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(Ésta historia es una adaptación, todos los créditos a Lily Perozo)

[***]

La pista privada de aterrizaje del grupo EMX en el aeropuerto Incheon, recibía el jet de distintivos en colores verde, amarillo y blanco proveniente de Brasil. El jet tardó casi veinte minutos antes de lograr anclarse al puente aéreo; una vez los accesorios de desembarque fueron instalados, Son Reinhard descendió atravesando el cubículo articulado, ajustando los botones de su saco.

En la sala de espera privada, tras cristales ahumados, Son Jeongyeon y Chaeyoung lo esperaban. Reinhard las vio antes de ingresar en el pequeño salón, y los tres se sonrieron con alegría.

-Tío, me alegra verlo.- Le dijo Chaeyoung acercándose para abrazarlo.

-A mi también me alegra verte, hija.- Murmuró Reinhard abrazando con fuerza a su sobrina.-¿Cómo lo llevas con los guardaespaldas?- Preguntó divertido.

Chaeyoung se puso seria.-Horrible, están allá afuera... tío, la verdad no es necesario...-

-Es por tu seguridad Chaeyoung, y no quiero que le hagas la vida imposible a los demás.-

-Ya no soy una niña, sé defenderme sola... me siento estúpida, es estúpido andar con niñeras.-

-¿Entonces, yo soy un estúpido?- Preguntó Reinhard mirando a sus propios guardaespaldas. Chaeyoung desvió la mirada a los cuatro hombres que siempre lo acompañaban y que estaban a unos cuantos pasos de distancia.-Te aseguro que no lo soy Chae, sólo soy precavido y quiero que cumplas el plan de seguridad. Son mis órdenes, ¿entendido?- Su voz era más profunda y severa.

-No, la verdad no lo entiendo.- Respondió la pelinegra desafiante.-Pero supongo que debo obedecer tus órdenes.-

-Supones bien.- Aseguró Reinhard y luego desvió su atención en Jeongyeon.-¿Cómo han ido estos cuatro días para Minhyuk con el cambio de clima?-

-Bien.- Respondió Jeongyeon con una mirada dulce y severa.-Sólo se congestiona un poco un poco la nariz, pero el doctor dice que se acostumbrará. Ayer llegaron Taeyang y Minho, ya está todo preparado, hemos pasado primero por el club.-

-¿Me imagino que Daeyhun no sabe nada?- Preguntó poniéndose sus gafas de sol, y las puertas se abrieron para que los tres en compañía de los guardaespaldas salieran.

-No, por eso no le he dicho ni una palabra a Momo, porque es una chismosa y a la primera le dice lo de la fiesta sorpresa.- Habló Chaeyoung y luego sonrió al ver la mirada llena de admiración de su tío al ver el Lamborghini, le guiñó un ojo y sonriendo le lanzó las llaves.-Lo traje porque sabía que querría conducirlo.-

Reinhard las atajó y apretó el botón para que las puertas se elevaran sonriendo como un niño con un juguete nuevo. Subió al auto rojo emocionado ya que no lo había montado realmente, apenas había hecho las pruebas de potencia del motor en Ginebra, luego de recibir una llamada de la marca sólo por ser uno de los clientes internacionales que tenían.

-Yo creo que mejor me voy con los guardaespaldas.- Acotó Chaeyoung riendo.

-¿Tienes miedo, Pantera?- La retó Jeongyeon subiendo al Mustang negro.

-Estaría loca si me subiría con Reinhard al volante.- Le contestó mientras su tío le lanzaba una mirada desafiante.-Está bien.- Fingió suspirar y subir al auto, Reinhard le sonrió e hizo descender las puertas.-Tío, recuerda que al entrar al tráfico tienes que manejar moderadamente.- En cuanto las palabras dejaron su boca, su cuerpo quedó pegado contra el respaldo del asiento propulsada por la endemoniada velocidad del arranque. Los cuatro guardaespaldas de las chicas, y los cuatro habituales de Reinhard, se vieron en líos al tratar de seguirle el paso al Lamborghini escarlata, el hombre parecía seguir presionando el acelerador mientras las agujas por poco llegaban a los 300 Km/h con la plena libertad de eludir la ley en las autopistas a las afueras de Seúl.

Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora