(Esta historia es una adaptación, todos los créditos a Lily Perozo)
[***]
-¡Apártate de mi camino!- sonidos de disparos retumbaron y luces parpadeantes iluminaron la habitación.
-¿Estás loca? ¡Estás perdida Chaeyoung!- el chasquido de un arma al recargarse las dejó a ambas en silencio.
Chaeyoung maldijo, esquivó el avatar de Momo y se escondió en un edificio abandonado, la miserable de su prima últimamente mucho más tiempo para prácticar, y aquel día hacía gala de ello pues le estaba pateando el culo en la PlayStation.
El celular de Momo vibró entre sus piernas y ella detuvo el juego para contestar.
-¿Por qué te detienes?- Chaeyoung guardó silencio en cuánto vio el móvil en sus manos.
Una fotografía que ella no había puesto allí, le mostraba a Dahyun de perfil recostada en el borde de un estanque besando a un delfín que emergía del agua. De inmediato se levantó temiendo que Chaeyoung pudiera ver de quién se trataba.
-¿Qué haces?- increpó Chaeyoung extrañada con su actitud.
-Es importante.- gesticuló Momo, nunca antes había necesitado contestar ninguna llamada en privado.
-Hola.- atendió al salir del cuarto de juegos.-¿Cómo estás?
-Bien, gracias.- respondió Dahyun.-¿Te molesta que haya llamado?
-Claro que no.- le dijo Momo con energía, la última semana después de su visita al acuario, se habían frecuentado casi todos los días en las mañanas en Banpo Hangang Park. Seguía teniendo aquella necesidad de verla, ella la hacía sonreír con las cosas más simples.
Sin embargo, el viernes mientras se habían acostado en el prado donde se habían besado por primera vez, al intentar protegerse del sol, Dahyun se había cubierto los ojos con el antebrazo, y el dorso de su muñeca había quedado vuelto hacia arriba. Entre incontables pulseras adolescentes, había visto con total claridad una cicatriz vertical que sólo podia significar una cosa.
Tal vez a eso se refería Chaeyoung cuando le había advertido que ella ya tenía suficientes problemas, Dahyun había atentado contra su vida, y ella claramente no quería ser un problema más, no quería hacerle daño. Debía alejarse de ella, pero su egoísta necesidad de tenerla cerca le impedía hacer lo que sabía que era correcto.
-¿Estás segura que no te molesta?- preguntó Dahyun de nuevo luego de la pequeña pausa.
-Claro que no Dahyun, me encanta que me llames.- suspiró Momo alejando las recriminaciones de su consciencia, pero no mentía, le encantaba que lo hiciera.
-Creí que estarías durmiendo, mañana es lunes de nuevo.- le dijo con un exagerado hastío en su voz.
-Es poco más de las nueve, no soy gallina como para irme a dormir a las ocho.- contestó Momo sonriendo, Dahyun rió de buena gana.
-¿Te interrumpí?
-No, estaba...- no pensaba admitir que estaba jugando.-Estaba viendo una película.
-¿De veras? ¿Qué película?
¡Mierda! -Una que de seguro no te gustará, una película de acción.
-Me encantan las películas de acción, pensarás que prefiero algún dorama romántico, pero no es así.
-Eso es un buen dato.
Dahyun sonrió.
-¿Vas mañana al parque?
-Claro que si, quiero verte.- aseveró Momo.-Además de lo del ejercicio y eso.
-¿En serio?- Una enorme sonrisa iluminó el rostro de Dahyun, se giró en su cama poniéndose boca abajo, jugueteando con sus piernas.-No te creo.
-En serio.- murmuró Momo también sonriendo.-Tengo muchas ganas de verte.
-Ya quiero que sea mañana.- dijo Dahyun cerrando los ojos con fuerza.
-Yo también.
-Bien, vete a descansar.- habló ella emocionada.-Te mando un beso enorme.
-¿Cómo es que me mandas a descansar? Yo quiero seguir hablando contigo.
Dahyun se rió.
-Yo también, pero no quiero molestarte, mañana debes volver a la oficina.
-No soy un bebé, ni tengo cien años como para estar preocupándome por las horas de sueño.- bromeó fingiendo estar enojada.
-Por supuesto que no, pero estoy segura que tu película te está esperando.
Momo se giró y vio a Chaeyoung, que sentada en el sofá, la miraba con el ceño fruncido.
-Bueno sí, Chaeyoung está esperándome.
-Ok, nos vemos mañana, te mando otro beso.
-Mmm, ya tengo dos entonces.- susurró Momo.-Yo te mando los que quieras, y ponlos donde se te antoje.
Dahyun se quedó con la boca abierta, sorprendida, nerviosa y encantada con su insinuación, había sido como si de hecho la hubiera besado en decenas de lugares prohibidos a la vez.
-Hasta mañana.- se despidió ella intentando ocultar la exaltación en su voz.
-Hasta mañana.
En la sala de juegos, Chaeyoung levantó las manos en señal de exasperación.
Momo aún tenía el celular en la mano.
-Estoy atendiendo un asunto de la oficina.
-¿Tú? ¿A esta hora?
-Sí...- vaciló.-La cagué con unos informes, alguien me está ayudando con eso, así que le pago horas extras, lo necesito solucionado mañana a primera hora.
-Ven rápido que necesito darte la paliza que te mereces.
Momo se rió y buscó la foto de Dahyun entre sus archivos, y no se encontró con una sola, había una carpeta entera con más de una decena de fotos. Debió de haber transferido varias de las imágenes desde su propio móvil, en su mayoría aquellas en las que aparecían las dos, junto a las focas, los pingüinos, las morsas y los delfines. No estaba segura cuánto ella había visto de sus archivos, esperaba que nada, aún tenía incontables fotografías de sus amantes desnudas, riendo con ella también desnuda, y otras con aún más acción y mucho más escandalosas. Seleccionó todas las imágenes de sus antiguas amantes y las eliminó sin pensárselo dos veces antes de entrar de nuevo a la sala de juegos.
[***]
N.A: corto pero son lujos que no se ven todos los días (no actualizar cada dos meses)
ESTÁS LEYENDO
Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]
JugendliteraturLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Seúl; Son Chaeyoung, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosión de sent...