Parte 19

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Nos encontrábamos en medio de un montón de gente, esperando pacientes por las entradas del cine. No sé qué le había dicho Eri a Bryce al haber competido hace unas horas atrás, pero le tocó que cumplirlo, puesto que estos dos se pusieron un reto uno con el otro si alguno de los dos perdía.

He intentado averiguar qué fue lo que mi amiga le retó al chico a mi lado, pero me ha sido imposible, ya que ninguno de los dos me lo quiere decir. No es justo.

Miré a Eri que hablaba por teléfono con su novio sobre una cena con sus padres, ahogué una risa al ver el gesto de mi amiga por la repentina invitación. Valentina se encontraba charlando con Milton, quien este último no paraba de sonreír.

Supongo yo, que ha de estar feliz que haya formado un vínculo hacia su crush, no obstante, a pesar de que no haya sido como quería, estaba conforme en ser solo amigos. Esperemos un tiempo a ver si esa amistad avanza y forman algo más que solo cariño de amigos.

Además, todos –nuestro círculo social de amistad-, estamos de acuerdo que ese par hacen una linda pareja.

Y en cuanto yo, estoy al lado de Bryce, quien mira muy indignado a mi amiga mayor. Quiero reír.

— Al parecer han lastimado tu ego —me burlo.

El chico baja la mirada para verme; frunce los labios —Aunque me hayan ganado, sigo conformándome que tú no me has vencido todavía —me tira en cara—. Eri sabe jugar, tú no mucho —abro mi boca indignada.

Ahora el maldito estafador salió estafado. Quise burlarme de su perdida, pero resultó el hiriéndome el orgullo, siendo yo la victima de su burla. Bufo al oírle reírse.

— Juro que te ganaré.

— Ya quiero verlo.

Me giro por completo hacia él, viendo su perfil por unos segundos hasta que gira su cara hacia mi dirección.

— No será hoy ni mañana, pero será pronto. No te confíes, que el estudiante resulta ser mejor que el maestro.

— Siempre y cuando el estudiante se proponga a ser mejor —murmura. Yo miro fijamente sus ojos, retándole con la mirada que le ganaré. Él sonríe.

La fila avanza hasta que llegamos juntos a la taquilla. La que compra las entradas y la responsable de elegir la película es la más baja de todos.

Tengo la intuición que eligió la película a posta, sin que nos diéramos cuenta cual fue la que tomó.

Pero teniendo en cuenta los gustos de mi amiga, suspiro al sospechar cual fue la película que había elegido.

Eri y yo intercambiamos miradas, donde le digo la película que eligió a mi parecer, ella me responde con una sonrisa macabra. Oh, Dios, esa sonrisa.

Valentina nos pilla y me mira confundida, yo le comunico sin hablar lo que pasaba. La rubia sube las cejas sorprendida y comienza a negar rotundamente.

Los dos chicos nos miran confundidos.

—A la mierda, Eri; no. Claro que no —no se calla y me mira, tratando de convencerme en que compremos a parte una película y no ver la que ella eligió.

—Deja de lloriquear, Valentina —refunfuña.

—Pero... —la mayor alza su dedo índice, callándola con esa señal. Eri suspira y nos ve, donde alza sus cejas y suaviza la mirada.

Valentina y yo suspiramos, aliviadas. Puesto que eligió una película diferente a la suya para nosotras dos, como amamos a esa mujer.

—No entiendo nada —murmura un Milton demasiado confundido.

100 días para conquistarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora