Chaeyoung se encontraba en su oficina de la torre Son, reunida con Min Yoongi, uno de sus abogados, quién le había traído el contrato del nuevo fichaje de los Doosan Bears. Los fuertes y elegantes dedos pasaban una a una las delgadas hojas del interminable contrato lleno de pequeñas letras. Estudiando el documento despacio con las cejas rígidas e inclinadas sobre el rictus en su frente.
-Dieciséis millones de wones por dos años... creo que debí ser beisbolista y no abogado.- Comentó Yoongi soltando un silbido.
-A veces pienso que es una exageración esto de los fichajes; hay algunos que le están pagando cien millones por seis años... ya no tendrán que preocuparse durante un buen tiempo.- Clavó su mirada burlona en él.-Como beisbolista hubieses fracasado Yoongi, no ganas precisamente cantidades exorbitantes, pero al menos tienes para vivir bien, no te quejes... no conmigo.-
-¡A la mierda contigo! Me voy.- Vociferó Min sonriente, azotando con la punta de sus dedos el reposabrazos de la silla.
-Ve a ser corrupto en tu pequeño edificio, y cuando llegues no olvides darle mis saludos a Suran.-
-Suran, maldita loca... no la quiero ver ni en pintura.- Silbó Yoongi estremeciéndose. Chaeyoung se rió con fuerza reclinando la cabeza sobre su mullido sillón de cuero.-Por cierto, ¿no ha vuelto la pelirroja bajita? La que tenía el paraíso en las...-
-¿Hablas de Rosé?- Preguntó cortando sus palabras mientras agrupaba todos los papeles en un enorme folio gris plomo.-Regresó a Australia.-
-¿Lo pasaste bien con ella, verdad?- Chaeyoung se redujo a sonreír y prosiguió.-Es con la que te he visto pasar más tiempo, ¿cuánto fue? ¿una semana?- Bromeó.
-Algo así como dos meses, más o menos... no era intensa, sabía darme mi tiempo, la verdad es que fue una buena amiga y buena amante, creo que es lo importante. No hacía preguntas, ni se enrollaba.
-Todo lo contrario de Suran, lo último que haré nuevamente será tirarme a una fiscal... son jodidas.-
Chaeyoung volvió a reírse de buena gana, conocía a Suran, la temible fiscal tenía delirio de militar.
-Por cierto.- Retomó Yoongi.-Hace algunas semanas vi un pecado errante, con unas piernas para morirse, estaba en el ascensor, me dijo que era diseñadora de interiores o algo así, y que estaba redecorando en tu casa...-
-Sí.- Lo interrumpió Chaeyoung con la voz seca y cortante mientras inadvertidamente apretaba entre su puño su lisa pluma Mont Blanc negra. Varias sensaciones, emociones y pensamientos atravesaron su mente, de repente se había puesto en máxima alerta, sus entrañas se habían contraído y se sentía jodidamente molesta. Un algo indeterminado e irracionalmente territorial se abría paso en su interior.
-La señorita Myoui.- Volvió a hablar con la voz tensa.-Es...- Entonces fue interrumpida por el suave pitido del comunicador de su secretaria.-Dime, Eun-ji.- Contestó tomando aire.
-Señora Son, una joven la solicita, dice que se trata de una emergencia.- Informó la mujer.
-¿De quién se trata?-
-La señorita Kim Dahyun.- Contesto Eun-ji.
Chaeyoung inspiró profundamente y luego liberó el aire lentamente mientras meditaba sus siguientes palabras.
-Está bien, por favor hazla pasar.- Y sin decir más, cortó la comunicación.
-Bueno, supongo que esa es una patada en mi trasero para que me largue de aquí.- Bromeó Yoongi mientras tomaba el folio en sus manos.-Nos vemos luego.-
Chaeyoung asintió y el abogado se dio la vuelta en dirección a la puerta, al abrirla se cruzó con Dahyun. Con el gesto serio la estudió unos segundos, las elecciones de su jefa siempre eran cautivadoramente curiosas.
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Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]
Dla nastolatkówLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Seúl; Son Chaeyoung, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosión de sent...