(Esta historia es una adaptación, todos los créditos a Lily Perozo)
[***]
El uptempo de sucesivos sonidos estereofónicos salidos de la nada inundó su habitación, hasta que los breves toques se volvieron una melodía que se repitió una y otra vez en su mente. Momo gimió bajo y se removió entre las cobijas reacomodando su cabeza sobre la almohada, la voz aguda e invitante de una mujer penetró en su subconsciente y se mezcló con sus sueños, ella le decía una y otra vez que necesitaba de su amor, y ella se deslizaba reticente hacia la consciencia.
Era una mujer menuda que se movía con gracia balanceando las caderas y con los brazos apretados alrededor de su estrecha cintura, lucía abrumada y asustada. Los sonidos se espesaron y ella avanzó hacia la chica, le sonrió buscando sus ojos, pero ella mantenía el rostro oculto entre las sombras. Entonces la voz desesperada de la mujer reapareció en su mente como lava ardiente buscando erupcionar, casi gritando que su cuerpo necesitaba una heroína que la salvara, asegurándole que ella sabía cómo hacerlo, suplicándole que la rescatara.
Y súbitamente despertó.
A tientas buscó en la mesita de noche a su derecha, y su celular y la lámpara de neón cayeron estrepitosamente al suelo. Maldiciendo, se incorporó de medio lado y alcanzó el pequeño control remoto de su reproductor de sonido, presionando con furia el botón de disminuir el volumen. Respiró profundamente, y aun sin salir de la cama, recogió su celular y reacomodó la lámpara.
El móvil le decía que eran las cinco y treinta y siete de la mañana, ¿qué demonios se le había metido en la cabeza para que se autoimpusiera semejante tortura? Buscó el interruptor a su lado y encendió las luces, sus ojos se resintieron y se acostó de nuevo pateando las cobijas lejos de su cuerpo, volvió a tomar aire y en un solo impulso se levantó.
Rascándose los ojos avanzó hacia el cuarto de baño, se lavó la cara, se cepilló los dientes y por un minuto consideró teñirse de nuevo el cabello, pero haciendo una mueca hizo nota mental de que aquello de por sí ya era demasiado. Desnuda, volvió a su cuarto y rebuscó en su closet una sudadera azul índigo de dos piezas, la tiró a la cama, tomó unos slips blancos y una camisilla de malla blanca sin mangas. Cinco minutos después estaba lista y caminando de puntitas hacia la puerta del ascensor, el suave tintineo del elevador al anunciar su llegada le erizó la piel, miró por encima de su hombro asegurándose de no tener la cara agria de Chaeyoung tras su espalda y abandonó el apartamento tan rápido como pudo.
Hizo los estiramientos en la acera cerca de la entrada de su edificio mientras el cielo se azulaba y los rayos de sol se esparcían cálidos sobre su piel, rotó el cuello e inició el trote. Cruzó la avenida y se sumergió en el amigable gigante verde que todos llamaban Banpo Hangang Park. A las seis y ocho minutos se detuvo cerca de la fuente de agua y veinte minutos después, Dahyun no había aparecido.
Un grupo de universitarias vestidas todas de rosa, se reunieron en una perfecta formación romboidal junto a un grupo de ancianas, y una sensual japonesa a la cabeza del grupo, ataviada con suaves telas color caramelo, iniciaron una clase de lo que parecía ser yoga para aquellas damas mayores. Divertida, se paró en uno de los extremos del grupo e intentó participar en la clase, las señoras a su lado le sonreían con sus arrugadas mejillas arrebolándose sonrosadas y las jóvenes universitarias al otro, con risitas nerviosas disfrutaban de las irresistibles sonrisas traviesas de Momo.
De vez en cuando, la instructora volvía la mirada hacia ella, movía la cabeza con desaprobación y se mordía los labios, cayendo como todas las demás en el embrujo de su sonrisa. Poco después de las siete de la mañana, Momo vio pasar a Dahyun corriendo con asombrosa velocidad cerca de la fuente, sin pensarlo un segundo, abandonó el grupo dejando atrás las miradas decepcionadas de las jóvenes instructoras y sus alumnas.
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Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]
Teen FictionLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Seúl; Son Chaeyoung, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosión de sent...