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-Buona será, come ti chiami?

-Mi chiamo Alessandra.

-Piacere di conoscerla, mi chiamo Mina.

-Mina, mi può dire l'ora?

-Sono quattro e un quarto.

-Grazie. Quali sono i vostri pianii per oggi?- Frente a la tienda pasó un Lamborghini rojo inconfundible.-Mina, quiali sono i vostri piani per oggi?- insistió la profesora Rossellini.

-¿Perdón?- se disculpó Mina distraída.

Un par de minutos después, Son Chaeyoung entró a la tienda, desde la oficina, Alessandra vio a través del cristal como la recién llegada y su alumna se comunicaban mediante miradas nada disimuladas.

-Hemos terminado por hoy.- dijo la profesora recogiendo sus carpetas y láminas.

-Discúlpeme profesora Rossellini, me he distraído por un momento.

-No te preocupes Mina, estás agotada, nuestra sesión de hoy ha concluido.

-Muy bien.- suspiró con cansancio.-Muchas gracias por su paciencia.

-No hay de qué, aprendes muy rápido.

Mina sonrió y se puso de pie para despedir a Alessandra, abajo, pudo ver como Bangchan cerca de la recepción le impedía el paso a Chaeyoung.

-Señora fiscal.- intervino Jihyo tocando amable y discretamente el brazo de Bangchan, su amigo le dedicó una mirada y desapareció entre los bastidores tras las pequeñas habitaciones que hacían las veces de almacenes.

-Chaeyoung por favor, lo de fiscal no es necesario.- le pidió ella.-Encantada Jihyo.

-Muchísimo gusto.- lo correspondió la pelirroja con una sonrisa sospechosa.-No habíamos tenido la oportunidad de coincidir, pero he oído mucho hablar de ti.

-Lo mismo digo, he oído bastante de ti.

Jihyo sonrió al tiempo que lo invitaba a seguirla con un suave ademán. Chaeyoung subió las escaleras tras ella, y aun así, Jihyo tuvo la certeza de que los ojos de ella siempre habían estado puestos en Mina, la mirada distraída de su amiga se lo aseguraba. Aguardaron en el pequeño balconcillo que hacía las veces de hall, y uno segundos después, la profesora Rossellini salió de la oficina, saludó a Chaeyoung y se despidió de Jihyo.

-Toda tuya.

-Eso espero.- comentó Chaeyoung con una sonrisa retorcida.

Al entrar, cerró la puerta, aunque de nada le valdría si buscaba privacidad, las paredes frontales de la oficina estaban hechas de cristal, de manera que estaban expuestos a la vista de todos los que estuvieran dentro de la tienda.

-Señorita Myoui.- la saludó inclinándose sobre el escritorio y besándola rápidamente en los labios.

-Señorita Son. ¿A que debo el honor de su presencia?

Chaeyoung se sentó sonriendo en uno de los asientos frente a ella, mientras Mina dominaba el lugar desde la sofisticada silla de aluminio y cuero, entre ellos, el escritorio no hacia más que estorbar.

-Quería verte.

Esa no fue la respuesta que esperaba, era demasiado simple y rudimentaria, pero a la vez perfecta, era justo lo que quería oír.

Chaeyoung le sonrió mordiéndose los labios, silenciándola, seduciéndola.

-¿Lo has hecho tú?- le preguntó intrigada al ver un block con varios de sus bocetos hechos a lápiz.

Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora