❝ Y sin darme cuenta, como un bobo caí en tus encantos❞
En donde Wonyoung y San son los mejores amigos inseparables de Ateez, hasta que llegó un momento en que sus corazones empezaron a latir y la amistad fue convirtiéndose en algo más.
🔺Historia C...
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—¿Cómo puta me pongo esto? —cuestiona sin filtro Wonyoung teniendo entre sus manos un mini estuche con lentes de contacto, los cuales esta mirando con confusión.
Enfrente suyo el camarógrafo que se encarga de grabar los detrás de escena se rió pero aún así le pidió que dijera algo más sutil para poder publicar.
Luego de esto lo dejaron solo y prefirió esconderse para intentar ponerse el pequeño objeto al ojo pero simplemente no podía. Alzaba el rostro mirando hacia el cielo, abría su ojo hasta donde puede, con una mano expande sus párpados y con la otra tiene tomado con temblor el minúsculo objeto. Estuvo a punto de colocarselo, casi hasta que se pincho con su dedo.
Suelta un quejido y cerró los ojos.
—¡Maldita sea!
Devuelve el lente y los mira con rabia.
«¡Necesito ponérmelos ya! Soy el único que falta»
—Wonyounnie, ¿qué pasa? —se aproximó el peliverde con preocupación. Desde hace un rato se dio cuenta de la falta del menor, por lo que se dispuso a buscarlo. Se sentó en la banca junto a él y mira el pequeño objeto en el regazo ajeno —¿Aún no te los has puesto?
—¡Mira como dejó mi ojo! —señala su rojizo e irritado iris.
—Es incómodo pero no es tan difícil.
Jung frunce su ceño en desacuerdo, más no dice nada. Vuelve a tomar el lente con sus dos dedos y fue ahí cuando San lo detuvo, tomando su muñeca.
—Solo tienes que tomarlo con un dedo.
—¿Un dedo? ¿No se cae?
Suelta una ligera risa pero no de burla, le parecía tierno la inocencia del menor en algunos temas. Es tan audaz y seguro de sí mismo, hace todo como su corazón cree que se hace y nunca hace caso a los demás. Tal vez por eso es que no sabe correctamente algunas cositas simples como el ponerse un lente. Aún así, no le molesta enseñarle. Le gusta ayudarlo.
—Devuelvelo —el menor hace caso y deja el objeto dentro del pequeño estuche. San lo toma y lo agita levemente —Es importante que el lente esté bien hidratado, para que no se te dañe, infecte o lastime el ojo. Solo basta un dedo para tomarlo —usa su dedo índice y para sorpresa del moreno, se adhirió a la piel ajena y cuando fue a levantarlo, no se cayó.
—¿Quién inventó esto? —cuestionó sorprendido.
—Si, es muy útil y práctico de esta forma. Ahora, te lo pondré.
Ante su aviso, ambos se acercaron al otro, lo suficiente como para sentir sus respiraciones mezclarse emanando un calor. San con zumo cuidado abre los párpados del menor con una mano y la otra la acerca para colocarle el lente. Wonyoung con nerviosismo se muerde el labio inferior y aprieta sus manos contra sus propias prendas.