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Chaeyoung bajaba de las escaleras con su pantalón de chandál blanco para practicar capoeira, cuando su mirada captó a Momo encaminándose hacia el ascensor con bolso deportivo en la mano, lo cual le extrañó, ya que su prima no era de las que se levantaban tan temprano.

-¿Algún espíritu te lanzó de la cama, Emily Rose?

Momo cerró los ojos y respiró profundamente al sentirse descubierta, preparó su mejor sonrisa y se dio vuelta.

-Voy a trotar ¿no vienes?

-No, voy con capoeira, gracias.- le dijo mientras caminaba hacia la cocina y abría la puerta del refrigerador.-¿Vas a trotar y no vas por las pesas?

-¡Mierda Reinhard! ¿Qué haces en el cuerpo de Chaeyoung? ¿Tienes idea de cuanta comida basura comí en Dreamville?- inundó Momo el lugar con algarabias que dejaron a Chaeyoung confusa.-Claro, ni cuenta te diste, sólo estuviste pendiente de estar cogiéndote a la española.

-Sólo la estaba pasando bien.- acotó escuetamente levantándose de hombro.

-Si, eso intentabas...- dijo con sarcasmo.-¿Por qué mejor no buscas a Mina y aclaran toda la situación?

-Adiós Momo, que te vaya bien...- se despidió dando media vuelta de regreso al área de capoeira.-Si ves a Dahyun, salúdala de mi parte.- se detuvo y la miró a los ojos.-Sólo la saludas.

-¡Huye cobarde!- se burló Momo con una carcajada, sintiéndose aliviada porque había confirmado que Chaeyoung no sospechaba nada aún, sin embargo, quería buscar la manera de ir preparando esa conversación, no seria fácil y lo sabia.

Veinte minutos después la rubia estaba en el punto de encuentro acordado con Dahyun, como casi siempre, frente a la fuente de agua de mármol. Esperó y esperó, pero ella no aparecía, le escribió al teléfono y no recibió respuesta, así que la llamó, pero tampoco atendió, luego de eso no pudo evitar sentirse preocupada. Estaba sentada en el borde de la estructura observando los jardines a su lado derecho, mientras intentaba llamarla una vez más, de pronto sus ojos fueron cubiertos por unas manos pequeñas, y sus mejillas fueron invadidas de dulces besos.

-Adivina quién soy.- susurró en el oído de Momo.

-Estoy segura que es mi chica.- respondió sonriendo, ansiosa y feliz. Sólo hasta aquel momento fue realmente consciente de lo mucho que la había extrañado. 

Momo volvió medio cuerpo y la vio sonriente, su corazón se desbocó y se llenó de una alegría que aún seguía desconcertándola, ella se acercó y buscó su boca, iniciando un beso casto que rápidamente ganó intensidad. Dahyun sintió como ella pasaba uno de sus brazos por la cintura y sin el mínimo esfuerzo y mucho menos separarse del beso, la puso en medio de sus piernas.

-Te extrañé.- murmuró jadeante contra los labios de Momo.

-Yo también, y mucho.- le hizo saber sintiendo como un extraño vacio se apoderaba de su estomago, era una sensación de vértigo maravillosa.

-¿Como te fue?- preguntó acariciándole tiernamente el cuello y los hombros.

-Bien, algo molesta con Chaeyoung, pero bien.

-¿Te has molestado con Chaeyoung? ¿Por qué? 

-Bueno, es que discutió con Mina, se separaron...

-¡Espera! Mucha información que no proceso tan rápidamente.- chilló Dahyun consternada.-Chaeyoung y Mina, ¿Myoui Mina?, ¿la diseñadora?, ¿no que eran amigas?

-Bueno, según ellas son amigas, pero no lo son... son pareja, pero no lo dicen, no le dan una definición a lo que tienen, y te puedo decir que están más cerca del matrimonio que de ser amigas.

Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora