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Myoui's Boutique se encontraba cerrada por inventario y cambio de tema, el cuál llevaría varios colores; rojo, negro y gris. Dentro se encontraban Mina y Jihyo, la pelirroja organizaba la nueva colección mientras que la pelinegra colgaba un cuadro en blanco y negro del Big Ben de Londres, esperaba por Bangchan para que la ayudase a colgar el de la ciudad de Seúl que era mucho más grande, pero el australiano había salido por unas lámparas colgantes con espejos de Richard Hutten, para darle un toque más sofisticado a la decoración.

Mina bajó de la escalera y caminó bailando hasta donde se encontraba Jihyo, golpeando la cadera de ella con la de la pelirroja mientras coreaban la voz de Key de SHINee, quienes interpretaban Ring Ding Dong.

Ambas se tomaron de las manos y empezaron a bailar mientras cantaban como si fueran unas adolescentes, Bangchan y mucho menos Jihyo habían hecho algún comentario acerca del regreso a la mesa en el local nocturno el viernes pasado, si notaron el cambio de su estado de ánimo, pero sabían muy bien que no le gustaba que nadie se metiera en su vida y mucho menos en sus sentimientos, los cuáles sabía dominar muy bien, el fin de semana se la pasó en su apartamento y el lunes llegó como si nada a la boutique, hoy martes tenía más energías que un ejército.

La voz de las chicas fue interrumpida por un hombre que llamaba a la puerta y Mina reconoció en este a uno de los guardaespaldas de Son Chaeyoung, por lo que caminó para abrirle, más que todo por cortesía, no porque tuviese ganas de atenderlo.

-Buenos días señorita Myoui.- Saludó el hombre con un reverencia, que parecía ser el hermano gemelo de Arnold Schwarzenegger.

-Buenos días señor, como puede leer estamos en inventario.- Le hizo saber la chica señalando el aviso en la puerta de cristal.-Si necesita alguna prenda, puede regresar mañana.- Dijo tratando de ser lo menos grosera posible.

-No he venido de compras señorita, sólo a entregarle esto.- Extendió delante de ella un sobre.-Se lo envía la señora Son.

Mina miró al hombre que le ofrecía el sobre y dudó en recibirlo, pero sabía que no tenía nada que perder, el guardaespaldas agradeció con una reverencia al aceptarlo.

-Gracias señorita Myoui, que tenga buen día.- Le dijo, se dio media vuelta y se marchó.

La chica cerró la puerta y en ese momento se dio cuenta de su descortesía por no haber invitado a pasar al hombre, caminó observando el sobre al cuál le daba vuelta en sus manos y lo detuvo al ver en la parte posterior el membrete en letras doradas el nombre de un despacho de abogados con el apellido Son, números de teléfonos, correo electrónico y dirección.

-¿Y eso?- Preguntó Jihyo con curiosidad al ver el sobre en las manos de Mina.

-No tengo idea.- Respondió alzándose de hombros de manera despreocupada.

-Bueno revísalo.- Acotó con la mirada clavada en la envoltura, le pidió impaciente.

Mina se sentó en un banco alto y rasgó el sobre sacando un cheque, al ver la cantidad no pudo evitar que sus ojos se abriesen desmesuradamente, trataba de coordinar ante la cifra cuando Jihyo se lo arrancó de las manos.

-¡La madre que la parió!- Exclamó sorprendida al ver el monto.

La castaña revisó el interior del sobre y encontró una nota, la cuál estaba escrita a mano con una escritura que le pareció muy elegante y atractiva.

"El pago por el trabajo realizado en el gimnasio, sé que no es el monto acordado, sin embargo, quise acreditar algo extra por su excelente servicio... incluyendo los besos.

Son Chaeyoung".

La boca de Mina se abrió ante la rabia y sorpresa que la azotaba, su corazón empezó a latir violentamente y la sangre aumentó su circulación y temperatura; tenía ganas de llorar. ¿Cómo es que pagaba por sus besos?

Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora