Alessandra Rossellini, la profesora de italiano de Mina miraba a una Son Chaeyoung desconcertada y molesta, con aquel gesto característico de fruncir el ceño y sostener la mirada fija en la de ella, apretando el bolígrafo como si quisiera hacerlo polvo. Claramente, no le agradaba la noticia que acababa de darle.
-No supe que decirle, señorita Son.- la voz de la mujer manifestaba que comprendía el semblante de la chica y se apresuró a hacerle saber que la situación se encontraba fuera de sus manos, la decisión final siempre la tenia el cliente y ella no podía contradecirla.
Myoui Mina le había informado que suspendería por tiempo indefinido las clases de italiano, aún cuando le aconsejó que no lo hiciera porque era una alumna excelente, se encontraba muy contenta ya que la chica aprendía rápido, sobre todo porque tenia interés, era una lastima que abandonara las clases, además ya había previsto la reacción del fiscal.
-Profesora Rossellini, podría ir normalmente a dar las clases, yo correré con todos los gastos.- la voz de Chaeyoung, entre adusta y suplicante, captó de inmediato su interés, definitivamente algo había pasado entre aquellas dos.
-La señorita Myoui me canceló el diez por ciento, sin embargo, creía que la cantidad abarcaba la mitad, no quise aclararle la situación porque no sabia qué términos habían acordado ustedes.
-Si, le hice creer que estaba pagando la mitad, es un poco orgullosa.- Chaeyoung entornó los ojos para que la mujer comprendiera.
-Es un ejemplo de mujer, pero si, tiene razón, es muy orgullosa porque está acostumbrada a ser independiente.- le dijo con tranquilidad observando el semblante de Chaeyoung, no había nada mejor que ver a alguien preocupada en todos los aspectos por la mujer que amaba.
-Cree que puede con todo, así que profesora Rossellini, necesito que me ayude con Mina. Dígale que usted le dará clases y que no tiene ningún inconveniente en que le cancele más adelante, háblele de los beneficios que proporcionan el dominar otro idioma, trate de convencerla por favor, pero no mencione esta conversación.
-Trataré de convencerla, ahora le pido permiso señorita Son, tengo una clase en una hora en el instituto.
-Se lo agradezco.- dijo poniéndose de pie detrás del escritorio, lo bordeo y la acompaño hasta la puerta.-La transacción a su cuenta fue realizada hace unos minutos, cualquier decisión que tome Mina me lo hace saber por favor, pero quiero que aprenda italiano.
-Haré el intento, gracias señorita Son, que tenga buena tarde.
-Igualmente profesora Rossellini.- la mujer asintió en silencio y se encaminó por el pasillo despidiéndose amablemente de la secretaria de Chaeyoung.
Chaeyoung esa tarde había retornado a sus labores, y se vio tentada a buscar a Mina, ir a la boutique y hablar con ella, pero no encontraba el valor para enfrentarla y no era cobardía, era simple precaución, porque no quería seguir abriendo la brecha entre ellas, necesitaba un poco más de tiempo, para actuar con madurez, porque sabia que, aunque ella no lo nombrase, Mina sacaría al ruedo a Kim Hyunbin.
Maldito Kim Hyunbin, se había controlado demasiado para no matarlo, prefería huir cada vez que lo tenia enfrente antes de llenarse de recuerdos y terminar por romperle el alma como tanto anhelaba. De nuevo, tomó asiento detrás del escritorio y regresó a su trabajo cuando el iPhone vibró sobre el cristal, era un número desconocido, sin embargo, atendió la llamada.
-Buenas tardes.
-Son, tengo a uno de ellos.- el hombre al otro lado del teléfono no necesitó presentarse para que ella supiese de quien se trataba.
-¿Donde está?- inquirió ansiosa sintiendo el corazón latir desbocado y su sangre circular envuelta en llamas.
-En Gangnam, se mueve por Guryong... técnicamente es un parasito.
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Dulces mentiras, amargas verdades. [Michaeng]
Fiksi RemajaLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Seúl; Son Chaeyoung, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosión de sent...