dejar a su bebé se la dejaría a dos niños que eran de una pequeña aldea. El...