Francesco.
Estaba que no cabía en mí de la alegría. Las cosas no podrían ir mejor con Laurel. Si antes había dicho que estaba enamorado de ella, ahora no sabía que decir ni cómo explicar lo que sentía cuándo estaba cerca de ella. Era una mezcla de sentimientos inexplicable, algo único. Desde cuándo nos quedabamos mirándonos uno al otro sin mediar palabra hasta cuándo la oía cantar. Juro que me enamoraba aún más cada vez que cantaba.
Y estaba casi seguro de que yo le gustaba. Un 98 porciento seguro. El otro dos se repartía entre mis ojos y manos. Le gustaba mucho mirarlos. Y eso me encantaba y encendía...
Pero volviendo al meollo de la cuestion; quería pedirle que fuera mi novia.
Así es. Están leyendo bien, quiero pedírselo. Ya llevamos tiempo hablando y coqueteando. Salimos un montón de veces. Creo que ya es hora, ¿No?
Pero no sabía cómo pedírselo.
En serio, no sabía cómo.
No podía llegar y decirle: oye, ¿Quieres ser mi novia?. Cómo un puto crío de preescolar al que sus amiguitos lo retaban a pedírselo a la niña que le gustaba. No.
Tenía que ser algo planeado, pero no tanto, ¿Entienden?, Que fuera algo natural y no se viera forzado. Cómo algo con simple pero bonito.
Por ello me estaba sentando en el sofá de Joshua frotando mis manos con nerviosismo mientras él se sentaba en el del frente mirándome raro.
—¿En qué soy bueno?
—Necesito tú opinión y consejo en algo—digo y sonríe dando una palmadita con emoción.
—Ha llegado el momento. Lo presenciaba.
—Bueno...—dudo ignorando lo que dijo—. Quiero pedirle a Laurel que sea mi nov...
Ni siquiera he terminado de hablar y se está parando del sofá de un salto y comienza a aplaudir mientras se ríe y mira al techo.
Quizá no fué muy buena idea pedirle precisamente a él concejo...
—Dios mío, gracias—bocifera con emoción—. Es la mejor cosa que podrías hacer en estos momentos, créeme—dice volviéndose a sentar, pero sonriendo orgulloso—. A Laurel se le van a caer las bragas en cuánto se lo pidas.
—Eh... ¿Gracias...?
—Aja. Pero, ¿Cómo se lo pediras?
—Bueno... Todavía no he pensado nada en específico... Esto me pone muy nervioso.
—No te preocupes. La gente hace propuestas de noviazgo todos los días—dice serenamente y entiendo a Laurel cuándo dice que siente ganas de darle una bofetada cuando suelta su frase llena de sabiduría.
Suspiro pesadamente.
—El caso es que compré dos boletos para ir a ver a su grupo favorito en la cuidad en cinco días. Tal vez debería pedírselo allí—suelto no muy convencido y Joshua abre los ojos mucho los ojos, sorprendido, creo.
—Joder hombre... ¿Estás hablando enserio?—pregunta aún sorprendido y asiento a pesar de querer reírme ahora de su rostro—. Con lo mucho que a Laurel le gustan esos faisos... De seguro que ni le importaría si le pidieras que fuera tu esposa... Porque aún así diría que sí.
Sonrío sintiéndome mucho más seguro y entusiasmado.
—¿Estás seguro de que será buena idea?
—Hombre... Si haces eso te amará toda su vida. Laurel quería que se lo pidieras desde hace rato ya. Me alegra de que lo hagas por fin—suelta dejándome sorprendido.
—¿De verdad?
—Cien sobre cien.
—Si hubiera sabido eso no me fuera tardado tanto.
—No te preocupes. Tal vez fue cosa del destino el que se lo pidieras en estos momentos.
—Si...
—¿Y Martin?—pregunta un poco ansioso.
—Eh... No lo sé—digo con una mueca. Será lo máximo si Joshua no se ilusionara tanto en él. Martín le tiraba a todo lo que se movía. Y se que suena feo. Pero lo conozco y por eso se lo digo:—. Creo que no deberías hacerte muchas ilusiones con él—digo suavemente y baja la mirada un poco decaído.
∞
—Oye Lau...
—¿Sí...?—responde con la boca llena de compota de manzana. Juro que a veces parece una cría.
—Eh...
—Sueltalo ya, llevas media hora en eso—se exaspera y me carcajeo. Me inclino un poco y le doy un beso.
—Ummm. Sabe rico—saboreo—. Bueno. Pero no te emociones tanto, ¿Vale?
—Me estás asustando.
—Compre...—empiezo y me mira atentamente mientras se lleva la cuchara a los labios—. Compré dos boletos para ver a tu grupo favorito en la cuidad en unos cinco días—suelto rápidamente. Y por un momento se pone pálida y me asusto. Luego abre mucho los ojos y pega un chillido de emoción que bien podría haberme dejado sordo.
Se levanta de la cama y comienza bailar moviendo el trasero. Da varias vueltas riéndose y la miro con ternura. Mi pequeña...
Da un par de aplausos y se tira en la cama viniendo a mi encuentro para sentarse a horcajadas en mi torso. Se inclina dándome un beso tras otro.
—Creo que si fué buena idea después de todo...—bromeo correspondiendo sus besos descordinados.
—¿Estás de broma?. Es la mejor sorpresa que podrías haberme dado... Joder. Imaginanos en el concierto, agarrados de manos y cantando Ghost of you... O youngblood. Imagínate que Luke me mire por milagro. O que pueda tomarme una foto con ellos y los abrace...
—Toda una fangirl.
—Y toda tuya. Me has ganado con esto—dice con una sonrisa deslumbrante provocando que se la devuelva involuntariamente.
—Mi pequeña...
—Tu pequeña—repite sonrojandose.
Mi corazón se acelera y mi garganta se calienta con las palabras atascadas. Muero por decirle que la quiero, que lo es todo para mí. Pero ya habrá un momento para eso, y tal vez sea en ese concierto.
Dijo que la tenía ganada. Pero lo que ella no sabía es que ella me tenía a mí en bandeja de plata desde que me miró por primera vez.
Y siempre me tendría, sin importar qué.
Porque yo era completamente suyo, antes de que si quiera yo lo supiera.
***
Me enamora😍
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Su Mirada
RomansaUna salida al cine, pulceras, miradas, sonrisas, caricias... Corazones acelelados. ¿Que deparará el destino para Francesco y Laurel? Aventurate y enamórate de Francesco Ricci y Laurel Tassone en una historia llena de amor y risas.